jueves, 7 de diciembre de 2023

§ 3.205. Joe Kidd (John Sturges, 1972)

 

No sé cómo no había visto esta película. Un Western de formato clásico pero ya en la década de los setenta. Un director más que solvente, con grandes obras. Perteneciente a esa generación de oro de finales de los sesenta a la que pertenece Wise, Fleischer, Lee Thompson, y tantos otros.
Estructura reconocible, drama social, renegado contratado para poner orden, rebeldía innata y resultado previsible. Un poco lo de siempre, pero contado con orden y concierto. Muy disfrutable. No pretende innovar en su dialéctica, ni pretende marcar nuevas sendas en el género. Pero sí es algo diferente a los Western de los cincuenta y sesenta. Más centrado en los personajes, en la cuestión social, en la problemática circunstancial. No tanto en lo personal, en la venganza o en la ofensa personal.
Entretenida, pero no emotiva ni trascendente.

miércoles, 6 de diciembre de 2023

§ 3.204. Tarantula (Jack Arnold, 1955)

Un clásico de cine de ciencia ficción. Un clásico en toda regla. Un clásico de siempre. De esos seminales que han dado lugar no sólo a copias y sagas, sino que también ha servido de inspiración a autores, guionistas, pintores, grafiteros, dibujantes de comics, etc. Una película que se tiene como referente enla cultura popular.
La trama es sencilla, el guión está bien hecho, todo funciona dentro del planteamiento semicientífico que pretende. Bajo una premisa descerebrada se plantea una derivación. Se emplean determinadas soluciones científicas que finalmente se descontrolan y provocan efectos indeseados. 
El delirio de la fabricación artificial del Covid 19, o de que éste se escapó de un laboratorio, viene del tipo de imaginación que ha sido nutrida por este subgénero de cintas.
Se ve perfectamente, es muy ingeniosa, se ve con agrado y se recuerda. Qué más se puede pedir. 

lunes, 4 de diciembre de 2023

§ 3.203. La casa de las dagas voladoras (Zhang Yimou, 2004)

 

Célebre producción china que irrumpió con muchísima fuerza. Una película muy atrayente por su colorido y por su plasticidad visual, realmente extraordinarias. Las ropas, los vestidos, las batallas, el uso de las cámaras, los planos. Unos efectos especiales muy bien trabajados y una envoltura emocional dulce y brillante, suave y peligrosa, como los licores muy fuertes.
Muy interesante, bien contada, sugestiva y brillante. Tengo que ver más cosas de este director, que me ha parecido un buen director. Se nota que la película cuenta con medios: extras, decorados, multitud de repeticiones de las escenas. Una virtuosidad que sólo se consigue con poderío económico e ilimitados medios. Tiene algo de esa fastuosidad de las últimas de Kurosawa, de Ran por ejemplo, con esa cantidad de caballos, de carreras, de castillos, de colores, de espacios abiertos. Por momentos es brillantísima, especialmente en los pequeños detalles, los bailes, las sonrisas. 
Me ha encantado. Me ha gustado mucho. 

domingo, 3 de diciembre de 2023

§ 3.202. El beso del dragón (Chris Nahon, 2001)

 

Una de acción de esas absolutamente acadabrante. Golpes, tiros, rapidez en los movimientos, efectos especiales, guión al servicio de la acción. Una acción que no te deja respirar. 
Realmente la labor de coreografía de las escenas de lucha y acción debe ser un auténtico desafío, tanto para productores como para los diseñadores de las cámaras. Supongo que estarán rodadas varias veces, plano a plano, con varias cámaras y se tardará la intemerata en conseguir las secuencias definitivas. Es otro tipo de cine. Hay que ver de todo y está no está mal hecha, todo lo contrario. Se aprecia la trama, se aprecia el guión, se aprecia el decorado, el diseño de producción, e incluso los actores.
Director desconocido para mi, que ha rodado unas cuantas películas más, no muchas, y alguna para la televisión. No es muy prolífico. Quizá encofrado en un tipo de cine de acción y de consumo.

§ 3.201. El ente (Sidney J. Furie, 1982)

 

Propuesta tantas veces repetida, replicada, anexada, copiada que... ...la verdad, no me parece ni siquiera medio original.
Follar es el mal; copular, un pecado; correrse, un crimen; comerse una polla, algo malo; chupar un coño, inaudito...
No sé si puede tener otras explicaciones, pero la primaria, la intuitiva, la más propia es que el sexo, el orgasmo, la penetración es el ente, lo extraño, lo feo y lo ignoto es algo distinto. 
No me parece ni brillante, ni meritoria, ni inteligente, ni siquiera 'sabrosona'. Plana, algo obtusa, simple, poco edificante.

sábado, 2 de diciembre de 2023

§ 3.200. El jugador (Karel Reisz, 1974)

 
Seguimos con Reisz, que me parece un director muy interesante.
Un drama con el juego como telón de fondo, con un gran James Caan, Paul Sorvino, Lauren Hutton y Burt Young. También interviene James Wood y Carmine Caridi. Me he reconciliado con Caan, que siempre me ha parecido un actor limitado y algo amanerado, el que siempre se presenta jugando el mismo papel, el suyo propio. Parece ser que en esa época el actor estaba luchando con su adicción a la cocaína, por lo que probablemente pudo proyectar en el personajes sus propias emociones y vivencias, miedos, angustias y escapes de la realidad.
El guión es de James Toback, director y guionista, que proyecta en el guión sus propias experiencias autobiográficas. También fue un jugador con serios problemas y un profesor de literatura.
El drama está bien trazado, bien tirado. Entretiene pero no te deja el poso melodramático de obras mayores, de películas con mayor profundidad emocional y afectiva.
La brutalidad está mostrada con naturalidad y los personajes representan estereotipos muy reconocibles. Aunque alguno de los personajes parecen más amables de lo que realmente serían en el realidad. Hombres más duros y brutales, con total seguridad.
Buena película, bien rodada, bien interpretada y bien producida. Una muy buena película.

jueves, 30 de noviembre de 2023

§ 3.199. El canibal de Rotemburgo (Martin Weisz, 2006)

Es una singular biografía fílmica, un biopic, sobre Armin Meiwes, un caníbal que se comió a una víctima que quiso voluntariamente ser devorado.
Es el debut cinematográfico de un director de videoclip musicales. Si l oque pretendía era que nos introdujéramos en el personales, intentado pulsar sus sensaciones, revivir sus vivencias o comprender parte de su funcionamiento mental, no lo ha conseguido. La cinta tiene pulso, y la idea de contar las cosas de manera retrospectiva desde la visión de una chica que está haciendo su tesis doctoral sobre el caníbal y sus acontecimientos es interesante. La utilización de dos texturas para contar lo que la chica vive y lo que la chica cree que pasó en la vida del protagonista es verdaderamente brillante. En algún sitio leí hace muchos años que para la lectura de obras difíciles que se escriben desde el sujeto omnisciente y la voz interior hubiera sido interesante escribir en dos tintas, o en dos tipos de letras separadas, con el objetivo de facilitar su lectura. Pues algo así ha pretendido el director. Y en ese punto de vista funciona, es operativo y útil al objetivo pretendido.
Pero la cinta no consigue, en casi ningún momento, que entres en la dinámica narrativa. Sí en la estética, pero poco más. Es algo pesada, pretenciosa y espesa. La música subraya con demasiado énfasis los momentos culminantes de la historia y lo que pudiera ser un camino de exploración interesante: la mutación de la protagonista, no está del todo bien trazada. Su evolución se aprecia desde la voz en off que reverbera en su cerebro contándonos lo que piensa y lo que cree.
Estéticamente y narrativamente tiene un mérito incuestionable. Pero una película es algo más que una mera enunciación estética de una idea, o de un acontecimiento. Es algo difícil de concretar, pero básicamente, se trata de emocionar, de influir en el estado de ánimo y de que sea capaz de proyectar un poso en uno mismo: un aprendizaje, una imagen, una idea, una aspiración, etc. Y esta no lo consigue. No narra un retrato psicológico sobre un caníbal. Juega a los miedos que puede infundirnos, pero no proyecta esa potencia. Me acuerdo de la cinta de Wyler: El coleccionista, de 1965 y, la verdad, aquella desde su simpleza y su color, desde el amor que pretendía el protagonista, y sin verdaderas escenas de violencia conseguía una perturbación en el espectador mucho mayor.
La lógica enfermiza por un fetichismo sexual depravado y criminal no me atrae nada. Pero entiendo que determinadas películas toquen el tema. 
Bien me metraje, supongo que no daba para más. Y bien interpretado por la protagonistas, Keri Russell, aunque a veces, en los momentos más tenebrosos, está excesivamente pintada, y de colores negros que la afean.

§ 3.405. Tristeza de amor (Eduardo Mallorquí, 1986)

  Recuerdo algunas noches cuando se emitía la serie y me quedaba a ver algún capítulo. La música es preciosa, la canción en realidad.  Vista...