Una obra de arte. Una película grande de verdad. Es, al menos, la segunda vez que la veo. Una grandísima Crawford, en uno de los papeles de su carrera.
Lev Stepanovich era un contador de historias ciego que la abuela de León Tolstoy tenía a sueldo en la casa familiar. Era legendaria su capacidad para contar cuentos... manipularlos, hacerlos una y otra vez de manera diferente... Eso pretende este Blog, contar cuentos... de manera creible.
sábado, 22 de febrero de 2025
§ 3.702. Un Dólar y una tumba (León Klimovsky, 1970)
Un típico, tipiquísimo espagueti western. Rodado en España en una coproducción española e italiana.
Un argumento fácil, sencillo, circular, que empieza y acaba. siempre dominado por las bajas pasiones: la violencia, la venganza, el odio.
Tiene sentido, está bien rodada, con recorrido, sencillez y garbo. Está incrustada en el canon de este género y quizá sea demasiado larga, le sobran 15 minutos. Con 85 hubiera sido suficiente.
Algo oscura, al rodarse de noche muchas escenas no se ve todo lo bien que debería.
El protagonista es John Ireland, un actor interesante, siempre con presencia, maduro, con empaque, sereno y muy fotogénico: con mandíbula prominente, pómulos marcados y una mirada con fondo, profundidad y sentido y serenidad.
Me ha gustado.
viernes, 21 de febrero de 2025
§ 3.700. La cárcel de cristal (Julio Coll Claramunt, 1956)
Segunda película de Coll que se ve regular. La copia que tengo es demasiado oscura, y en algunos momentos no se aprecia con nitidez el contraste del blanco y negro, especialmente cuando la escena se muestra de noche.
Hay algo trágico en el ambiente, una sensación que atenaza a la protagonista. No es exactamente amor, es dependencia. No es entrega, es sometimiento. No es entrega, es dejarse ir.
La búsqueda de la identidad a través del éxito es un camino peligroso. El talento no es más que una de las condiciones que se deben tener para triunfar, y su valoración es variable con el tiempo. Puede modificarse a medida que progresas profesionalmente.
El amor por el teatro, como forma de catarsis del teatro del amor. Matrimonio desvencijado que sublima sus fracasos personales en el crisol de la farándula.
Un metraje contenido -77 minutos-, dos historias sobre el mismo tema que corren paralelas y cuyo desenlace trágico prevés.
"La ambición ayuda a llegar, pero puede destruir" es una de las frases de la película.
miércoles, 19 de febrero de 2025
§ 3.699. Los verdes pastos de Wyoming (Louis King, 1948)
Una película "blanca", casi infantil. Personajes buenos, puros, sin dobleces, sin maldad, que se enfrentan a la vida desde una juventud basada en valores: familia, trabajo, honestidad personal y energía juvenil a raudales.
Una singular versión libre de Romeo y Julieta con familias rivales, aunque no enfrentadas abiertamente, e hijos de ambas que se enamoran y quieren, naturalmente, vivir su vida de manera libre y sin ataduras.
Los caballos son preciosos. Sementales, trotones, yeguas ponedoras, caballos de carreras, todos preciosos, seguramente ejemplares escogidos y muy bien cuidados.
Con un reparto bastante decente: una joven Peggy Cummings; Charles Coburn; Robert Arthur; Lloyd Nolan; Burl Ives y Geraldine Wall.
martes, 18 de febrero de 2025
§ 3.698. Los encantos de la gran ciudad (Arthur Hiller, 1979)
Pues de Hiller he visto solamente tres cosas, pero las tres me han gustado mucho: La americanización de Emily (1964); Tobruk (1967), y Anatomía de un hospital (1971), especialmente la primera y la última.
Ésta es una comedia, y no es mi género favorito. Es caso el que menos me gusta. Tiene que ser una trama muy brillante para que verdaderamente me guste.
Las veo, claro, pero más por hábito y necesidad de cambiar de aires que por convencimiento.
Jack Lemmon es un genio, y sabe darle a las comedias un tono muy especial, en ese punto entre la serenidad y el asombro. La chica es Sandy Dennis, actriz que no me suena de nada, aunque la vi en Esplendor en la hierba (Elia Kazan, 1961), que era su primera película.
La verdad es que las peripecias del matrimonio dan lugar a emociones fuertes y a situaciones cómicas que el director explora con gallardía y soltura.
La cinta se deja ver, tiene su gracia. Pero no es mi estilo.
Está rodada con esmero, con tino, con energía y con una indudable maestría: el movimiento de la cámara, los diálogos, los encuadres, la sensación de prisa atolondrada que organiza. Verdaderamente entretiene.
lunes, 17 de febrero de 2025
§ 3.697. Nadie vive para siempre (Jean Negulesco, 1946)
Un buen 'noir' clásico, tanto en la trama como en el fondo. Con un gran John Garfield, una muy guapa Geraldine Fitzgerald y el gran secundario que es Walter Brennan.
La historia de una estafa, de un enredo, de una falsificación, pero con un tratamiento tan ortodoxo, tan clásico, tan 'de siempre' que verdaderamente alegra el día.
Es un 'noir' singular. No hay la violencia característica de otros "negros", siendo el engaño moral, enlatado en una historia de amor, el motor de la historia.
Es dura, pero no áspera. Te araña, porque es evidente que hay un engaño detrás, una estafa. Pero no lo hace desde planteamientos vulgares, ni estática ni moralmente.
Terminar la noche con una película de estas características es toda una garantía de que vas a dormir bien, de que el recuerdo de la cinta ta va a agradar, porque ésta es de las que se recuerdan, y de las que se recuerdan con agrado.
El blanco y negro se aprecia a la perfección, y el sonido es perfecto. Una copia espléndida.
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§ 3.902. Entre el amor y el juego (Sam Raimi, 1999)
Tercera vez, quizá cuarta, que la veo. Siempre me ha gustado mucho.

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