Tiene un claro formato Western, no tanto por el enfoque o por la temática de fondo, sino por el tipo de relación que se establece entre el protagonista principal y el resto de personajes. La soledad del hombre duro hecho a sí mismo que tiene un sueño desmesurado para sus fuerzas y, sin embargo, lo persigue denodadamente.
El retrato de la soledad y la lucha con otra los elementos de la naturaleza está muy bien tratado, exponiendo permanentemente las contradicciones entre las vidas expuestas: la del aventurero exmilitar y sus hombre y los privilegiados de la vida, nobles y demás gente parasitaría.
Muy impresionante Mads Mikkelsen, que es un actor de lo más gestual, algo amanerado pero gobernando perfectamente sus silencios y sus ausencias. Miradas gélidas y gestos marmóreos y secos, algo rudos pero varoniles. No es un actor de grandes sutilezas, pero sí de hondas preocupaciones.
La chica se llama Amanda Collin, guapa y fina, de aspecto dulce pero fuerte de carácter.
Me ha gustado mucho la fotografía, llena de color y texturas grisáceas y rojizas, luminosas y con profundidad de campo.
Una gran película.