Una película distinta, muy novedosa para la época en que fuer rodada, 1970. Tienes la sensación de estar viendo una película moderna, incluso actual.
Tremendamente rupturista, brutal a veces, prácticamente pornográfica, inmoral, excesiva, insultante, herética, monstruosa, depravada y anticlerical.
Los hechos a los que se refiere la cinta parece que fueron ciertos, en mayor o menor medida de que aquí referido. Esta versión y la de Jerzy Kawalerowicz titulada Madre Juana de los Ángeles, de 1961.
Hechos seguramente ciertos, envueltos en una bruma de venganza política y eclesial contra un sacerdote díscolo en lo personal, rebelde en lo institucional y seguramente un gran pecador a ojos de la propia iglesia.
La cinta es patrimonio para la polémica, tanto por la temática sobre la gira, pero, sobre todo, por el tono, algo salvaje, irredento, irreverente y despiadado. La mezcla de deseo sexual reprimido con las cuestiones eclesiales es una bomba. La moral y los estándares del bueno gusto saltan por los aires, naturalmente.
Oliver Reed lo llena todo, es excesivo, violento, virulento, depravado y muy sexual. Vanessa Redgrave funciona bien en el papel de histérica sexual, y Gemma Jones tamibén da un papel muy acertado.
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