domingo, 9 de febrero de 2020

§ 1.811. Los canallas duermen en paz (Akira Kurosawa, 1960)


La boda de una hija es un buen momento para detener al padre de la novia, jefe de una corporación empresarial. Para hacer discursos y para recordar que el suicidio de un trabajador de la corporación hace cinco años quizá no fuera tal.
Escándalos aireados por la prensa, detenciones...
Suicidios de trabajadores de la empresa que iban a hablar en el momento de ser detenidos, serías sospechas de que la empresa en realidad es una ciénaga de corrupción...
La traición del yerno del dueño, el hombre que se acaba de casar con la hija del dueño no se comprende bien, no se desvelan sus motivaciones.
En paralelo la policía avanza en sus pesquisas sobre la corrupción de la empresa y sus apaños.
Quien mueve los hilos de estas marionetas es el yerno del dueño de la empresa. Él es quien oculta a un muerto, que es gerente de la empresa a quien hace pasar por muerto, engaña al hermano de la novia, juega con todos.
El guión es prodigioso, el ritmo, el tempo, la cadencia de imágenes, planos, secuencias es prodigioso. Una película perfectamente rodada.
Kurosawa es perfecto. Qué filmografía más envidiable tiene... realmente impresionante.

sábado, 8 de febrero de 2020

§ 1810. Los jóvenes invasores (William A. Wellman, 1958)

Historia de la creación de los Rangers, un grupo de élite del ejército americano. Tiene un parecido, recuerda mejor, a Los doce del patíbulo, en el entrenamiento previo a la batalla.
Se deja ver. Tiene su gracias, sin más. No es de lo mejor de Wellman, ni mucho menos.

§ 1.809. La heredera (William Wyler, 1949)

Sé que es una obra maestra, pero no es de las que más me ha gustado de Wyler. Me parece muy dura, y el mundo del melodrama no es territorio que más me gusta, y esto es melodrama en sentido estricto. Son sentimientos muy abrasivos, muy duros.
Tiene otros melodramas, igualmente duros, pero este es el que más me lo ha parecido.
No llego a saber mientras la estoy viendo si realmente siente amor por la mujer o simplemente pretende ser un busca dote como piensa el padre. Hay algo de superficial en él, algo que permite sospechar que efectivamente es una mala persona. 
Ella es más lineal, directa, sincera. Es evidente que le quiere, que no es un capricho. Todo el juego depende de él. Quizá sea una carga excesiva, pero no queda otro remedio que fiarse a su buena voluntad, y el padre no puede hacer otra cosa que ceder. Todo parece que se conduce a favor de la union matrimonial y con ello la adquisición de la fortuna de ella.
Aunque no parece que pueda ser de otra menea el padre parece que se dispone a ceder. Pero no antes de decir lo que piensa. Es duro y salvaje, pero siente la necesidad de decir todo lo que piensa.
En todo caso, aunque él realmente sea un caza fortuna no es del todo incierto que la acompañará en la vida. El precio a paga es terrible, pero no menos que otros que se pagan por otras cosas. Todos los seres humanos buscan seguridad, amor y felicidad.
Los primeros cuarenta o cuarenta y cinco minutos son más difíciles, la presentación de las vanidades, el papel del padre, difícil donde los haya. Pero la segunda hora es tremenda, de una fuerza descomunal, profundamente hiriente, llega a doler el drama que plantea de manera tan ruda y cruda.
Y cuando se convierte en una mujer rica, desdichada y sola es sublime. La mane de narrarlo todo es simplemente brillantísima...!!!
Olivia de Havilland está absolutamente espléndida, y   Montgomery Clift está guapísimo, con una doble moral, con unas dudas inquietantes... Y un Ralph Richardson que es un actor magnífica.

§ 1.808. Chantaje en Broadway (Alexander Mackendrick, 1957)

Corrosiva película sobre el periodismo, sus cloacas, su basura, sus influencias. Sobre la corrupción de la información y sobre el poder de determinados periodistas.
Es una obra maestra del sub-género.
La dirección de Alexander Mackendrick es espléndida. Y las interpretaciones de Burt Lancaster, y Tony Curtis son maravillosas. Los periodistas a los que encarnan son despreciables, absolutamente despreciables.
Interviene, al parecer, Chico Hamilton. El quinteto de Jazz es bueno, pero no sé quiénes son los miembros del grupo.



jueves, 6 de febrero de 2020

§ 1.807. Las lluvias de Ranchipur (Jean Negulesco, 1955)


Se pierde en aspectos insustanciales. La trama romántica está bien construida pero no llena. La pretensión de hacer pasar a Richard Burton por indio es excesiva, no cuadra, no llega a meterse en el papel. Lana Turner probablemente no se metió nunca en ninguno, excepto en el del juicio por asesinato de su amante a manos de su hija.
La ambientación de amores en tierras extrañas, exóticas estuvo muy de moda en una época de Hollywood, aunque luego se abandonaron este tipo de rodajes.
Me gusta Negulesco desde que vi "La máscara de Dimitrios". Toda cinta que he visto suya me ha parecido estupenda. Es de los directores que considero de clase media/alta.
Fred MacMurray está de relleno, totalmente. No sé qué pinta, probablemente tenía tiempo libre y como estaba sometido a las exigencias de los estudios tenía que hacer la película programada.
La rotundidad de la belleza de Lana es de las que más me gustan. Tiene fuerza y un magnetismo salvaje, animal, muy primario.

martes, 4 de febrero de 2020

§ 1.806. Siete ladrones (Henry Hathaway, 1960)


Robo a lo grande. Puede ser un gran tema para una película. Ladrones pasados de edad con ganas de redimirse de su pasado, profesionales del robo que han estado tres años a la sombra. Chica guapa que engatusa al subdirector de un casino... Que más se puede pedir...!!!
Hathaway es un mago. Me encanta cómo lleva las películas, tiene un toque personal my particular. Cuenta la historia sin más, sin aderezo, sin planos superficiales, sin necesidad de recurrir a artificios innecesarios. 
En este caso está rodeado de estrellas, principalmente: Edward G. Robinson, Rod Steiger, Joan Collins, y Eli Wallach. Cualquiera de ellos solos, por sí mismo, hubiera sostenido una cinta de calidad.
No puede afirmar que sea la primera del sub-género de robos a casinos, pero seguro que es de las de mejor calidad. La de Milestone, las de Soderberg y algunas otras más componen un singular mosaico de muestras sobre una utopía delincuencial: robar a alguien que no puede asumir que le han robado y que, por tanto, minimiza las actuaciones conducentes a la recuperación del dinero, además de que funciona con seguro.
Rod Steiger es un actor maravilloso, en esta película, en todas en realidad, brilla de manera muy destacada.

lunes, 3 de febrero de 2020

§1.805. La reina de Nueva York (William A Wellman, 1937)


Encantadora cinta, una comedia de situación perfectamente desarrollada, con un guión estupendo de un "príncipe" de Hollywood: Budd Schulberg, dos actores de prestigio: Carole Lombard, Fredric March, y un director solvente William A. Wellman.
La película es en color, con esos matices suaves y tonalidades pasteles.
La historia es brillante, una comedia y una historia de amor. Periodismo ético y amor desenfrenado. Falsedad en una supuesta intoxicación de radio de una muchacha de provincial y buen agradecimiento por parte de Nueva York, auspiciado por un editor sin demasiados escrúpulos periodísticos (que se llama en la película Oliver Stone, curiosamente) y un periodista que encuentre esta historia como forma de resarcirse de un fracaso anterior. La inocencia de la chica y la historia de amor que subyace hacen el resto. Un metraje muy civilizado, 77 minutos permiten verla con agrado y sin demasiadas complicaciones, que es de lo que se trata.

§ 3.676. El ídolo caído (Carol Reed, 1948)

Le escuché al Fiscal de los Cowboys que esta película era una joya olvidada, o escondida. Era en una sección, El Cofre del pirata, que luego...