lunes, 21 de abril de 2025

§ 3.787. Caza de brujas (El sello de Satán) (Pau Schrader, l1994)

No sé qué pretendía Schrader con esta película:  una parodia de la caza de brujas, una crítica a las películas de detectives privados, implementar una miraba mórbida a la sociedad americana, una burla de la magia y el ocultismo.... No tengo ni idea, pero ni el tono cómico, ni el ritmo pausado acompasan el discurso con lo fílmico. Una estática muy cuidada de los años cincuenta, unos diálogos trabajados, y una trama que podría haber funcionado, pero no sé qué ha hecho, en qué fracasa, o por qué naufraga... pero fracasa y naufraga.
Totalmente...
Insufrible.
La peor de su director, sin ninguna duda.

§ 3.786. 2046 (Wong Kar-Wai, 2004)

Una película muy vista, al parecer. Centenares de votaciones y críticas en las plataformas especializadas. 
No tenía la menor idea de ella. Ni de su director. No sólo no he visto nada suyo, sino que, además, no me suena de nada.
Una cinta delicada, bien trabajada, con una estética cuidada y formal. En una estructura poco ortodoxa, nos difumina las fronteras entre el pasado y el presente. Y como recurso estilístico, tiene su pase, su gracia y su razón de ser. Pero en esta película no se trata de implementar un recurso, sino que es el sentido propio de la trama. 
No sé si es suficiente para sostener 123 minutos de metraje. No es que sea una película lenta, es que no sabes a dónde va, ni cómo, ni de qué manera.
El olvido, el tiempo, el pasado. Una estructura que sobrepasa lo estético para introducirse en la trama. 
No es que me sorprenda, es  que no le encuentro el sentido.
Es la clásica película que puede concitar, a la vez: una admiración profunda y un odio visceral. No parece que pueda existir un término medio. Si repasas las calificaciones de las persona que redactan una crítica sobre ella ves que hay dos notas preponderantes: el 10 y el 1.
No creo que sea una obra maestra. Es hipnótica, exuberante, visualmente muy atrayente, pero le falta fondo argumental y propósito.
Tampoco es una película detestable. 
En cualquier caso, no es una cinta fácil de ver. Mucho metraje, trama difícil de seguir, argumentos complicados, diálogos extraños y toda una estática minimalista, nihilista y apegada a los detalles nimios.
Me ha sorprendido, pero no me ha gustado especialmente.

domingo, 20 de abril de 2025

§ 3.785. Un juego de muerte (Robert Wise, 1945)

Un extraordinario remake de una extraordinaria película: "El malvado Zaroff" (Irving Pichel,  y Ernest B. Schoedsack, 1932). Y aunque aquella es una obra de arte, ésta no le va a la zaga. 
Wise siempre es una garantía de cine de verdad, de cine con mayúsculas, de auténtico cine. 
Bien hecha, bien narrada, con ritmo, con tino, con sencillez pero con profundidad, con maestría, con cine.
Realmente aquella era mejor, porque los escenarios tenían más recorrido, al menos su iluminación así lo hacía parecer. Pero en ésta los diálogos son más intensos, parece que con más profundidad. Me ha gustado mucho, la verdad. Lo tiene todo para ser un clásico. Y probablemente lo sea, pero es que todo Wise lo es. No hay mala cinta suya.

§ 3.784. El amante bilingüe (Vicente Aranda, 1993)

Una gran producción, cuidada y con un reparto espectacular: un Imanol Arias que borda la esquizofrenia en los detalles de la enfermedad; una Ornella Muti guapa a rabiar, elegante fina y con glamour, aunque no sé si muy dotada para la interpretación; la Loles León de siempre, con esa mezcla de vulgaridad y morbo que hace tiempo que dejó de encarrilar a nadie y Javier Bardem (aunque interviene muy poco) son sus principales actores. 
Relato fílmico de la novela homónima de Juan Marsé.
Una crítica a la sociedad catalana, a la burguesía catalana, algo hipócrita y siempre interesada en su afirmación y especialmente al uso intensivo de la lengua catalana. Supongo que era la manera que tenía Marsé de cobrarse la cuenta con el nacionalismo catalán. Siempre escribió en español, siempre detestó al nacionalismo político, siempre se rió de ese nacionalismo al que pertenecía (por educación, no por nacimiento).
Conocida es su historia personal, y la del Faneca -su padre biológico-, al que desde una ironía excelsa retrata, supongo que indirectamente, en la novela.
La esquizofrenia del acordeonista es paralela al del españoles que viven y trabajan en Cataluña y no profesan el credo nacionalista. 
No entiendo el desdoblamiento del personaje y la aparición del su alter ego como si fuese El Faneca, su verdadero padre. No entiende qué nos quiere decir y por qué. 
Sí es muy evidente el guiño a El fantasma de la ópera, en una caracterización muy bien lograda.
He leído poco a Marsé, pero lo que he leído suyo me parece verdaderamente impresionante, notable y muy trabajado.
El cine de Aranda me interesa. Su primera etapa -en realidad, su primera película- se enmarca en la línea del cine 'Fantaterror', pero con más clase. Luego pasa con las adaptaciones literarias, luego por El Lute, y más tarde por la adaptación de novelas de Marsé. Tiene cosas verdaderamente interesantes.
No lo consideraría un grande del cine español, pero sí un director verdaderamente interesante. 

§ 3.783. Todos eran culpables (León Klimovsky, 1962)

Otro noir español, con temática española, tratamiento español y actores españoles. 
Un buen guión, al que no le veo las lagunas que le  achacan los comentarios que he leído sobre ella, y un desarrollo y ejecución de lo más interesante. Ortodoxa, con un cierto mensaje, un buen blanco y negro, una canción de fondo del mismo título que la película (a veces excesivamente reiterada) y unos actores muy de la época. Un metraje muy civilizado -83 minutos- y una moraleja muy de la época: el crimen no sale a cuenta, y la verdad resplandece siempre.
Klimovsky rodó decenas de cintas. De todos los géneros, de todas las facturas, de todas las calidades. Un muy bien artesano que supo hacer cine en una época muy difícil de la vida española, y por ello también del cine.
Me ha gustado. Podría haberla filmado Jesús Franco, o Nieves Conde, o Julio Coll, o incluso Jose Grau. No tanto Aranda, Cuerda, o Uribe, que son posteriores.

sábado, 19 de abril de 2025

§ 3.782. El hombre que mató a Liberty Valance (John Ford, 1962)

 


§ 3.781. El gladiador (Abel Ferrara, 1986)

Me gusta Ferrara. Tiene una manera de abordar la realidad diferente, particular, un poco sórdida y siempre destacando los aspectos más bizarros, pero peculiar. Ésta es una película para la televisión. Pero no se nota, yo al menos no lo noto. Es cierto que hay aspecto menos cuidados: los escenarios, los espacios abiertos, la transición entre planos.
Es una historia de las suyas. De venganzas bizarras, de resentimientos urbanos, de planos y composiciones singulares, urbanistas de extraradio, de marginales que elevan su moralidad a estándares de comportamiento social.
Me llama la atención que el chico juega al fútbol. Un deporte todavía no mayoritario en EE.UU. en el año en que se editó la película.

§ 3.892. Una extraña entre nosotros (Sidney Lumet, 1992)

  Una película difícil de lograr. Interesante, con un cierto propósito pero nada sencilla de lograr. Intentar introducirse en los entresijos...