domingo, 27 de octubre de 2024

§ 3.550. Como perros salvajes (Paul Schrader, 2016)

 

Otro desvarío de Schrader, esta vez completamente descocado, lisérgico, neurótico, fabulosamente desquiciado... pero sin gracia.
El como es de comer, no de admiración. Por eso es "como" y no "cómo". No le he cogido la gracia, pero se deja ver.
No sé qué estaba pensado el director para filmar esta cinta, pero esto solo lo puede rodar con gracia un director bien consolidado y, a la vez, valiente. Sincero y valiente. Quizá más arrojado que veraz.

sábado, 26 de octubre de 2024

§ 3.549. Al otro lado del espejo (Jesús Franco, 1973)

 

Pues insisto en una idea, Franco en algún momento perdió el rumbo y se convirtió en un cineasta vulgar. Pero las ideas que tenía al comienzo, sus primeros años, son sugestivas, interesantes, algo impostas y quizá muy copiadas de otros, pero ejecuta correctamente lo que piensa y sumerge al espectador en la película.
Aquí estamos ante un buen ejemplo de ello. Una buena idea, simple pero correcta, un desarrollo interesante, con un guión bien trazado, espacios abiertos -literalmente te pasea por Madeira-, una música exquisita -a veces un poco de piano bar, otras buen jazz (hay un par de solos de trompeta de lo más creativo)- a cargo de Adolfo Waitzman, una actriz de lo mejorcito de la época, Emma Cohen (algo artificial cuando toca el piano) y una duración contenida. No necesitas mucho más para montar una película. Sobre todo si tienes la facilidad que tenía Franco.
Peor esta es de las mejores de él. Nada sustos, vampiras, tetas o sueños lisérgicos.
Es cierto que tiene un aire a Una historia inmortal (Orson Welles, 1968) estrenada cinco años antes. En vez de Macao, Madeira. En vez de buscar una leyenda, perpetrar una venganza contra el mundo. Pero el ambiente es similar, la búsqueda e algo que no se ve a primera vista e incluso el color también lo son.
El chico es Philippe Lemaire, para mi un desconocido. El padre de la chica es Howard Vernon, un clásico en las películas del oeste, un secundario de esos de estudio que tuvo una carrera larga y prolífica.

§ 3.548. One Eyed King (Robert Moresco, 2001)


No sé qué diferencia una película de 7 u 8 de una de 9 o 10. Seguramente el gusto personal, los actores, la trama, los diálogos, no sé. Tampoco sé que distingue una cinta de 4 de otra de 6, también seguramente el gusto personal, la atención, el momento, la trama o sencillamente las circunstancias en las que ves la cinta.
Pero sí sé distinguir una buena película de una mala. Y esta es de las segundas. No es infame, no es despreciable, no es de lo peor que he visto en los últimos tiempos, pero no es una buena película.  
Tiene buen propósito, la trama es interesante, en la estela de las películas mafias de los años ochenta y noventa. Buena banda sonora, amor salvaje, algo de venganza y el canto del cine de una amistad recuperada que nunca fue tan bonita como el recuerdo que se tiene de ella.
Pero a medida que avanza pierde fuerza y vigor. Recurre a tópicos muy manidos, que a veces funcionan y otras, como en esta película, no.

jueves, 24 de octubre de 2024

§ 3.547. Susana (Demonio y carne) (Luis Buñuel, 1951)

 

Una película distinta, onírica, angustiosa, malvada, malsana, retorcida, putrefacta, deprimente y colosal. Un ensayo sobre la locura, la ambición, la codicia, el pecado, la redención y el sexo. 
Las pasiones desatadas forman parte del inconsciente de cada uno, pero la espoleta que lo dispara a veces genera efectos indeseados, consecuencias secundarias, pecados existenciales, vitales y personales que trastocan la vida propia y la de los que rodean al afectado.
Hay tarros de las esencias que es mejor no destapar. 
La presentación del diablo es magnífica. Mejor dicho, de la diabla, en femenino.
Me gusta de Buñuel la jueza animal de sus personajes, la idiosincrasia tan marcada en los roles específicos de cada uno de los personajes. Es, en este sentido, un director clásico en cuando a los personajes. Hay buenos, malos, tontos, listos. Y se aprecia en cada momento. 
Sin embargo, no es un director ortodoxo en cuanto al tratamiento, los claro oscuros subrayan estados emocionales de los personajes, y los temas son duros y secos, abruptos y tremendamente pasionales. 
La vida es así, podría decirse.

§ 3.546. Una mujer sin amor (Luis Buñuel, 1952)

 

Uno de los primeros Buñueles. En su etapa Mexican. Un dominio del claro oscuro verdaderamente magistral. Una música que acompaña a la perfección el tono dramático de la historia. Un guión inteligente y una película muy interesante.
Interesante historia de amor, enseñanza de que puede surgir en cualquier parte, en cualquier momento, en cualquier situación. 
Tiene hechuras de cine clásico, melodrama estructural que filmado en Hollywood hubiera tenido un resultado más brillante. Me imagino a Merle Oberon y Gary Cooper y pienso que la podría haber dirigido Dieterle, por ejemplo. 
Pero la intensidad de Buñuel es muy animal, nada sutil, nada se subraya, se dice y nada más. No hay sutilidad, pero tampoco engaño. 
Tiene la virtud de mostrar al descubierto las miserias del matrimonio, de la burguesía y de la ocultación como forma de vida y comportamiento. Esta sería una pintura expresionista, y otras del genio serían impresionistas y más tarde abstractas.
Al parecer, he leído que Buñuel decía de la película que era la que menos le gustaba de las suyas. No seré yo quien contradiga esa afirmación, pero de todas las que he visto de él es la que menos me ha llegado. El guión es previsible, pero plano, la carga dramática no llega a expresar la angustia que sienten los personajes. 
La actriz es Rosario Granados, una belleza mexicana ortodoxa, guapa con rasgos firmes pero dulces. El actor es Tito Junco. De ninguno de los dos he visto nada. Es la primera película de ambos. Mientras la apostura de ella puede verse perfectamente, la de él ha quedado algo antigua y desusada. Ese billotito a lo Brian Donlevy le delata.

miércoles, 23 de octubre de 2024

§ 3.545. The Latin Godfather (Damian Chapa, 2004)

 
Pues las pretensiones que augura aunque no se consolidan del todo sí se proyectan, y por momentos tiene hechuras, estructura y dimensión. Es mejor película de lo que parece, sin duda. Pero no tiene ese algo que convierte una historia, cualquier historia, en una gran historia, en una gran película.
Es demasiado larga y por momentos naufraga estrepitosamente, sobre todo cuanto insisten mostrar lo mismo una y otra vez. Es algo reiterativa, repetitiva y simplona.
Los primeros minutos son más prometedores que el resto de la película, que va claramente de más a menos. repitiendo tópicos, insistiendo en manidos recursos efectistas que vistos una vez tienen gracia, pero que vistos varias carecen de ella.
Pero a partir del minuto treinta la historia va de mal en peor, para terminar siendo un producto bastante mediocre. Termina siendo un pastiche, absolutamente mediocre y olvidaste. Peor el comienzo no auguraba algo tan malo.
Lo de que intervienen Faye Dunaway, Robert Wagner, Gary Busey o Stacy Keach es una broma. Intervienen, alguno de ellos, no más de un minuto. Impresionante.
Me gusta la chica: Jennifer Tilly, pero es tremendamente mala actriz.

§ 3.544. 8 de diamante (Scott Prestin, 2006)

 
Bueno... un subproducto, probablemente encaminada directamente al Videoblub. Pero no es infame. Se ve relativamente bien y la banda sonora es más que aceptable. 
Es la única película de su director. No sé si precisamente "gracias" a esta cinta. Una especie de comedia negra en el contexto de una película de robos. Pretende tener esa gracia inglesa de las comedias de situación, pero no la tiene. 
El único amor que conozco es Eric Roberts, que le he visto en algunas cintas pero que no me parece un gran actor.
El resto me son desconocidos. 
Presenta a los personajes por capítulos, cada uno a su manera, para componer a una galería de seres marginales que se unen con un propósito delictivo. Naturalmente nada sale como estaba previsto, y las circunstancias que circundan la acción son abordadles desde el cinismo y a veces desde el humor. Se deja ver, pero no es gran cosa. Pero la nota que tiene en las plataformas es excesivamente escasa.
Tiene su gracia.

§ 3.556. El orgullo de los marines (Delmer Daves, 1954)

John Garfield y Eleanor Parker, una pareja absolutamente brillante, sobre todo ella. Él tiene una fisonomía más normal, unos cánones de bell...