martes, 6 de mayo de 2025

§ 3.812. Rebelión (Masaki Kobayashi, 1967)

No creo que hay más películas de su director editadas que las cuatro que tengo. 
Un drama familiar en toda regla, con toda la estética y ceremonial japoneses. Un enfrentamiento entre concubinas cuyo desenlace se resuelve como se resuelven estos desenlaces entre espadachines japoneses.
Perfectamente rodada, con unos planos medios y un blanco y negro precioso, unos encuadres simétricos y un zoom que potencia significante la expresividad de las caras.
Es de una elegancia estética inconmensurable. Dulce y delicada cuando lo requiere, pero con una ventolera rayando en huracán cuando las tornas cambian y la violencia es la única solución a los problemas. 
La trama está a la altura de cualquier drama convencional europeo.
Emocionalidad a flor de piel, vestiduras rasgadas, amores no comprendidos, y una fuerza de la naturaleza desbocada y salvaje capaz de cualquier cosa por ver el amor de su hijo y de su nuera. Una verdadera oda al amor en tiempos de convencionalismos máximos.
Una verdadera obra de arte.

§ 3.811. En nombre de Caín (Brian De Palma, 1992)

De Palma ha ido, lenta pero inexorablemente, perdiendo facultades, haciendo películas cada vez menos interesantes y planas, a veces manteniendo una cierta gracia, otras no tanto. Siempre bajo un aparente escenario Hitchock, con música siempre muy estilizada y apropiada al suspense, pero con resultados cada vez menos interesantes.
Su primera etapa, la fundacional, caracterizada por experimentaciones fílmicas, temáticas de comedia (negra, grotesca, etc.) y formas de rodar algo innovadoras. La segunda, la mejor a mi juicio, por la recreación de todo el imaginario Hitchock que tenía acumulado en su vida. La tercera, después de convertirse en un directo de fama, éxito y taquilla, la peor de las tres, en las que rueda obras comerciales que pretenden emular sus éxitos anteriores, sin conseguirlo en absoluto.
Esta cinta tiene un desarrollo de guión de lo más complicado, con un personaje que tiene triple desarrollo de la personalidad (interpretado en sus tres papeles por un John Lithgow que hace lo que puede, sin conseguirlo).
Más allá del interés por conocer lo obvio del desarrollo de la historia, la película no tiene mayor interés. El tema de fondo tiene su miga, y el director ya había abordado algo parecido en algunas otras películas suyas, pero no consigue en ésta provocar un interés verdaderamente grande. 
No es de lo mejor de De Palma. Ni mucho menos.

lunes, 5 de mayo de 2025

§ 3.810. La condición Humana III. La plegaria del soldado (Masaki Kobayashi, 1961)

No me cabe duda de que Kibayashi era un pacifista, y que pretendía en sus películas, especialmente en ésta, no tanto en Harakiri, exponer ese ideal al crisol más fuerte al que se le puede someter a ese ideal. Ser pacifista es una cosa, muy loable, serlo en un campo de concentración, en una guerra y en una huida de una guerra y una derrota es otra cosa, más dura y más difícil.
Además, esta última parte comienza cometiendo el protagonista un asesinato. Es cierto que para poder huir, pero es un acto contrario a su ideal. Por eso sus reflexiones sobre sí mismo tienen un nivel de profundidad sobre esta temática que no se aprecian en las otras dos cintas. 
La que más me ha gustado ha sido la primera, porque es la que sitúa toda la historia, presenta los personajes, muestra los ideales y conforma la iconografía de toda la epopeya.
El viaje a pie que emprenden es, en realidad, un viaje interior hacia el desencanto personal. Por la guerra, por la violencia, por el rechazo de sus propios compatriotas, por el comunismo, por el ejército, por la solidaridad humana... poco queda después de tanto sufrimiento del yo interior que inició el protagonista dos películas atrás. 
O quizá sí, sí queda algo de dichos ideales. Probablemente la respuesta a su plegaria es un encuentro con sí mismo al final del peregrinaje: todo merece la pena si te reencuentras con tu amor. Es ese sentimiento el que libera de manera catárquica al ser humano. Lo que justifica su existencia y lo que le dignifica en la tierra. Se es más hombre, en definitiva, si se ama. 
Una cambia cuando debe matar o morir.

domingo, 4 de mayo de 2025

§ 3.809. La condición humana II: El camino a la eternidad (Masaki Kobayashi, 1959)

 

Los perros de la guerra. El horror del campo de concentración en la primera parte, la bestialidad de la guerra en la segunda. Retrato descarnado, salvaje y sin pudor ni reparo sobre el funcionamiento interno de un ejército por dentro. A la brutalidad de la contienda, del enemigo, de las circunstancias del combate y del conflicto, hay que sumarle la sinrazón interna, el desprecio por la humanidad y todo lo que tiene que ver con valores cívicos, pacifistas, sensibles. sociales. No se sabe qué es más peligroso, si el enemigo o los oficiales del propio ejército. 
Como película no funciona si no se ha visto la primera parte. Pero como continuación es un retrato vitalista de una vida mísera en una guerra sin sentido que el Japón tenía perdida desde siempre, desde antes de empezar. Toda la ritualidad, todo el boato, toda la ceremonia y pompa, todo el argumentario artificioso solo tiene un propósito: mantener el poder militar aunque éste no sea necesario.

§ 3.808. La condición Humana I. No hay amor más grande (Masaki Kobayashi, 1959)

Como obra conjunta no puedo hacer todavía un juicio crítico, tengo que esperar al final del tercer volumen para apreciar en toda su magnitud la trascendencia de la película. 
Esta primera parte está teñida de dos matices: un profundo antibelismo y una idea socialista de la producción y de la organización del trabajo. 
Del director vi hace tiempo "Harakiri" que se rodó después de esta trilogía, y me deslumbró. Me pareció colosal, magnífica y verdaderamente una obra de arte.
Esta cinta tiene las misma hechuras, los mismos mimbres. Planos abiertos, a media altura, no desde el suelo como Ozu, nítidos, firmes, sin movimientos -tráveling, zoom, etc.-, con un cierto planteamiento teatral.
Tiene mucha más trama de la que parece a primera vista, pero todos los escenarios son propicios para proyectar en la práctica las ideas teóricas de un socialismo humanitario y colectivista dirigido a la supervivencia del género humano y la superación de las canciones miserables de vida en la que la clase explotada se encontraba, principalmente prisioneros de guerra (extranjeros) y políticos (nacionales).
El protagonista absoluto lo interpreta Tatsuya Nakadai, actor mítico del cine japonés que ya actuó en otras cintas de Kurosawa. Al parecer un actor muy reconocido, mítico en el cine japonés.
Desde un punto de vista meramente histórico, Japón ha tenido que se un país tremendamente belicoso y guerrero. Muy apegado a una vida marcial muy marcada que inunda toda la sociedad y sus relaciones, a veces excesivamente jerárquicas. Por otro lado la penetración de las ideas sociales del pensamiento marxista, en cualquiera de sus variantes, tuvo que encontrarse con dificultades enormes.

sábado, 3 de mayo de 2025

§ 3.807. Furia del trópico (André De Toth, 1949)

Me ha gustado mucho. En realidad es que me encantan este tipo de películas de cine negro, actoress conocidos, tramas desgarradoras desde el punto de vista emocional. En este caso, además del Richard Widmark la cámara se enamora de una de mis actrices favoritas: Linda Darnell, participando también una Veronica Lake sin el ricito característico que la hizo tan famosa y tan imitada por mujeres de medio mundo, especialmente americanas.
Triángulo amoroso, cuentas pendientes, amores imposibles y alto de acción. Un metraje muy comedido y escenas de aviones en el mar. Un buen resultado. Me ha gustado, pero es que este tipo de películas me gustan mucho.

§ 3.806. Rebeldes en Canadá (Amando De Ossorio, 1965)


Hay que ser valiente para meterse en este "berenjenal". Una película en el Canadá, con tramperos, soldados vestidos de rojo, fuertes, indios, y chicas sensuales que cantan en francés. 
Venganzas familiares, prados, espacios abiertos, deberes que cumplir que van más allá del honor, de la lealtad y de la propia existencia. 
No le sale del todo mal, quiero decir que el resultado no es desastroso del todo, pero queda lejos de ser una gran película. Es una especie de Spaghetti Western en su tratamiento, pero una película de aventuras en el fondo. Una opción arriesgada, con un metraje civilizado que seguro que fue un fracaso absoluto en taquilla. Actores no muy conocidos, un guión tan básico que da pena y escenas que no tiene mucha sintonía con otras del plano siguiente.
De todas las películas de De Ossorio, ésta quizá sea la más peculiar. Un clásico del Fantaterror patrio que aportó cosas en su momento, pero que naufraga con mayores alturas. No aguanta ni siquiera el metraje. Y eso que es corto. Son tópicos típicos, escenas de rellano, y argumento colaterales sin demasiado sentido y consideración. 
No me ha gustado especialmente.

§ 3.916. Beltenebros (Pilar Miró, 1991)

La vi hace muchísimos años, en Cabueñes, en Asturias, en un campamento juvenil que organizaba el Injuve (el Instituto Nacional de la Juventu...