lunes, 2 de septiembre de 2024

§ 3.485. Becket (Peter Glenville, 1964)

La tengo en el archivo de cintas por ver desde hace muchos años, no menos de diez. Su metraje desmesurado, dos horas y media, aconsejaban buscar el día perfecto para ello. Un día normal no es el idóneo para ello, amén de que la temática algo espesa y poco dada a frivolidades no aconseja tomarse la cinta a broma.
Debo haber elegido muy bien el día porque la película me ha encantado. Dos actores en estado de gracia, una temática inglesa que sólo un inglés es capaz de comprender en su integridad, y unos recursos estupendos concluyen una obra verdaderamente magnífica. Es estupenda, en su planteamiento, en su desarrollo, en su conclusión. Un trabajo de guión muy logrado -y no es nada fácil- trasmite la idea que sustenta la trama de forma muy fidedigna. El duelo interpretativo entre O`Toole y Barton es prodigioso. Dos personalidades muy diferentes que entienden la política, la vida, las lealtades y los afectos de forma bien diferentes. No sé si hay alguna anécdota del rodaje de esta película, pero me hubiera encantado estar presente mientras estos dos grandes bebedores trasegaban un par de botellas de whisky. Ambos tenían fama de ser unos borrachos excelsos, inagotables, oceánicos. Probablemente de los mejores de la historia del cine.
La historia camina con suavidad, se encamina hacia un desenlace previsible e inevitable.
Primera película que veo del director. Me ha gustado mucho. A la altura de las mejores de este peculiar género a medio camino entre la historia, la ficción, el relato y la leyenda.

§ 3.484. Mi hija Hildegart (Fernando Fernán Gómez, 1977)





 

Siempre me ha gustado esta historia. La he oído en podcat, he leído el libro de Almudena Grandes, y me ha llamado mucho la atención. Es como una especie de muerte oficiosa de la pedagogía de izquierdas, la asunción de la posibilidad de redimir al ser humano a través del estudio, la dedicación y el trabajo constante. Un desquicie. En toda regla, en una sola palabra.
El relato que hace Fernán Gómez es sobrio, sereno, tranquilo, sin estridencias, sin efectos circenses, sin bobadas. Directo al grano, sin pausa pero sin prisa. Nada artificioso, todo muy natural. Pero se hace un poco pesada, densa, clara en su exposición pero oscura en su desarrollo.
Me ha gustado mucho, naturalmente, Amparo Soler Leal, probablemente uno de los papeles de su vida. Carmen Roldán funciona, pero no sé qué le veo que no la encajo del todo. Es un papel difícil, claro. Carece de prototipos y, además, no es sencillo emular el modelo original.
Le sobran veinte minutos. Es una película de hora y media. Punto. Sin más.
Tengo que ver más cosas de Fernán Gómez, un gran cineasta. Mi padre dice que también escribe muy bien, que domina el relato de manera magistral, así como el tiempo y el modo de la novela.

sábado, 31 de agosto de 2024

§ 3.483. La noche de los generales (Anatole Litvak, 1967)


 

La última vez que la vi fue el 9 de julio de 2014. Creo que es la tercera vez que la veo completa. En algunos momentos he visto algunas partes sueltas. Es un estudio sobre el poder y su abuso, sobre la capacidad ilimitada del ser humano de ser malo y demostrárselo a sí mismo.

El análisis de los tres personajes principales, los tres generales, representa tres maneras distintas de afrontar la vida militar, el devenir de las batallas, y el cómo enfrentarte al problema de la guerra misma. Un punto de cinismo, un creído en el asunto pagado de sí mismo, y un pragmático. Seguramente hay más modelos, más formas, pero estas tres están muy bien narradas.

La experiencias de verla por primera vez es muy satisfactoria. Te metes de lleno en el papel de forma rápida. Los trajes, el ambiente, los coches, las conversaciones. 

Me ha gustado mucho, especialmente Donald Pleasence. Tan sobrio y tan frágil, tan dúctil y tan firme. 

Litvak, uno de los grandes.


§ 3.482. El puente sobre el río Kwai (David, Lean, 1957)

Muchas veces vista, siempre estupenda. Una obra de arte.

viernes, 26 de julio de 2024

§ 3.481. La gran muralla (Zhang Yimou, 2016)

 

Un espectáculo visual, como siempre, de primer orden. Una belleza sin igual, Un "Kurosawa! pero con luz y con mucho más color que el maestro japonés.
Me ha gustado mucho el comienzo, el planteamiento inicial, la puesa en escena. 
La mitología de la gran muralla, los "bichitos" verdes y la lucha para sobrevivir. 
Un título, se mire como se mire, destinado a la gran masa, No tiene ese punto de reflexión que sí se aprecia en otras obras suyas. Pero entretiene y se deja ver con agrado y satisfacción.
Tiene un punto de El hombre que pudo reinar, aunque aquel relato era más sicológico y profundo. Éste es más visual y entretenido.
Muy reconocible. 

§ 3.480. Trenes rigurosamente vigilados (Jiri Menzel, 1966)

 

Una obra muy distinta a lo usual. Con un tono de comedia ligera de situación, pero con un profundo sentido ético. Es, por decirlo gráficamente, suave y ligera en las formas, pero profunda en el fondo. No es tipo de comedia a la que estoy acostumbrado.
Tiene, por momentos, una sombría belleza, una melancolía espiritual y una cierta decadencia en lo estético. Parece una película de Renoir, de un clásico francés de mediados de los treinta, y no una película moderna de mediados de los sesenta. 
Puede versa también como un viaje experimental del protagonista, un muchacho delicado y algo inocente en temas de sexo y chicas, hacia la madurez sexual. Me puede recordar algo, vagamente, a La infancia de Iván (Andrei Tarkovsky, 1962), por ser a través de los ojos del protagonista desde el que se ve la historia pasar.
Es la primera cinta que veo del director. Me ha parecido interesante, pero no he entrado con ella, o en ella. Se puede ver, pero no es una cinta que veré varias veces.

§ 3.479. La favorita (Yorgos Lanthimos, 2018)

 

Un cine un poco diferente, que te atrapa poco a poco y que te subyuga por su dedicación, sus escenarios y sus interpretaciones.
La historia es interesante, la transformación del personaje secundario en principal, la ambición desmedida y las intrigas políticas y palaciegas están muy  bien traídas al centro del discurso, 
Una puesta en escena muy completa, con gran alarde de recursos, puestas en escena y luces indirectas. La cantidad de velas me recuerda a la de Kubrick, aunque no creo que este esté rodada con luz exclusivamente natural. Los escenarios son recargados hasta decir basta, cuadros, muebles, ropas, lacayos, asistentes, armas, color...
Me ha gustado, pero no me parece una obra imprescindible. Es magnífica, está bien. Pero además de sorprenderme con sus alardes técnicos, tiene que llegar, y ahí es donde falla. Llega, pero por extenuación, por aplastamiento, por recargamiento.

§ 3.905. Al volver a la vida (Byron Haskin, 1948)

Una de cine negro clásico de toda la vida. En el duelo interpretativo entre Burt Lancaster y Kirk Douglas no veo claro quién es más potente....