sábado, 5 de diciembre de 2020

§ 2.147. Joker (Todd Phillips, 2019)

   Interesante película hecha a la imagen y semejanza de su actor: Joaquin Phoenix, excesivo, melancólico, egocéntrico, neurótico, enfermo, psicótico, brutalmente desequilibrado...
  La chica es Zazie Beetz, desconocida para mi. También interviene Robert De Niro como cómico de televisión, al principio y sólo un par de minutos, y luego a media película.
    Indudablemente la película tiene algo, no sé qué es, pero es buena. El ritmo y el guión son estupendos, la filmicidad de la ciudad, su suciedad, su barroquismo arbitrario, su metro sucio y degenerado. Todo eso lo consigue bien el director. Pero donde la película se muestra como extraordinaria es la alegoría de la risa como enfermedad. La muerte y la risa como una sola cosas. La enfermedad de la risa. El Joker está enfermo de risa. 
    El entronque de la cinta con Batman esta, según Rodrigo, muy bien realizado. El padre del Joker es Thomas Wayne, también es del Batman. En realidad puede verse como una película separada de la saga, aparte, sin conexion específica con ella.
    Me ha gustado mucho, mucho de verdad. Es buena, muy buena. Director para mi desconocido. Es su segunda película dramática, después de varias sobre juergas universitarias y resacón en las vegas, cómicas todas ellas. Buenas según mi hijo, aunque lo dudo.

miércoles, 2 de diciembre de 2020

§ 2.146. Buenos días, noche (Marco Bellocchio, 2003)

    El secuestro y asesinato de Aldo Moro, primer ministro italiano, en 1978 siempre estuvo rodeado de polémica, tanto en su actuación como en la de las fuerzas del orden.
    No es la primera película que veo sobre este tema, pero sí es cierto que es la primera que lo trata monográficamente, desde dentro, desde los secuestradores y el secuestrado. Tiene algo de falso documental, y aprovecha las noticias de la televisión, probablemente reales, para hacer avanzar los días del secuestro.
    Es evidente que el tratamiento de la cuestión es claramente político, pero no hay tanta carga ideológica como pudiera parecer. Se da por supuesto lo que cada uno piensa y siente, cómo actúa y por qué. Y ahí la película se queda un poco corta. Gente dice Moro frente a clases dice el terrorista, hablando del motor de la historia. La carga ideológica se desarrolla a través de las conversaciones que mantienen el líder terrorista con Moro, sobre banalidades del poder y de la política. No creo que pretende el director un desarrollo ideológico, ni nada por el estilo. Se sirve de cómo podría haber sido para hacer caminar la película, que pierde interés a medida que se acerca a la hora de duración. 
     No consigue lo que quiere. Ni es capaz de narrar con dominio la angustia de los secuestradores o del secuestrado, ni como documento histórico o fidedigno consigue elaborar un guión de cómo fue el secuestro. Comparándola con Operación Ogro es mucho peor película. Curiosamente las dos de directores italianos, ambos militantes de izquierda comprometidos. 
    Parece mentira que el 1975 ETA pudiera matar a un Presidente del Gobierno y que en 1978 Las Brigadas Rojas pudieran hacer lo mismo con el premier italiano. Ahora sería impensable. El nivel de control y dominio de las personas, la sociedad de la información y el dominio que se tiene de las comunicaciones hace impensable algo así. En un breve periodo de tiempo la policía y los servicios de inteligencia darían con los terroristas mucho más rápido de lo que parece. No habría posibilidad alguna de escapar de su control y dominio.

§ 2.145. Un espíritu burlón (David Lean, 1945)

    Una de las primeras de David Lean, todo un poderoso del cine, un clásico actual, un gran artesano de superproducciones. 
Conocido por sus grandes obras a Cinemascope, tres en particular: El puente sobre el río Kwai (1957), Lawrence de Arabia (1962) y Doctor Zhivago (1965).
    Un tema a medio camino entre la comedia sarcástica y la ironía británica. Una médium realiza una sesión de espiritismo en casa de un matrimonio cuyos cónyuges ya estuvieron casados con anterioridad en el pasado. La pareja y el matrimonio que ha sido invitado a participar en el invento contactan con la primera mujer del marido, fallecida hace cinco años. Pero la mujer muerta decide quedarse a vivir en casa del matrimonio, provocando una tensión entre ella y la mujer actual. La canción catalizadora de la presencia de la mujer es la canción "siempre" que pone constantemente la médium para facilitar el viaje del espectro a la realidad actual. Elvira, su mujer, se ha presentado y no pretende irse con facilidad. Es precioso cómo está dibujada de color verde oscuro, translúcido, del mismo color que el vestido de su actual mujer pero difuminada, para que no haya confusión entre su mujer actual y la fallecida.
    Comedia británica de las consideradas 'inteligentes', diálogos muy elaborados, guión muy trabajado y actuaciones muy meticulosas. Los actores son Rex Harrison, espléndido en su papel, como siempre. Un actor de método absolutamente magnífico. Uno de los grandes de verdad.
    Constance Cummings es su mujer actual. Kay Hammond es Elvira. Margaret Rutherford es la médium que ha realizado la sesión de espiritismo.
  Es la representación de una obra de teatro, del dramaturgo británico Noël Coward, estrenada en 1941 y representada decenas de veces, también en España. Una obra muy representada, propicia a equívocos y malas interpretaciones. Divertida y sardónica, humorística e inteligente. Desde luego una gran obra, propicia para ser llevada al cine. 
    Buena película, aunque no me imaginaba que pudiera ser de Lean, no le imaginaba con un humor tan fino, tan delicado. Quiero decir que la visión que se tiene de David Lean es de un señor serio, acostumbrado a grandes producciones, escenarios grandilocuentes, muchos extras, (comedidos) efectos especiales y música de cámara. Nada de eso hay aquí. Es una comedio pequeña, irónica y con peculiar sentido del humor. Además, nada tiene que ver con lo que hizo después: Amigos apasionados (1949), y Madeleine (1950), dos películas absolutamente magníficas, cada una en su papel, aunque ambas parecidas.
    Es un director que me gusta, y mucho. Tiene esa genialidad de los grandes cineastas. Todas sus películas me gustan. Todas tienen algo. Tengo que terminar con Lean, me quedan pocas para ver todas las suyas.

§ 2.144. Un vaso de whisky (Julio Coll Claramunt, 1958)

    Película española de finales de los cincuenta, con Rossana Podestà, Arturo Fernández, Marta Flores, Carlos Larrañaga, Carlos Mendy, Armando Moreno, Milo Quesada, George Rigaud, Yelena Samarina, y José María Cases.
    A la dirección un Coll Claramunt que hizo muchas cosas en los 50 y 60, no sólo cine. Desde ahora lo pongo en mi radar para intentar ver más cosas suyas. Aunque tiene ese toque moralista del cine político de los años franquistas es una muy buena película, una especie de cine negro a la española. Bien desarrollada, bien trazada, con un guión muy bien narrado y con un resultado óptimo. Una gran película, que me ha gustado mucho. 
    Un blanco y negro precioso, en una historia tantas veces contada... pero en este caso de manera magistral, me ha parecido estupenda.
    Vida disipada en el Madrid de postguerra, boxeadores enamorados de chicas malas, vividores que viven de las extranjeras. Ambientada en la Costa Brava, cuenta varias historias paralelas con un evidente propósito moralista, como bien se precisa al comienzo de la película cuando un cartel alerta de que las acciones humanas, las buenas y las malas, provocan efectos, a veces indeseados, en otras personas. Lo que hacemos, todo lo que hacemos, tiene consecuencias.
    El trasfondo moral es evidente, aunque cierto, pero el escenario en el que se mueve el discurso no es mejor para ese tipo de dramas humanos. Hay escenario más 'espectaculares' para ello, aunque este tiene la virtud de proyectarse en un teatro diario, que le puede pasar a cualquiera. No se sabe si lo pretende mostrar son las consecuencias de la vida disipada o los pecados de juventud de unos chicos desenfrenados en una edad y una época propicia para ello.
   La chica está enamorada de un boxeador, que la adora. Pero ella está enamorada de Victor, que es el playboy que vive de las mujeres y se encuentra varado en un hotel de playa en la costa por no haber podido pagar el alcohol de la juerga y el pequeño bote que quemaron. En realidad ya tiene el dinero que le ha dado la chica, que, a su vez, le ha dado el boxeador. 
   Cuando el gato aparece muerto, maltratado después de haber estado en la habitación de Victor, el protagonista, todo parece cambiar. Se le entierra pero la chica, la dueña del hotel, experimenta un vacío emocional que intenta suplir el desenfadado y vividor protagonista.

martes, 1 de diciembre de 2020

§ 2.143. Balas vengadoras (Samuel Fuller, 1949).

    Primera película de Fuller. Se ve rara, con un formato pequeño y como encuadrado en una  cinta gris que rodea la película, como si fuera un cuadro. Hoy va de primeras películas, pues he visto la primera de Siegel, que me ha encantado.
    Esta me ha gustado menos. Por el formato, el visionado y la escenografía. Aun así se aprecian algunas cosas de Fuller, básicamente esos primerísimos planos de la cara de los protagonistas, que tan bien funcionan en las películas de guerra: A bayoneta calada y Cascos de acero.
    Lejos, con todo, de sus mejores cosas, cuya cumbre es, sin duda, Manos peligrosas, que hace muchísimos años que vi, por primera y única vez. Tengo ganas de volver a verla, segundo que me gusta incluso más que la primera vez. 
    Narra las aventuras del asesino de Jesse James, Bob Ford, que traicionó a su amigo para conseguir el indulto del gobierno y casarse con su novia Cynthy. Pero una cosa son las pretensiones y otra la realidad. La vida no siempre es lo que se espera de ella. La culpa del pistolero se acrecienta por la necesidad de tener que teatralizar el asesinado una y otra vez en el teatro como forma de ganarse la vida. Culpa, alcoholismo, marginación, mezquindad. El abandono de los proyecto que tenía cuando traicionó a su amigo se tornan por el sueño de conseguir plata en una minas, abandonando a su novia, que sólo rescatará más tarde si consigue hacer dinero para cuidarla. Pero en otros sitios también han oido hablar de él, y su fama, con lo que ello conlleva, le persigue.
    El reparto: Preston Foster es Jesse James, Barbara Britton es Sidney, la chica del asesino de Jesse, John Ireland como el asesino Bob Ford. Los demás son: Reed Hadley, J. Edward Bromberg, Victor Kilian, Tom Tyler, Tommy Noonan, Eddie Dunn, Margia Dean, Byron Foulger, Jeni Le Gon, Barbara Woodell, Phillip Pine,  y Robin Short.

§ 2.142. El veredicto (Don Siegel, 1946)

 Primera película de Don Siegel como director. Magnífica. Realmente estupenda. Cine negro de verdad, del bueno. Música, escenografía, atrezzo y diálogos de verdad negros, en un guión que no deja respiro alguno.
    Un jefe de policía, al parecer, ha cometido un error al investigar a un acusado de homicidio, pues no ha tenido en cuenta el testimonio exculpatorio de un sacerdote que dice que pasó la noche del crimen con el acusado, luego ajusticiado.
   El crimen que se cometió fue la muerte de una señora mayor con dinero. Su sobrino es un poco "vive la vida" y rápidamente el policía despedido, en realidad jubilado, centra en él sus pesquisas. Pero el sobrino ha sido asesinado, y nadie parece entender qué ha ocurrido. Ha sido asesinado en una habitación cerrada con llave, sin evidencias de violencia en la puerta o ventanas, solamente hay una chimenea, demasiado pequeña para que deje pasar a un hombre. El nuevo jefe de policía no sabe por dónde tirar, no tiene indicios ni sospechosos, pero aunque habla con él no le pide ayuda en sentido estricto. La chica es detenida porque dice que buscada un reloj en la habitación del fallecido por su valor sentimental. Cuando abren la tumba y descubren el cadáver ven que tiene guardada una fotografía de la mujer que regenta la pensión dedicada por ella misma. Ya no se sabe quién es sospechoso y quien no. Las amenazas que profirió un primo del fallecido adquieren ahora toda su dimensión.
 Reparto de superlujo en los papeles protagonistas el inolvidable Sydney Greenstreet, acompañado por el también característico Peter Lorre, Joan Lorring es la chica, la novia del fallecido, George Coulouris es el nuevo jefe de policía, Rosalind Ivan es la entrometida casera en donde se ha asesinado al joven. Los demás papeles son para: Paul Cavanagh, Arthur Shields, Morton Lowry, Holmes Herbert, Art Foster, y Clyde Cook.

§ 2.141. El fugitivo (John Ford, 1947)

No pensé que en la filmografía de Ford encontrase una película religiosa. No parece un hombre que practicase religión alguna. Su forma de ser, su personalidad, su hombría desaforada, sus vicios con el tabaco y el alcohol presagian un hombre alejado de las trascendentalidad que proporciona la religión y su ritos.
Pero es una película religiosa, con un título además muy Western, que puede inducir a engaño al espectador, esperando ver una cosa y encontrarse con otra.
En todo caso parece como si Ford se 'quitase' con esta película un peso de encima: soy católico, punto. No se hable más. Creo en Dios, a mi manera, parece querer decir con la elección de este tema. Más allá de la iconografía intuitiva de los Tres Padrinos con los Reyes Magos pocas temáticas religiosas recuerdo en Ford. No es que sea un descreido, o un irreverente, menos aun un faltón o provocador. Simplemente no le agradaban los temas religiosos.
El guión es de Dudley Nichols sobre una novela de Graham Greene, que desconozco cuál es, quizá El poder y la gloria, que se editó en 1940.
La trama es sencilla. En un país en que está proscrita la religión un sacerdote desafía las reglas imperantes y continúa ejerciendo su sacerdocio. La película comienza con un bautismo.
Los regentes instigan al jefe de policía para que le persiga y de caza, tarea a la que corre solícito, causando daño en la población civil con el propósito de que le sea entregado el sacerdote. 
    Aunque está rodada en México y los actores y escenarios son claramente mexicanos, ya advierte al comienzo de la película una voz en off que la temática no es exclusivamente mexicana, sino que podrían desarrollarse en cualquier parte del mundo. El ambiente es claramente revolucionario, tanto en la iconografía como en el vestuario de los militares. El lenguaje y las proclamas también son claramente revolucionarias.
   El sacerdote pretende huir del país, llegando con una mula a Puerto Grande. Le ayuda a huir la mujer y en el camino se encuentra con un paisano que, obviamente, pretende robarle la mula y el maletín que lleva, que a los ojos del paisano se le antoja lleno de dinero. Cuando está a punto de subir al barco un niño le llama padre y le pide que acompañe a su madre que está a punto de morir.
   Los actores son: Henry Fonda como el sacerdote, Dolores del Río la mujer india que acaba de dar a luz; Pedro Armendáriz como el policía obsesionado con darle caza y matarlo; y Ward Bond como el Gringo buscado por la justicia mexicana.

§ 3.390. Sacco y Vanzetti (Guiliano Montaldo, 1971)

  Una muy buena película, con una crítica dura al sistema político americano, su aversión a los sindicatos libres de trabajadores y a todo l...