Una cinta diferente, distinta, moderna, psicológica. Un thriller con visos de clásico. Mujer atrapada en sí misma en un matrimonio desventurado con un hombre rico venido a menos. Es una especie de historias entretejidas para internar llegar a un sitio al que quizá no te gustaría llegar. Un juego psicológico de terror, secuestro, angustia y agonía en un relato que recibe la chica. Algo te dice que es la historia de su vida la que se va a ver reflejada en el devenir de lo que le va a ocurrir al protagonista y a su familia.
Tiene una factura muy bien construida, un color intenso y un guión de lo más bien construido.
Consigue un ambiente muy asfixiante y agobiante. Quieres que avance, pero también que no se acabe. Las dos historias, que luego son tres, convergen perfectamente y funcionan, quizá no por sí mismas y solas pero sí las tres juntas.
Los dos actores principales funcionan: Amy Adams, tan guapa y brillante como siempre, y Jake Gyllenhaal, que siempre le he visto algo corto para papeles de envergadura.
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