Cuidada película británica, muy británica. En el vestuario, en la temática por supuesto, en los actores, los decorados, los exteriores, el atrezo e incluso en la música. Ves los primeros diez minutos y ya sabes que es inglesa. La cinta es americana, pero dirigida por un británico.
Ficción un hecho real: la desaparición durante once días de la famosísima escritora de novelas policíacas y de misterio Agatha Christie en diciembre de 1926. Al parecer nunca quedó del todo claro qué pasó esos días, y sobre esa realidad construye una hipótesis. Todo lo que ocurre en la cinta es lo que pudo pasar en aquellos días.
Más allá de una cinta de 007: El mundo nunca es suficiente (1999) no he visto nada suyo. Británica de clase media, educado en colegios británicos, que ha desarrollado su carrera a medio camino entre la televisión y el cine. Todavía sigue rodando, se encuentra en activo.
El reparto es, sencillamente magnífico: Vanessa Redgrave como Agatha, Timothy Dalton como el marido, Dustin Hoffman como el periodista americano que investiga la desaparición, y Paul Brooke haciendo de policía pelirrojo.
El resultado es interesante, se deja ver y tiene momentos muy apreciables, aunque se queda algo coja. No tiene la fuerza necesaria para ser consistente. Seguro que fue un gran éxito, de crítica y público, pero no ha envejecido bien, se encuentra descompensada. Además la pareja Redgrave y Hoffman no casan bien en pantalla, no forman buena pareja.
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