viernes, 17 de diciembre de 2021

§ 2.548. Bajo el manto tenebroso (Irving Pichel, 1946)

 

Interesante film claramente de propaganda bélica estrenada una vez acabada la guerra, pero que muestra cómo debían ser los servicios secretos americanos. Una de tantas en ese sentido, con su clásico propósito educativo y formativo, encaminada a mostrar al gran público de qué manera se hicieron las cosas.
Dividida en dos partes claramente diferenciadas, la de formación del equipo que sirve de presentación de los personajes y la de acción, más larga y a la que le sobran veinte minutos. Es una película de 90 minutos, no de 105. Entiendo la pretensión de los directores de rodar y rodar para contar una historia, pero ésta puede contarse con veinte minutos menos.
Se ve muy bien el blanco y negro y el sonido original es perfecto, también los subtítulos. La interposición de 
Se va diluyendo poco a poco y perdiendo algo el interés inicial, decae sin llegar a aburrir o cansar, pero no es una gran cinta. Hay películas de este subgénero bastante mejores. 
Esa frialdad gélida incluso cuando sonríe de Alan Ladd acompaña bien la pretensión de ser espía. Se acompaña de Geraldine Fitzgerald actriz notable y muy reconocida.

martes, 14 de diciembre de 2021

§ 2.547. No añoro mi juventud (Akira Kurosawa, 1946)

 
Modernidad y tradición a través de los ojos de una mujer, hija de un catedrático represaliado en el Japón de antes de la IIGM por sus ideas liberales. Un magnífico marco para desarrollar temas que interesan mucho a la ciudadanía japonesa: la libertad de expresión, de cátedra, la Universidad, el expansionismo militar de Japón como potencia bélica, la represión estudiantil, la brutalidad política, el poder de los militares...
No es una película feminista, pero no tiene ningún complejo en mostrar los sentimientos y necesidades de la protagonista, que es en torno a la cual se construye toda la película.
Se rodea de una banda sonora de música clásica que enmarca las situaciones y subraya los estados de ánimo.
No tiene la fuerza dramática de las tragedias sakespearianas, ni el colorido -obviamente, era en blanco y negro- de sus últimas composiciones. Ni esos movimientos de extras, ni la sensibilidad por la naturaleza de Derzú, pero es una buena película, ni la ternura de Vivir... pero es que es difícil crear una obra de arte cada año y medio. Y de esas Kurosawa tiene unas pocas.
Hay dos caracterizaciones de la películas que me han gustado mucho: los movimientos de masas del principio (puro Einsentein), y el juego de sombras y luces del encarcelamiento de la mujer y, a partir de hay, de cómo ambas -luces y sombras- persiguen a la mujer hasta el final de la cinta.
Crítica social y política, ajuste de cuentas con el pasado y panegírico del antimilitarismo. Tiene varias lecturas. Gustará mucho a los comprometidos con ideas de izquierdas.
Por cierto, creo que es la primera película de Kurosawa que veo en la que no llueve (o se produce un fenómeno climatológico extremo). Y he visto todas las suyas menos tres.

§ 2.546. La pasión ciega (Raoul Walsh, 1940)

 

Una 'road movie' de cine negro. Una mezcla, en principio, poco edificante pero que funciona muy bien. Mujeres fatales, dinero y financiera depredadora. Cargas de transporte y prestamistas poco escrupulosos. La realidad de la vida de unos transportistas tras la gran depresión americana. El compañerismo, la solidaridad entre los camioneros, la ambición por una vida mejor, las dificultades de organizar una vida basada en el trabajo. 
Una actividad dura pero que podía producir buenos beneficios, sobre todo cuando era la ley de la selva, cuando no había regulación alguna en el sector y todo era conducir y llevar la carga de un sitio a otro. Probablemente el desarrollo tan salvaje de la economía americana tras los años treinta fue favorecida por la ausencia de regulación de este sector. Sería interesante estudiar cómo evolucionó el sector tras los acontecimientos normativos.
Un reparto de auténtico lujo: George Raft, Ann Sheridan, Ida Lupino, y Humphrey Bogart. Casi nada. Quizá el papel de pérfida no le pega a Ida Lupino. No me parece un fallo de guión, porque es una actriz versátil y muy dotada, pero quizá otra actriz hubiera podido funcionar mejor, más encajada en el papel.
Blanco y negro diáfano, un sonido perfecto, una edición estupenda. Me parece una gran película de todo un grande. De Walsh tengo 23 películas, de 85 que rodó a su nombre. Uno de los cineastas más prolíficos de la historia del cine, desde el mudo al sonoro, desde 1915 hasta 1964. Cincuenta años de carrera prolífica, llena de éxitos y de aventuras. Un grande. Definitivamente un grande.

lunes, 13 de diciembre de 2021

§ 2.545. Escrito sobre el viento (Douglas Sirk, 1956)

Un reparto de auténtico lujo -Rock Hudson, Lauren Bacall, Robert Stack, Dorothy Malone- para una de las películas no tan conocidas de Sirk, no de las más célebres. Pero es una película perfectamente trazada, con un guión soberbio. Muy bonita, resultona, y con un análisis de los prototipos de personajes profundo pero sin pedantería, sin subrayados, con la sutilidad de las grandes obras del cine.
Me ha gustado mucho Robert Stack, que lleva todo el peso de la película junto con Bacall, imperial y sofisticada. El guión es absolutamente estupendo, de George Zuckerman, sobre una novela de Robert Wilder, que la imagino un éxito comercial.
El dinero da seguridad, pero no compra el amor. Una eterna pugna que aquí, aunque de manera estereotipada, funciona a la perfección.
Pasiones humanas, celos, violencia, pugnas entre hermanos, arrebatos emocionales, alcohol a raudales, desequilibrios, traiciones, suposiciones erróneas, pulsiones sexuales, embarazos de presuntos estériles, sospechosos, pistolas, homicidios... Todo un coctel de emociones que un gran maestro como Sirk lleva a un nivel superior de emocionalidad. Un melodrama racial y aguerrido. En algunos momentos me ha recordado a los 'dramones' de Tennessee Williams, de esos que exprimen las tensiones humanas y las hacen sucias y oscuras, deprimentes pero terriblemente atractivas.
El resultado de esta película es extraordinario. Me ha parecido a la altura de sus mejores cintas. Compleja, sutil, y con una mordiente descarnada, sucia, sexual y animal. Extraordinaria.

domingo, 12 de diciembre de 2021

§ 2.544. La carne y el demonio (John Gilling, 1960)

Una temática muy conocida pero que, en este caso, al parecer, tiene un fondo de verdad. Los acontecimientos sucedieron, más o menos, con mayor o menor libertad, como aquí son narrados.
Desde luego se podría hacer un subgrupo de películas que abordan esta temática, a veces, como ésta, basada en hechos reales, y otras debidas a la fantasía de los guionistas.
En esta cinta los hechos podían haberse abordado desde dos puntos de vista distintos. Y aunque parece que la historia camina hacia la exposición de los problemas del médico para encontrar los cadáveres, la verdad es que lo que trata de exponer el director es la falta absoluta de escrúpulos  de los asesinos. ¿Cómo una persona es capaz de asesinar a personas simplemente para poder emborracharse en la taberna? La ficha de la película habla de 16 homicidios en 1828 por los dos delincuentes.
El guión está muy bien estructurado, los personajes bien definidos y el blanco y negro se ve muy bien, es diáfano y sin sombras. Además, no dura demasiado y transita sin saltos ni tramas secundarias que interrumpan su desarrollo.
Peter Cushing y Donald Pleasence son los actores más conocidos (al menos para mi). Los dos tienen papeles muy determinados, muy fuertes, firmes. También interviene Billie Whitelaw, en un papel difícil y enrocado, actriz notable de esas que pasan desapercibidas pero que generan un consenso alrededor de lo bien que lo hacen, lo correcto de sus actuaciones.

§ 2.543. Clandestino y caballero (Fritz Lang, 1946)

 

Qué maravilla. La recordaba perfectamente. La he visto no menos de cuatro veces y todas, absolutamente todas, me ha parecido una maravilla. Lang me encanta, todo Lang me encanta. Por momentos de la cinta he sentido ganas de llorar de lo bonita que es. Es capaz de conseguir que te metas dentro de la cinta, de sus diálogos, de sus personajes.
El hombre que es capaz de salir de su zona de confort para ponerse a disposición de su país cuando éste le necesita es una aspiración de cualquier ciudadano de bien.
Es una película muy comprometida, incluso feminista en algunos aspectos. Qué un cineasta alemán rodara esta película, tan sumamente política, tiene su indudable mérito. Pero no creo que lo hiciera para hacerse perdonar ningún pecado, ni por ninguna causa similar. Creo que creía en lo que hacía y que su deber era hacer lo que hizo. Son varias las películas antinazis que hizo. Ésta no, al menos para mi, la más brillante, pero, desde luego, es magnífica.
Los personajes femeninos de esta cinta son fuertes, poderosas, tremendamente potentes. No tiene complejos, no sufren opresión alguna, no se encuentra oprimidas ni tienen problemas emocionales. Juegan al mismo juego que los hombres. La científica húngara, la espía alemana...
El protagonista es algo hierático, tiene convicciones, pero nunca las ha puesto en práctica. Carece de la complejidad que otros personajes. El director no pretende crear un prototipo de hombre complejo. Todo lo contrario. Quiere que sea sencillo y primario. Directo, básico. 
Lo de Gary Cooper es absolutamente escandaloso. Cómo se mueve, qué seguridad en sí mismo, qué porte, qué majestuosidad, qué energía trasmite. Es todo un canon de actor. Es el actor.
Una gran Lilli Palmer, guapa desde la sobriedad, y el muy reconocible Vladimir Sokoloff le acompañan en una cinta magnífica.

sábado, 11 de diciembre de 2021

§ 2.542. El silencio de un hombre (Jean-Pierre Melville, 1967)

Un clásico del cine europeo. Vi la película hace años, más de veinte quizá y me pareció buena. Ahora, por segunda vez, me parece extraordinaria. Tiene tensión, ritmo, mensaje... Narrada con una pausa especial, como si se tratase de un clásico americano de policías. La frialdad del asesino contrasta con la brutalidad del crimen. Porque aunque el espectador, de una manera u otra, se sitúa en el plano del asesino, en su punto de vista, en su perspectiva, sabes que le van a descubrir, que no le va a salir bien, que no puede salirse con la suya.
Lo interesante es que no te cuenta las razones  del homicidio, lo narra como un hecho, pero sin carga moral alguna. Es la investigación criminal la trama del asunto. Pero sin móvil. Todo se trata de coartadas, de testigos, de seguimiento policial. Todo se complica, claro, cuando quien ha encargado el asesinado no quiete pagar el trabajo e intenta asesinar al asesino.
Desde luego la película también puede leerse desde el otro punto de vista, desde el policial y el éxito de las pesquisas policiales. Es lo bueno de una gran película, su capacidad para poder ser apreciada desde diferentes puntos de vista, y esta, desde luego, puede serlo.
Me ha encantado. 
Melville es un director especial, muy 'americano' a pesar de ser francés. Se paseaba con un sombrero de Cowboy y vestía con botas de vaquero y traje, en esas fotos tan características con gafas de sol y el corpachón que tenía sentado en una silla que no le contenía. Sólo rodó 14 películas, pero dejó mucha huella en el mundo del cine.
Es un tipo de asesino que ha causado furor. No me cabe duda de que "El profesional" (Luc Besson, 1994) bebe en estas fuentes.

§ 3.840. Antes llega la muerte (Joaquin Luís Romero Marchent, 1964)

Un Western melodramático trufado de una doble historia de amor en un triángulo de lo más común y corriente. Pero la historia de amor entre l...