martes, 1 de junio de 2021

§ 2.412. Casa de arena y niebla (Vadim Perelman, 2003)

Drama social con altas dosis de emotividad. Un guión más que aprovechable para un resultado razonable. Una película muy larga, demasiado. A los 120 minutos le sobran 30. Para llevar a buen puerto una historia de dos horas hay que ser un muy buen cineasta. Esta es la primera película del director, su debut.
Se desarrolla adecuadamente, y la tensión emocional va in crescendo, pero no consigue, a mi juicio, el propósito que anida en la cinta. Tiene aspectos de película de miedo, de terror, como otras típicas en la materia, otras circula por la senda de la crítica social, otras por una historia de amor, más o menos convencional.
Jennifer Connelly es la chica, debutante en el cine en 1984 con "Érase una vez en América", de Segio Leone, nada más y nada menos, y ganadora del Oscar. De Ben Kingsley no vamos a decir mucho, es un actor que siempre me ha parecido excelente, tanto en los papeles más clásicos, sobrios y académicos, como en los roles más innovadores y avantgarde. 
El policía es Ron Eldard. Su historia y la participación en el conflicto no cuadra bien, rechina. Algo no explicado falta en la historia. El romance no es verosímil, y lo que pretende esta película, sobre todo, es ser creíble, narrar una historia de verdad, sin añadidos que distraigan del conflicto social que denuncia.
A medida que avanza se avizora un conflicto de dimensiones importantes, pero el resultado final es un dramón insospechado, desproporcionado. Me recuerda, no sé muy bien por qué, a "El Cabo del terror" (J. Lee Thompson, 1962), o a "El Cabo del miedo" (Martin Scorsese, 1991).
Un resultado razonable, que parecía más prometedor en su comienzo. Naufraga a la mitad para retornar más tarde, cuando la historia social torna en un drama algo trasnochado y ciertamente perturbador.
Problemática social alrededor de una casa. Mujer joven en proceso de desintoxicación es desahuciada de su casa por falta de abono de los impuestos empresariales. La casa sale a subasta y la adquiere un oscuro hombre de negocios que invierte en ella todos sus ahorros. Es un oscuro coronel del ejército iraní que vive en San Francisco. La guerra entre ellos no es pacífica. El hombre a pesar de tener dinero, familia, vivir en una casa confortable, tiene varios trabajos: asfaltando carreteras, siendo dependiente de una tiene de comestibles, etc.

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