viernes, 27 de diciembre de 2019

§ 1.786. Prisionero del odio (John Ford, 1936)

Un relato sobrio, sereno, desapasionado incluso sobre un episodio que seguramente no guste mucho al pueblo americano: el tratamiento dispensado a Samuel Mudd, médico que se vio involucrado en la muerte de Abraham Lincoln en 1865, aunque finalmente fue indultado en 1869.
La referencia en Wikipedia es muy clara:https://es.wikipedia.org/wiki/Samuel_Mudd
No queda del todo claro si Samuel Mudd conocía los planes para el asesinato del presidente, pero sí coinciden en que no tuvo un papel relevante.
Ford es Ford, imágenes claras, relato lineal, desarrollo pausado, música acompasada (nunca protagonista) y que cada espectador se forme la idea que quiera sobre la historia. 
La película no muestra toda la vida del protagonista, ni siquiera su participación en el homicidio, únicamente muestra al comienzo como ayuda a curar la pierna del asesino, cómo se desarrolla el juicio, y, sobre todo su encarcelamiento, su plan fallido de fuga y su vida en una prisión de los Cayos de Florida.
Siempre me ha llamado mucho la atención el odio que ha provocado Ford en la progresía bien pensante de la feligresía sociata de este país. Película como esta, y como otras, no permitir imputarle calificativo de facha, de retrógrado, de misógino y de todos esos pecados que han practicado con asiduidad hombres de todo tipo y condición en todos los tiempos y lugares.

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