domingo, 7 de abril de 2019

§ 1.609. La pequeña tierra de Dios (Anthony Mann, 1958)


Seguramente una cinta muy personal. Un drama que pretende ser asfixiante pero que no llega a conseguir pasar de costumbrista. No me parece que encaje en la filmografía de Man, hombre peculiar con un estilo muy rico y colorista. No sé cuántos planos tendrá en interiores, pero, la vedad, deben ser pocos. Todo lo rueda en exteriores, todo. Incluso una película como esta que lo propiciaba.
La historia tiene un punto cómico y banal que quizá para una novela sí cuaje, pero dos horas de cine no quedan del todo rellenos. Me parece claramente una obra fallida suya. No creo que tuviese ni siquiera buena prensa. Seguro que no funciono en taquilla. La búsqueda en su propio terreno de un supuesto botín de oro que enterró el abuelo del protagonista es la guía que estructura la cinta. El padre  (Robert Ryan) obsesionado con la búsqueda, dos de sus hijos también, uno de ellos casado con una guapísima chica (Tina Louise) que sigue enamorada de su antiguo pretendiente (Aldo Ray). Pero el argumento no sostiene la cinta. Me parece muy larga, demasiado.
La sensualidad, el calor, el sudor, tiene su gracia en la fase central de la cinta, pero tampoco es capaz, a mi modesto juicio de llenar tanto metraje. La tensión sexual es evidente, antecedente de otras similares y parecidas (luego a centenares...). La chica el guapísima, cantante y actriz que se dio a conocer con esta película prácticamente.
El blanco y negro se ve precioso, pero en color quizá hubiera estado mejor rodada. La música del Elmer Berstein se deja notar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

§ 3.390. Sacco y Vanzetti (Guiliano Montaldo, 1971)

  Una muy buena película, con una crítica dura al sistema político americano, su aversión a los sindicatos libres de trabajadores y a todo l...