Continua exprimiendo a J. Lee Thompson, me quedan ya muy pocas, y todas las tengo compradas, excepto un par de ellas que están descatalogadas del todo.
Temática áspera, desarrollo abrupto, dura película que no llega a conmover del todo, no araña en ningún momento, ni siquiera en los momentos más álgidos.
A David Niven y John Hurt los tengo muy vistos, pero en esta me ha gustado mucho Topol, un actor israelita de físico contundente y mirada azul líquida. Tiene matices y desarrollo, su papel es suficientemente intenso como para situarse a la altura de los otros dos actores, claramente con una carrera más profunda y larga. Es cierto que el personaje de Niven es frío de por sí, distante y algo deshumanizado. Hurt juega el rol de aprendiz de todo, de la guerra, de la vida, del amor... El papel de Anna Karina también es muy interesante, el estraperlo y la prostitución como medio de vida.
El resultado es algo frío y no excesivamente emotivo, suavizándose la crudeza de la distribución de ciudadanos por la historia de amor. La picaresca y la distribución de territorios en la cantina es un gag muy divertido, recurrente y entretenido.
No es de lo mejor de J. Lee, ni mucho menos. Es diferente, distinta a las más clásicas. Probablemente las mejores de él ya estaban rodadas. Es un director con una enorme distancia entre las suyas buenas y las menos valiosas. Las primeras son, a mi juicio, mucho mejores que las últimas. Se aprecia claramente. En todo caso es un director prolífico, con cosas interesantes.
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