lunes, 26 de octubre de 2020

§ 2.054. Cinco minutos de gloria (Oliver Hirschbiegel, 2009)

   Irlanda, IRA, asesinados por unos chiquillos que pretende ser los guardianes de las esencias en un grupo revolucionario de jóvenes cachorros de la organización criminal terrorista. 
   No es que la película está mal, que no lo está, es que no me agrade demasiado la problemática, algo trillada y manida, sobada a más no poder. 
  Es una cuestión que me interesa muy poco. Además la redención que pretende el personaje no es propia de alguien que ha esperado 30 años para vengarse del asesinato de su hermano.
  Además una reconciliación pública, ante las cámaras de televisión, equiparando víctima y verdugo, asesino y asesinado, personal que causa dolor y persona que sufre es un experimento al que nunca le he encontrado la "gracia". No sé cuál es la utilidad de perdonar a quien te he hecho daño. ¿Cuál es la razón para perdonar?, ¿no es, de alguna manera, equiparar a ambos, como si el verdugo tuviera dolor por lo que ha hecho?
  Siempre me ha parecido una estupidez, algo que no sirve para nada y que de alguna manera blanquea al terrorista. Que un terrorista es, en esencial, un enfermo, no exige de la sociedad que lo trate con benevolencia. Qué lo ingresen en un frenopático...

§ 2.053. Noches peligrosas (Peter Godfrey, 1942)


Un rico heredero de un imperio automovilístico ingresa en la marina americana. Su tío pretende que vida la noche alguna vez, que tenga algún lío, alguna trastada, alguna picardía... ...y en estas en una noche de lío presencia un asesinato y pretenden eliminarle... pero se escapa accidentalmente.

Entretenimiento de sesión doble de un director para mi desconocido, con una 35 películas. De origen británico emigrado a EE.UU., nacido en 1899 y muerto en 1970.
Tiene toda la pinta de ser un hombre de estudio, de encargo y presupuesto, de sujetarse a la idea del productor y no perder el hilo.
Los actores: Richard Carlson que me suena de algunas películas, gran actor y muy prolífico; Jane Randolph (la mujer pantera y su regreso, y La brisa suicida), y Jane Darnell una de las inconfundibles mujeres Ford, que vi el otro día en Caravana de Paz.
No es especialmente buena, pero sirve para pasar estos ratos de obligado confinamiento por la convalecencia del desprendimiento de retina.

§ 2.052. El León en invierno (Anthony Harvey, 1968)

 

Una cinta muy mítica. Oscar para Katharine Hepburn (ex-aequo con Barbra Streisand por Funny Girl, de William Wyler) además de otras seis nominaciones, entre ellas actor (Peter O'tools), director y película.

No me ha parecido tan extraordinaria como parecía. Es una buena película, qué duda cabe, pero no me ha parecido de un calibre superlativo. Además las historias de los reinos ingleses no me llegan mucho. 1183 como si fuese ayer para alguien que conoce de historia puede ser muy conocido, pero para un español que sabe lo justito de historia inglesa es una época muy desconocida.

Me cuesta entrar en el escena y las relaciones de poder a diferencia de otros magos, como Orson Welles son demasiado sutiles como para provocar emociones potentes. En Orson, por ejemplo, hay algo de paródico que sirve de efecto dramático. En esa cinta los monólogos de los personales, auténticos soliloquios sobre el poder y la ambición son intensos y profundos, pero vacíos, apegados a la emoción del triunfo, pero que no llegan. Es el poder por el poder, la gloria para satisfacer la ambición, a veces momentánea, circunstancial y caprichosa.

Las enemistades entre los hijos son demasiados forzadas y la puesta boca arriba de las cartas desde el primer momento no es, desde luego, la estrategia más correcta y eficaz. 

En definitiva, una película mítica con grandes y correctas actuaciones y muy bien trabajada desde el guión y la trama. 

domingo, 25 de octubre de 2020

§ 2.051. Ocho sentencias de muerte (Robert Hamer, 1949)

 

   Una película entretenida. Una especie de asesino en serie del siglo XIX. Un pretendido duque planea asesinar a todos los parientes que gozan de mejor derecho que él para ostentar el ducado. Desde luego es un guión muy inteligente y trabajado.
   El director tuvo varias películas de cierta relevancia,  en Wikipedia (en inglés) se comenta que era muy apreciado por sus colegas, considerándole un director muy cualificado y talentoso. Murió muy joven, con 52 años solamente, y completamente alcoholizado, probablemente por su homosexualidad. En la época en que vivió la práctica homosexual continuaba siendo un delito.
  Entretenida, muy brithis, muy distinta y gozoble. Parece casi una obra de teatro, con un voz en off que va narrando qué va haciendo y cómo lo planea.
   Alec Guinness es el actor que encarna a todos los miembros asesinados, en un ejercicio actoral sólo al alcance de unos pocos, de los elegidos. Caracterizado como persona de edad, como joven, de varias edades, temperamentos, actitudes. Un señor de la escena, a la altura de los mejores. Una maravilla, de un actor de eso que da corporeidad a una película.
   El actor que interpreta al duque asesino es Dennis Price, para mi también un actor desconocido, pero que cuenta con una carrera absolutamente magnífica, larguísima, constante y sostenida en el tiempo. No tiene nada que ver con Vincent Price. Este es americano y el de esta película ingles. Es un apellido corriente y  natural.
   La película está considerada como una joya del cine británico, siempre en la lista de las mejores películas de su historia del cine. Un estilismo y una ironía 

§ 2.050. Nunca es tarde para enamorarse (Joel Hopkins, 2008)

 

Película de situación amorosa con dos grandes actores Dustin Hoffman y Emma Thompson.

Harvey Shine (Dustin Hoffman) es un neoyorquino maduro que compone música publicitaria. No se encuentra bien en lo personal, ni tampoco en lo profesional. En un desplazamiento a Londres para asistir a la boda de su hija conoce a Kate (Emma Thompson) una mujer soltera con poca vida social que trabaja en un aeropuerto. 

De una situación surge el conocimiento mutuo, y de aquí la posibilidad de tener un romance.

La vi hace muchos años en la tele y me encantó, por eso la compré y la vemos ahora, Rosa y yo, en una tarde de domingo lloviendo.


§ 2.049. El último asalto (Rod Lurie, 2007)


   Aunque parece de boxeo es unahistoria de periodismo. Un ambicioso periodista (J.R. Moehringer) se encuentra con un aspirante a los pesos pesados que vive en las calles y cree haber encontrado en esta historia una gran oportunidad para conseguir subir en el periódico, encontrar su historia que le permita llegar a los grandes periódicos. Era el hijo de una estrella de la radio deportiva (recientemente fallecido de cáncer de garganta) y esto siempre ha marcado su carrera. Las ganas de demostrar su valía le llevan a cometer un error grave, confundir la personalidad del boxeador.
   El vagabundo se hace llamar Bob Satterfield, toda una leyenda del deporte de las doce cuerdas. Nunca llegó a ser un grande grandísimo, no pudo pelear por el campeonato del mundo.
 Pero hay un problema el vagabundo no es quien dice ser. No es el boxeador que fue el número tres del mundo, claro hombre prominente de ese deporte. Es un impostor, que conoce la vida del conocido púgil, más que nada porque se enfrentó a él en la vida real. El periodista no fue diligente en la búsqueda de sus fuentes. Se deja engañar o es engañado, no queda del todo claro. Es más una historia de periodismo que de boxeo. Hubiera sido interesante que se continuase con la historia, que se comentase cómo fue posible el engaño, y que consecuencias tuvo para los protagonistas de la trama, el boxeador y el periodista. 
   El periodista recibió el premio Pulitzer de periodismo, y luego, más tarde, ayudó a escribir la autobiografía de Aggasi, el periodista, que pasa por ser una biografía muy bien hecha sobre el tenis y sobre el mercado del deporte. No se concreta cuándo es la historia, si antes de que le diera el premios o después.
   Basado en hechos reales, el periodista es Josh Hartnett, y el boxeador es Samuel L. Jackson. Algunas apariciones puntuales de Alan Alda y Peter Coyote. Me ha gustado mucho. Interesante y emotiva.

sábado, 24 de octubre de 2020

§ 2.048. No es país para viejos (Joel Coen, Ethan Coen, 2007)

   Me ha gustado mucho, más que la primera vez que la vi. Con un Josh Brolin interesante, con Tommy Lee Jones tan sobrio como siempre, y con un Javier Bardem para el recuerdo por su premio de la Academia.
    El argumento es enrevesado, complicado, pero se va aclarando con el paso del metraje. Policías, cocaína, asesinos psicópatas y toda una galería de descerebraos que hacen de la película una cosa muy interesante de ver. 
  La pretensión de que el cine de un autor sea reconocible, como lo es con los grandes de verdad: Bergman, Hitch, Preminger, Lang, Wyler, etc. no sé si se consigue con estos hermanos, pero queda claro que hacen un cine muy entretenido. Este es de las mejores de su colección, aunque hace años que les perdí la pista, desde que vi "propósito de Llewyn Davis" de 2013, que no me gustó nada.

§ 3.785. Un juego de muerte (Robert Wise, 1945)

Un extraordinario remake de una extraordinaria película: "El malvado Zaroff" ( Irving Pichel,  y Ernest B. Schoedsack, 1932). Y au...