miércoles, 26 de abril de 2023

§ 3.022. La campana del infierno (Claudio Guerin, 1973)

 

Película singular, de un director que, en realidad, sólo hizo esta cinta y ni siquiera la terminó, porque falleció en el rodaje en un accidente preparando una toma y tuvo que terminarla Juan Antonio Bardem.. Más que interesante propuesta la suya. Ubicada, sin lugar a dudas, en la Galicia de interior, es una cinta muy de la época, tanto en la estética libertaria que propone -moto, pocas palabras, seguridad en uno mismo-, como en la temática general de la misma -ocultismo, pasado negro, reencuentro con uno mismo, antipsiquiatría-, con un resultado más prometedor que otra cosa.
Le cuesta entrar en materia, y no sabes muy bien cuál es hasta bien entrada la cinta, y aunque puedes prever de qué va la cosa.
Me llama la atención el empleo de actores extranjeros: el  francés Renaud Verley, célebre por la Caída de los Dioses, de Visconti, y Viveca Lindfors, sueca, que intervino en Tal como Éramos, de Sidney Pollack, en una producción tan pequeña de un actor con poco recorrido todavía en la filmación de películas.
Ruralidad, locura, Galicia, sexo y toda una amalgama de bromas pesadas y juegos macabros. Interesante, pero sin demasiado recorrido.

martes, 25 de abril de 2023

§ 3.021. Nuestro hombre de Milán (Fernando Di Leo, 1972)

 

"Milán Calibre 9", de este mismo director me pareció espectacular. Ésta no tanto. 
Aquella tenía la frescura de no saber nada de cómo funcionaba y en esta estaba 'prevenido'. Los giros, los retos, los comentarios, incluso la manera de contar la historia, de ir de una secuencia a otra, ya me eran, sino reconocibles, si previsibles. El montaje es similar, dos historias que se van acercando y convergen con el discurrir de la cinta. 
Interesante es que te pone los títulos de créditos al principio, como por otra parte copió Tarantino para decir que es célebre hacerlo así.
Mario Adorf (que sólo hace películas de este tipo, aunque trabajó muchísimo) es el mafioso, el inconfundible Henry Silva y Woody Strode son los mafiosos. La guapísima Luciana Paluzzi es la directora del hotel y la guapa Sylva Koscina es la mujer del mafioso.
Papeles estereotipados, ademanes conocidos, poses clásicas, chulerías de baja estofa, y demás recursos cinematográficos más que conocidos sirven de canal de comunicación para transmitir un mensaje más que conocido.
El abuso de la estética 'setentera' es otra de las señas de identidad de esta cinta, que junto con las comentada y Secuestro de una mujer (1973) componen la llamada trilogía de Milán.
Mientras que en la citada película no se le daba al espectador ni un minuto de respiro, esta cinta es más 'tranquila', hay más tiempos muertos, planos para cambiar de escena, algo más de relax para contar las cosas. Pero es infinitamente peor película, a mi modesto juicio.

lunes, 24 de abril de 2023

§ 3.020. Punto de ruptura (Michael Curtiz, 1950)

 

"Tener y no tener" en versión Curtiz. Algo diferente a la de Hawks, menos sensual, más terrenal, más apegada a la miseria de la vida y las circunstancias del capitán del barco. Menos idealista, más mundana. La historia conoce una tercera versión, de Don Siegel de 1958 llamada Balas de contrabando.
Se ve algo más forzada en el desarrollo de la trama, con menos acento en la historia de amor y más en las circunstancias económicas y sociales del marinero y los problemas económicos que tiene. Es una cinta más de cine negro que la versión clásica, más dura y más seca. Y menos optimista.
John Garfield no le va a la zaga ni siquiera al mismísimo Bogart. Como icono de cine negro hizo tantas películas como él, quizá menos célebres, y probablemente con menos impacto social, pero es un actor tremendo. Desde luego el papel de capitán lo encaja mejor que el propio Bogart, que sí es cierto que le da un aire más soñador, más idealista. Garfield parece que actuara con arena en la boca, sientes su angustia por los problemas.
Patricia Neal es una de mis debilidades, actriz fina, alejada de los 'mujerones' tremendos de los años cincuenta de exuberante pecho, cintura de avispa y exhalando sexo en vez de sudor.
Juano Hernández hace un papel que le va como anillo al dedo. Un actor al que se le en más películas de las que parece.
La película es muy interesante, buena y con profundidad. El guión no se aparta de la guía principal del relato de Hemingway, pero acentúa más los aspectos mafiosos de la historia. La de Hawks ponía el acento en la historia de amor, aquí algo diluida, incluso desde el principio con la presentación de la mujer y las hijas del capitán del barco.

domingo, 23 de abril de 2023

§ 3.019. Pacto de honor (André De Toth, 1955)

 

Un Western muy convencional, con una gran estrella Kirk Douglas, que llena la pantalla de principio al final. Grandes paisajes, espacios abiertos, indios y vaqueros, tratados de paz incumplidos y la sempiterna lucha del ser humano contra la ambición propia y la búsqueda de sus oportunidades.
Interesante guión con recuerdos ecologistas y ligeramente izquierdosa. El guión tiene su profundidad, sus requiebros y su aquel. No pasa desapercibido.
Se deja ver, tiene una gran belleza plástica y una fotografía prodigiosa.
Además de Douglas brilla con luz propia Diana Douglas, la que por aquel momento era su esposa, en un papel muy progresista, incluso feminista, reivindicativa y exigente. Me gusta.

sábado, 22 de abril de 2023

§ 3.018. Su majestad de los mares del Sur (Byron HASKIN, 1954)

 

No es la primera vez que la he visto, ni mucho menos. Es de esas que forman parte de mi infancia. Películas del sábado en sesión dobles a media tarde en casa. De cuatro a ocho de la noche. Dos cintas de noventa minutos.
Tiene la frescura de una obra buena, noble, de aventuras limpias, serenas, tranquilas. Países extranjeros, con mentalidad americana: conquista, lucha, amores profundos desde un marco contextual de superficialidad, y el sentido de la propiedad como catarsis de todas las ensoñaciones. 
Burt es un genio. Este tipo de películas le venía como anillo al dedo. Estaban hechas para él.
Un guión que no deja un minutos de metraje de descanso y unos escenarios naturales poco acostumbrados hacen el resto. Una película magnífica, acompañada con una música realmente estupenda de Dimitri Tiomkin.
Parece ser que se basa en una historia real, siguiendo fielmente parte de la vida del Capitán David O'Keefe, un marinero americano que convirtió de la aventura su razón de ser.
Sé perfectamente que no es una cinta perfecta, para empezar debería durar un poco más. Pero forma parte del aprendizaje emocional de mi vida y la recuerdo con muchísimo cariño. Una película preciosa.

§ 3.017. El hombre de Bitter Rige (Jack Arnold, 1955)

Una de consumo instantáneo, Western de mediodía, fácil apreciación de quien es el bueno y quien es el malo, de cuáles son los cánones de comportamiento en el Oeste Americano, de cómo deben ser las películas de entretenimiento del género. 
No es brillante, ni siquiera tiene un desarrollo armónico y efectistas, pero funciona. Pero la actuación de Lex Barker es vulgarmente previsible, plana y lineal, ausente de matices, automatizada y carente del más mínimo sentido actoral. Parece que se mueve como un hombre seguro de sí mismo, pero muy poco convincente. No es una gran película, intenta funcionar, pero naufraga un poco en medianías y tramas secundarias. No es el mejor western de Arnold, ni mucho menos. 

 

viernes, 21 de abril de 2023

§ 3.016. Amigos hasta la muerte (George Seaton, 1973)

 

Rock Hudson, Dean Martin y Susan Clark son las estrellas de una película que pivota sobre la amistad de dos hombres que, años después, se enfrentan en ambos lados de la ley.
Me gusta ver a Rock de vaquero, de Sheriff en este caso. Da el pego de verdad, funciona perfectamente, fuerte, viril, con su bigote. Incluso mejor que Dean, al que siempre le he visto un poco fuera de lugar en estos papeles. Hay algo artificial en los papales que hace Martin. Tiene esa sonrisa a medio camino entre el 'cachondeo' y la 'sorna'.
La trama es previsible, pero la enmarca en paisajes idílicos del oeste más salvaje, siempre alrededor de ríos caudalosos y con caballos, y con pistolas... Una entretenida película que no tiene mucho más recorrido. Un poco plana y neutra. Sin densidad ni empaque.
No sé cómo Seaton hace un Western, no es el tipo de director que se dedica a esas cosas, pero en fin. Supongo que le apetecía probar de todo. Ésta era su última película, después de Aeropuerto (1970). Es posible que quisiera despedirse con lo que de pequeño le hizo vibrar, el cine de Oeste, el género por excelencia americano.


§ 3.900. Tres días de noviembre (León Klimovsky, 1977)

  El penúltimo Klimovsky, un gialo patrio en un sanatorio a cuyo mando se encuentra un sofisticado y salvaje doctor encargado de realizar ex...