sábado, 5 de noviembre de 2022

§ 2.816 La casa Gucci (Ridley Scott, 2021)

Un proyecto muy interesante, desarrollado por un director al que no le asustan precisamente los retos. Además ese mismo año  (2021) estrenó otra película: El último duelo, también una cinta 'grande' con pretensiones, muy estructurada, con gran presupuesto, actores potentes y una gran productora detrás. Como ocurre con esta cinta: problemática, dura, por momentos áspera, pero estudiada con cariño y dedicación.
El peso de la cinta lo llevan una guapísima Lady Gaga, que lo borda, sencillamente, y un más que solvente Adam Driver, que parece haberse convertido en el actor fetiche del director.
Acompañan a la pareja un contenido Al Pacino, un Jeremy Irons, tan formal y serio como siempre, y una Salma Hayek que no parece quien es. Mención aparte merece Jared Leto, un actor para mi no muy conocido, pero que hace muy bien su papel.
Los escenarios en los que se rueda -Italia- son espectaculares, el desarrollo de la historia es lento pero muy adecuado. Me gusta la sensación de erotismo contenido de Gaga, una especie de maldición sensual que la acompaña en toda la cinta. Todo lo que tiene que ver con el atrezo: coches, calles, ropa por supuesto, gafas, peinados, restaurantes, la basílica en donde se desarrolla la boda, etc, es sencillamente estupendo.
El desarrollo de la cinta es algo lento, y propicia que a veces no se conduzca con agilidad. Es una buena película a la que le sobre media hora larga. 150 minutos parecen muchos para contar esta historia.
No es, por supuesto, de las que más me gustan de Scott, pero se puede ver. Pero me parece que no merece la nota que tiene en las plataformas es realmente exigente. 6,2 en Filmaffinity, 6 en Letterbox, y 6,6 en IMDb.
Entiendo, perfectamente, que no es una obra de arte, también que es una película algo larga, incluso de una temática no especialmente agradable y algo trillada, pero me parece mejor cinta que esa nota. 

jueves, 3 de noviembre de 2022

§ 2.815. Ella, él y Asta (W. S. Van Dyke, 1936)

 

Entretenidísima película de una época estupenda del cine, los años treinta. Fin de los locos veinte, después del desastre del 29 y antes de la IIGM. Liberación, baile, el esplendor del cine como método de entretenimiento con pretensiones de arte.
Maravillosos están William Powell y Myrna Loy, con un jovencísimo James Stewart en sus inicios en el mundo del cine.
Un nuevo caso a resolver, una nueva intriga, un nuevo episodio de inteligencia aplicada. 
Un blanco y negro estupendo, con un sonido perfecto. Una copia estupendamente bien conservada (o restaurada) con la que no da pereza ninguna ver este tipo de películas, que tienen ya, prácticamente, noventa años. También participa Elissa Landi, con mucho empuje y determinación.
La historia es escrita por Dashiell Hammett, pero no recuerdo haberla leído. Probablemente fue escrita directamente para el cine. En los últimos dos veranos he leídos todos sus cuentos y todas sus novelas, en dos enormes volúmenes que pretenden recoger todas sus obras. Y no recuerdo ni la temática ni los personajes. Pero puede ser, perfectamente, que sí la haya leído y que, sencillamente, el enfoque sea más serio y dramático que el tono frívolo que le dan a la cinta, que es el verdaderamente interesante.
Van Dyke es un director de los más solvente. Artesano que proviene del cine mudo y que aprendió el oficio a la vez que éste se construía, montaba las reglas y edificaba sus principios y propósitos. Son películas estupendas, con un trabajo detrás muy importante, gran escenografía, actores muy versátiles y tremendamente carismáticos. El resultado es espléndido. En concreto esta película me ha gustado más que La cena de los acusados (1932), que es su antecedente temático, además de compartir los personajes principales, Ella, Él y Asta, Loy, Powell y el perro.

miércoles, 2 de noviembre de 2022

§ 2.814. Remando al viento (Gonzalo Suárez, 1988)

 

Siempre he tenido ganas de ver esta cinta. Evocadora e ilusionista, interesante como expresión de una forma de hacer cine singular, delicada, sincera, atendiendo a las exigencias de lo visual, alejada de lo efectista, de los recursos técnicos. Para él el cine es guión, encuadre visual y desarrollo emocional. La cinta está llena de delicadezas, de momentos de regodeo con lo estético, con luces brillantes y muy pocas sombras, solamente aquellas que sirven de contraste temático y estilístico.
Es la primera cinta que veo de Suárez, un hombre singular, gran director y, al parecer, excelente novelista y ensayista. Toda una vida dedicada a la cultura, a la creación de belleza. Me ha gustado mucho, aunque por momento se hace un poco pesada, no tanto por el metraje sino porque hay momento de vacío, de no saber qué ocurre o qué pasa, momentos de impasse.
Pero creía, con todo, que era mejor película. El resultado, que es magnífico, lo imaginaba más redondo, más cerrado, más completo. Es una buena película, que tiene desarrollo, una música extraordinaria, un diseño de producción brillantísimo, un atrezzo de auténtico lujo, pero la tenía por ser una auténtica obra de arte y me he tenido que conformar con una buena película.

martes, 1 de noviembre de 2022

§ 2.813. La última película (Peter Bogdanovich, 1971)

 

La verdad es que la vida rural norteamericana no me pone en absoluto. Me agrada más cualquier tema español de siempre, incluyendo las "españoladas".
Desde luego han evolucionado bastante bien tanto Jeff Bridges como Cybill Shepherd, ambos jovencísimos pero brillantes, insultántemente talentosos y magnéticos. La pantalla se llena con ellos. Timothy Bottoms pasa más desapercibido, no presenta esa atracción animal tan típica de los excelentes actores.
Otra cosa es Ben Johnson un hombre de raza, hoy pistolero, mañana hombre del espacio, siempre sobrio, siempre en su papel, siempre en su justo punto. Un actor excelente.
Si consigue transmitir esa sensación de abandono y soledad de la juventud, esa falta de identidad consigo mismo, esa dificultad para situarse en un mundo que no comprende y que, de alguna manera, siempre te resulta hostil y difícil.
También expresa muy bien la falta de futuro de la propia sociedad, las dificultades para hacer caminar la sociedad. Una cierta perspectiva vital complicada en su simpleza. 
No hay nada de adornos en la película. Es seca y dura. Poco ornamentada, no excesivamente sutil. Pretende reproducir los arquetipos de funcionamiento social de la época.
Desde luego entiendo que la cinta guste, incluso que sea muy bien considerada, pero no es el tipo de cine que más me gusta. Hay que verla, pues hay que ver de todo y esta cinta tiene bien ganada su fama de gran cinta, pero no es lo que más me agrada.
Del director ya he visto algunas cosas suyas, una buenas o otras mejores, pero es un director considerable, de altura. Gran conocedor del oficio y muy entregado a su profesión.
Rezuma tristeza, melancolía, amargura, desamparo, desilusión. No es la película más optimista del mundo precisamente.
El tratamiento del sexo juvenil tuvo que ser muy atrevido en su momento. Tiene algo de artificial, poco delicado y sumamente funcional. No hay nada interesante en su planteamiento. Hay más sordidez y aburrimiento que otra cosa. Mucha impostura y mucho desconocimiento.

lunes, 31 de octubre de 2022

§ 2.812. Corredor hacia China (Samuel Fuller, 1957)

 

Con las bélicas de Fuller hay que tener cuidado, porque no sabes si estás viendo una cinta bélica o antibelicista. Aunque hay que recordar su entradilla: "Esta película está dedicada a Francia". Es toda una declaración de intenciones. 
Qué guapísima está Angie Dickinson, una mujer guapa, sentida y sumamente sexy en uno de sus primeros papeles principales. Luego vendrían mucho otros, claro. Acompañan a la estrella recién encumbrada: Gene Barry, que no me suena especialmente, Nat 'King' Cole, en esas películas en las que se participa porque se es ya una estrella y emprende una carrera fácil en otro medio, seguramente desde la facilidad que supone ser bien aceptado desde el principio y sin cortapisas. Pero lo hace muy bien, su papel es impactante y recordable. No pasa desapercibido.
También actúa un tal Lee Van Cleef, que probablemente empezaba a destilar por sus venas algo más que Whisky y Bourbon.
La vi hace muchos años. Pero no la recordaba bien. En realidad no la recordaba en absoluto. 
Fuller es un director sólido. Un grande, aunque quizá no del todo reconocido por el gran público. Tengo la idea de que en los últimos años, como ha ocurrido con otros grandes directores, su personalidad y sus películas está en revival, de vuelta, reivindicándose.
No recordaba el racismo latente que destila toda la cinta. Además, se mire como se mire es una cinta abiertamente anticomunista.
El conjunto me ha parecido interesante.

§ 2.811. El mundo en su manos (Raoul Walsh, 1952)

El hombre de Boston. Un clásico del cine de aventuras, con un Gregory Peck absolutamente maravilloso, unos secundarios estelares, un guión maravilloso y una capacidad de sumergirte dentro de la historia como sólo sabe hacerlo un maestro de maestros como es Walsh. De él me siguen quedando una cuantas por adquirir, especialmente las anteriores a 1930 y La gran Jornada.
También está magnífico Anthony Quinn, y la chica es la que menos me suena. Se llama Ann Blyth, y no la recuerdo en grandes cintas, aunque si sé que trabajo en Alma en suplico y en Todos los hombres eran valientes.
Walsh era un maestro, sobre todo para las películas de aventuras. Y esta es una de sus mejores obras. Realmente brillante.
La carrera de barcos en alta mar es, sencillamente, majestuosa.

§ 2.810. Johnny Guitar (Nicholas Ray, 1954)

 

Pero, pero, pero ¿esto qué es, una película o una novela de los clásicos rusos de finales del XIX y principios del XX?
Más allá del personaje 'hombruno' de Joan Crawford y su fortaleza y determinación, con esa mirada líquida en la que te puedes mirar y no reconocerte, me ha gustado mucho, muchísimo, la pulcritud en los sentimientos de Sterling Hayden, un duro 'blando', un actor de lo más versátil, de lo más interesante, de lo más profundo.
Además se acompaña la cinta de dos grandes de verdades: Ward Bond, y Ernest Borgnine, actores que de por sí podrían cubrir una película como protagonistas perfectamente.
El recurso a la violencia en la pulsión que le pierde al protagonista. 
La vida quizá son más cosas que recuerdos, pero también son recuerdos. Lo que pudo ser es totalmente diferente a lo que es. Y quizá la película va de eso.
Los primeros 36 minutos se circunscriben en un escenario cerrado, el hotel y el bar, y, la verdad, aunque tiene su escenografía parecida al teatro o se hace nada pesada.
Tiene algo 'canónico', algo estándar, algo 'de siempre', un tema ancestral, de siesta, lo que nunca cambia.

§ 3.390. Sacco y Vanzetti (Guiliano Montaldo, 1971)

  Una muy buena película, con una crítica dura al sistema político americano, su aversión a los sindicatos libres de trabajadores y a todo l...