miércoles, 2 de marzo de 2016

HITCHCOCK, Alfred. La trama (1976)

Buena película, que había visto de niño alguna vez, porque la imagen del diamante en la lámpara la recordaba perfectamente. Es la última cinta del gran maestro. Y no es mala cinta. Tiene ritmo, esos espacios musicales, especialmente cuando los protagonistas bajan la montaña conduciendo el coche sin frenos, con unos planos cenitales muy bonitos.
Las dos tramas que van confluyendo en una sola es muy inteligente, y los diálogos y el guión están muy tratados. Es una despedida muy digna. Nada que ver con sus rotundas obras maestras, pero está muy bien.
De Hitchcock me faltan muy pocos películas, no más de 10 ó 12, y casi toda ellas de las más antiguas.

martes, 1 de marzo de 2016

HATHAWAY, Henry. La horda maldita (La Estampida de búfalos) (1933)

Bueno, no se veía del todo bien. Las intento ver por mi pasión por Hathaway, que creo un gran director, pero la verdad es que no aporta mucho. Más que nada porque así intento acabar con la filmografía de un grande del cine. Pero en realidad, sinceramente, poco aporta. Quizá, por ver alguna virtud, las imágenes de las estampidas de los búfalos son apreciables, además de recordar, ligeramente, a las de bailando con lobos. Pero poco más. El grumo de la cinta, el sonido un tanto pedestre, incluso la aceleración del metraje lastras mucho el resultado final.
Pero no es un problema de su antigüedad, porque hay cintas de esa época que se ven perfectamente, se relaciona más con la calidad de la cinta con la que se rodó la película, creo.

lunes, 29 de febrero de 2016

HALL, Alexander. Yo soy la ley (1938)

Bueno, no me ha gustado mucho. Es antigua, y se nota, pero no es sólo por la temática, es también por la dirección, la forma de presentar los personajes, la trama y los diálogos. Es una especie de melodrama que no consigue incorporar del todo al espectador a la dinámica discursiva.

sábado, 27 de febrero de 2016

LANG, Fritz Gardenia azul (1953)

Está bien, no es de las mejores de Lang, pero está bien. Tiene dos problemas, uno por delante y otro por detrás. Se llaman: Los Sobornados y Deseos Humanos. Dos obras de arte absolutas que se filmaron antes y después que esta, respectivamente. Es natural que no forme parte de la mejor filmografía de Lang, mi director favorito. El mejor, sin duda, el que más expresa con la cámara, el constructor e ideado de soluciones técnicas, la imaginación al poder...

viernes, 26 de febrero de 2016

MUELLER, Niels. El asesinato de Richard Nixon (2004)

No sé muy bien cuál es la pretensión del director. Probablemente retratar, que no justificar, el viaje a ninguna parte de un hombre un tanto desequilibrado, al que determinados acontecimientos sin relación entre sí -su separación matrimonial, la presión laboral, la relación con su hermano- conducen a un singular callejón sin salida. Emocionalmente inestable, con una cierta conciencia social, no singularmente grave, aunque sí evidente, le empujan a intentar "ser alguien" aunque para ello tenga que realizar una acción absolutamente impensable, intentar matar al presidente de los Estados Unidos.
La actuación de Penn probablemente sea mejor que el resto de la cinta. Particularmente no me gustan los personajes que se construyen sobre la marginalidad, sobre lo singular en vez de sobre lo normal. Y desde esta perspectiva Penn no me consigue meter en el personaje. Todo en él es importado, demasiado poco creíble, muy artificial, nada natural. No me ha convencido. No es un desequilibrado, no es una persona normal que se desequilibra, o un desequilibrado de origen. Es, y se nota mucho, una persona normal que quiere ser o estar desequilibrado, que no es lo mismo. Y probablemente el personaje real de esta historia no sea un ciudadano normal sino un auténtico desequilibrado.
En todo caso se deja ver la cinta, aunque probablemente si tuviera más recorrido la dirección y no se apoyara permanentemente en el personaje principal y le dejara respirar sería mucho mejor película.

§ 3.556. El orgullo de los marines (Delmer Daves, 1954)

John Garfield y Eleanor Parker, una pareja absolutamente brillante, sobre todo ella. Él tiene una fisonomía más normal, unos cánones de bell...