lunes, 14 de enero de 2019

§ 1.528. El último homicidio (Ralph Nelson, 1965)

Interesante película que recuerda ligeramente la atmósfera  viciada que Losey. Una opresión permanente, un escenario claustrofóbico, una trama circular, viciosa, fúnebre, que estimula las pasiones más bajas del ser humano.
Un último atraco, el mejor de su vida, la vuelta a las costumbres que le llevaron a tener una vida en prisión y la falta de oportunidad actuales. Un planteamiento científico, académico con respecto al atraco. La creencia de que es posible conseguirlo, sin dudar ni pensar en lo que pueda pasar.
Un policía maníaco que le persigue más allá de sus obligaciones policiales. Un hermano enloquecido que abusa de la necesidad de su hermano.
Una buena película de cine negra de un autor del que sólo había visto La conspiración (1975) y no me pareció especialmente buena. Esta es mejor, sin duda. Buen guión y un blanco y negro clásico que ayuda al desarrollo de la trama. La música de Lalo Schifrin en su epopeya de los años setenta. A veces muy intrusión, pero no es este el caso.
Alain Delon es el protagonista, en el cenit de su carrera. Guapo, sereno, maduro y todavía no demasiado castigado por la vida. La chica es Ann-Margret muy conocida por haber intervenido, ese mismo año, en El Rey del Juego. El policía maníaco es  Van Heflin, tan sólido como siempre. Y el hermano es Jack Palance, en uno de esos papeles de malos hechos para ti.

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