miércoles, 21 de diciembre de 2022

§ 2.878. Cuarenta pistolas (Samuel Fuller, 1957)

 
La vi hace años y me gustó mucho. Intensa, rocosa, brutal. En realidad me gustan casi todas las películas del Oeste, casi todas de Fuller y todas de Stamwyck, que es una actriz magnífica, con una presencia definitiva en la pantalla, aunque no creo que este sea su tipo de papel. Le va más ser femme fatale, papeles oscuros, con personalidades retorcidas, crueles, que utilizan sus encantos para hacer sufrir a los hombres que están a su alrededor e imponer su voluntad, generalmente condensada en una elevada capacidad de mando.
   En esta cinta Fuller pretende hacer algo difícil, transportar este esquema casi de cine negro, este modelo de mujer fatal tan típica de ella, a un escenario de Western, en algo parecido a "Sólo ante el peligro" de Zinneman. 
   Fuller es un hombre singular, contrario a la violencia física, pues no en vano fue militar de carrera e hizo una de las mejores películas antibelicista de todos los tiempo: "Uno Rojo: división de choque". Y, sin embargo, en muchas de sus cintas la violencia juega un papel capital, central.
   La película me ha gustado pero a veces he pensado que el metraje ha sido cortado, no sé por qué razón. 76 minutos se hacen pocos para una película A de un director top. No se explican determinadas cosas en la cinta, se dan como sabidas, sobre todo la razón por la que se acude al pueblo, y que son, en realidad, dos hermanos y un hijo, o tres hermanos, que todavía no lo sé. Además, no se llega a saber si Barbara es viuda o soltera, lo cual es importante para el desarrollo de la historia.
En definitiva, es buena cinta pero podía haber sido mejor cinta, más contundente, más definitiva, una mejor obra. Barry Sullivan no es para mi un absoluto desconocido. Conozco menos a Dean Jagger. Pero parece que a la cinta le falta un gran protagonista  masculino. Con eso y un metraje algo mayor la película podría haber sido una excelente obra. Tal y como está es simplemente una más, buena, pero una más del género.

§ 2.877. El kimono rojo (Samuel Fuller, 1959)

 
Los inicios de las películas de Fuller son espectaculares. No sabes qué ocurre ni por qué pero sí sabes que va a ser una historia interesante. La forma de rodar tiene algo de Nouvelle Vague, cámara al hombre y seguimiento en la calle, sin planos preparados ni escenarios artificiales.
El tratamiento de los planos tan cercanos a los rostros es algo muy característico de Fuller, al menos me lo parece a mi.
La historia, sin embargo, no tiene mucho juego, y no está del todo bien desarrollada Pero funciona. Al menos por un rato. El racismo no es una cuestión fácil de manejar en el cine. No siempre se consigue el tono lírico necesario para expresar lo que se quiere decir. En este caso la cuestión se complica porque no es un racismo típico. Además el momento en el que se produce la historia es recién acabada la guerra de Korea en 1950, sólo cinco años desde el fin de la II GM, y no hay ninguna referencia previa a esta cuestión.
Son muy interesantes, muy propios y característicos los planos iniciales y finales de las calles de Los Ángeles, llenas de coches, cines y locales de espectáculos. Seguramente con eso nos quiere decir que todo sigue igual, que nada cambia, que nada importa.
El libro de Fuller que estoy leyendo me anima a terminar de ver por segunda vez las obras más importantes suyas. Al final las terminaré viendo todas, que tampoco son tantas.

martes, 20 de diciembre de 2022

§ 2.876. La dinastía del petróleo (Ralph Thomas, 1957)

 

Bueno. No sé. No me parece nada del otro jueves, pero tiene su gracia. Entretiene y hace que pases el rato. Ni siquiera Dirk Bogarde puede sacar a la cinta de la cierta mediocridad en la que se instala.
Es una especie de Western contemporáneo en Canadá, en una singular reproducción de la lucha entre ganaderos y granjeros pero aquí entre los dueños de un terreno (llamado El reino) y los constructores de una presa que inundaría todo el terreno y sería imposible entonces intentar encontrar petróleo. El protagonista, además de las dificultades ordinarias que conlleva la encomienda tiene que lidiar con una enfermedad.
El conflicto está bien presentado, pero se simplifica demasiado y a veces se convierte en una sucesión de tópicos y estereotipos. Bonitos paisajes, nevados y con mucho árboles completan el cuadro. La ambición o el propósito del protagonista queda oscurecido, no se dice qué le trae de Inglaterra y por qué quiere buscar el petróleo, si por un afán personal, por necesidad de enriquecerse, por superarse a sí mismo, por su enfermedad... Lo cierto es que algo le conmueve y le impulsa, y la película trata, precisamente, de la búsqueda de esa pretensión, de ese afán.
La copia que tengo no se ve especialmente bien. Tiene iridiscencias y el color está muy subido de tono. Además el sonido no es del todo homogéneo.
He visto tres cosas con esta de Ralph Thomas. Ninguna de las tres me pareció singularmente interesante. Pero se dejan ver.

domingo, 18 de diciembre de 2022

§ 2.875. La senda equivocada (Richard Quine, 1954)

 

Una de cine negro de Quine, que ese mismo año hizo otra que vi el otro día y me pareció prodigiosa "La casa 322", que, en líneas generales me ha parecido mejor que esta película.
La temática cumple todos los cánones de película clásica de cine negro. Chica malísima, pérfida y sin ningún tipo de escrúpulo finge que se enamora de un pobre mecánico aficionado a las carreras de coches para intentar que conduzca en un atraco que pretende dar la banda a la que pertenece.
Mickey Rooney y Dianne Foster son los protagonistas. A él le he visto muchas cintas, a ella, a pesar de que pensaba que no la había visto mucho lo cierto es que sí he visto unas cuantas de las veintidós que rodó. Chica guapa, muy de la época, fina y con cintura de avispa. De movimientos suaves y alma de corcho.
No tiene la fuerza de la cinta de Quine referenciada, pero se deja ver. Es algo empalagosa en su primera mitad, sobre todo porque el romance es sumamente artificial. Se nota en exceso el poquísimo interés que tiene la chica por él y lo bobalicón que es él. De una cierta pena.
Mejor Rooney que Foster. Más en el papel.
La música es intrusiva de verdad, no deja de sonar en ningún momento. A veces interrumpe demasiado la historia. El guión es el del propio Quine y de un tal Blake Edwards, director luego de películas magníficas.
El resultado es previsible, y aun así entretiene y es bonita de ver. Me gustan este tipo de cintas, son las que más me gustan. Nunca pensé que Quine pudiese rodar este tipo de cintas tan singulares. Quizá fuese una exigencia del estudio, una imposición, aunque ya había rodado antes. Probablemente se dejó llevar por la moda, por lo que se llevaba en aquellos años. Luego no volvió a rodar cine negro, pero sí es cierto que en algunas películas, ya lo aprecié así en Un extraño en mi vida, los recursos dramáticos parecen caminar por esa senda.

sábado, 17 de diciembre de 2022

§ 2.874. Bajos fondos (Samuel Fuller, 1961)

 

La vi en 2013 por primera y única vez. Pero Fuller siempre tiene un algo especial, un toque que hace de sus películas obras a tener en consideración. Ruido al margen, y dejando un lado su antibelicismo -mala malísima es Uno Rojo, división de choque-, las de temática distinta son muy interesantes. Tanto las de Oeste como las de cine negro. 
En este caso la trama es muy sencilla: chico que presencia cómo asesinan a su padre y espera años para cumplir su venganza. Bien narrada, verosímiles papeles, y esos primeros planos tan típicos de Fuller (o al menos así me lo parece) en donde ves sudar la cara del protagonista son los rasgos esenciales de su forma de filmar.
El blanco y negro es muy apreciable, tonalidades y sombras muy bien definidas. Buen guión, diálogos inteligentes y metraje comedido. Muy recomendable.
No sé si he visto una película mejor de Cliff Robertson. "La clave está en Rebeca (David Hemmings, 1985), "La batalla de Midway" (Jack Smight, 1976),  "Los desnudos y los muertos" (Raoul Walsh, 1958), o "Hojas de otoño" (Robert Aldrich, 1856) quizá sean sus mejores películas.
Dolores Dorn es la chica joven, y Beatriz Kay la señora mayor. Correctas ambas.


2.873. Frente de Madrid (Edgar Neville, 1939)


Cine propaganda. No me imaginaba a Neville como un señor de izquierdas, pero tampoco le veía como un Falangista del régimen. Lo veía como un señor con dinero, acomodaticio, pendiente de sus cosas y bebiendo el agua a quien mandaba en cada momento. Y creo que esa tiene que ser la visión con la que se debe ver esta cinta. Efectivamente es verosímil, los crímenes de ambos lados se cometieron y probablemente de manera más cruda que lo que cuenta la cinta.
Pero es indiscutible que toma partido por un bando, el azul. Podría, junto con "El ángel vestido de rojo" (Nunnally Johnson, 1960), agruparse en el lado de las cintas de la guerra española que se posicionan claramente como de Derechas, a favor de los levantiscos y de los que dan el golpe de Estado frente al Gobierno legítimo de la República.
La imagen en la que un soldado azul pregunta en la trinchera a voces si hay alguien de Navalmoral en el otro bando y un chico le responde que sí, que él es de allí para, a continuación, preguntar por su familia y que el otro le responda informándole de cómo estaba su madre y hermana es, exactamente, lo que pasó en ese episodio bélico salvaje y brutal.
Es interesante. No tiene la capacidad de otras cintas pero creo que es de las que hay que ver para conocer bien el cine patrio.
Conchita Montes debió ser una mujer guapísima, de esas que se dicen de "rompe y rasga".
Me suena raro que la cinta fuera italiana, y no sé a qué vienen los créditos iniciales en Alemán, seguro que tiene una historia más que interesante detrás.

§ 2.872. Origen (Christopher Nolan, 2010)

 

La complejidad de las películas de Nolan es buscada, qué duda cabe. A veces se entienden bien, otras no tanto. Tenet (2020) me pareció difícil de seguir,  y al final queda como un ejercicio intelectual divertido y sugestivo. Pero desde el punto de vista fílmico no me acaban de convencer. Son interesantes, se dejan ver, pero no es el cine que más me gusta.
He visto Interestelar (2014) varias veces y no me ha gustado especialmente  ninguna de ellas. Tenet tampoco me ha gustado especialmente.
Ésta se deja ver, pero me ha parecido largísima, dos horas y veintidós segundos es, realmente, una pasada. Hay que llenarla de muchas palabras e imágenes, dotar a todo el conjunto de sentido y servir a una idea básica y nítida.
Sé que no la he entendido muy bien. Me ha parecido pesada y larga, algo tediosa e incomprensible en la mayoría de su metraje.

§ 3.900. Tres días de noviembre (León Klimovsky, 1977)

  El penúltimo Klimovsky, un gialo patrio en un sanatorio a cuyo mando se encuentra un sofisticado y salvaje doctor encargado de realizar ex...