Cine de culto. Checoslovaco. Un director que no ha rodado muchas cintas, pero que con esta, al parecer, consiguió un gran éxito y un gran crédito.
Una forma de rodar diferente, planos muy cortos a la cara de las gentes, en donde se aprecian los detalles más nimios: el sudor, las arrugas, las protuberancias de los músculos, las diferentes tonalidades, etc.
Llena de simbolismos, requiebros visuales una cierta rapidez en la sucesión de unos planos y encuadres poco usuales. Todo el ambiente se diluye en una sombría equidistancia entre la angustia y la desesperación y la alegría vital y el matrimonio y familia.
Encadena el final de un plano con el principio de otro, ´dandole a la película una sensación de continuidad constante. Es un recurso interesante, y no he sido consciente de haberlo visto en otras películas.
Director y actores absolutamente desconocidos para mi. Es considerada una de las mejores películas Checas de todos los tiempos.
El horno juega un papel importante en la propia iconografía de las trama, y el boxeo, que parece un ejercicio para redimirse de no se sabe qué pecados.
Me ha entretenido. Es muy diferente y atractiva.
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