viernes, 6 de marzo de 2015

HIRSCHBIEGEL, Oliver. El hundimiento (2004).

Magnífica recreación de las últimas dos semanas de Hitler en el búnker instalado en Berlín a través de varios protagonistas, principalmente una secretaria civil. La interpretación de Bruno Ganz es, sencillamente, espectacular. Es capaz de imprimirle al personaje un dramatismo y una singularidad digna de mención. Es el típico papel que gusta para premios, Oscar incluido, aunque en esta ocasión no fue así. Probablemente al estar rodada en alemán las posibilidades de competir a este premio son menores.
Dos escenas son poderosísimas desde el punto de vista del espectador. El asesinato de los seis hijos de Goebels a mano de su propia madre y el crematorio improvisado que se hace con los cuerpos de Hitler y Eva Braum después de haberse suicidado.
Los ataques de cólera, la forma de caminar, la cadencia en el habla y los delirios de grandeza con respecto a planes futuros de terminación de la guerra, compañías y ejércitos inexistentes, diseño de ciudades del futuro, previsiones con respecto al devenir de Europa.
Patetismo y decadencia, poca razón y nada de humanidad. Al fin y al cabo, tal y como dice el propio Fhirer en varios episodios, la compasión es un síntoma de debilidad.
En definitiva, buena película, con un realismo muy trabajado y una interpretación muy lograda.

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