lunes, 4 de enero de 2021

§ 2.228. Chicago, años 30 (Nicholas Ray, 1958

    Comercial película de Ray, con un reparto absolutamente excepcional: estelar Robert Taylor en un papel que no le había visto nunca, Cyd Charisse guapísima en un papel de no bailarina, con dos supersecundarios:  Lee J. Cobb, y John Ireland. El resto del reparto es: Kent Smith, Claire Kelly, Corey Allen, Lewis Charles, David Opatoshu, Kem Dibbs, Patrick McVey, Barbara Lang, Myrna Hansen, y Betty Utey.
    Una historia preciosa. El abogado de un mafioso que cojea levemente se enamora locamente de una chica, una bailarina que acude a las fiestas de un mafioso. Él consigue (sin que ella lo sepa) que la contraten para un número de baile en una de las salas de fiesta del mafioso. Baile espectacular, por cierto, como no podía ser de otra manera en ella, una de las mujeres que mejor han  bailado en la historia del cine. Una historia que se desliza desde lo frívolo hasta lo trágico con una suavidad dulce y delicada. Sabes que va a salir mal, que no puede salir bien, que se avecina un desastre, algo que es inevitable pero conocido. Ellos saben que no puede salir bien, que necesariamente tiene que fracasar su romance, un idilio que les llevará incluso a la tumba. Él intenta desengancharse del mafioso, pone en ello toda su capacidad, toda su energía, pero le es difícil. Con la mafia no se juega, ni ahora ni en los años 30.
     El abogado decide tratarse fuera de EE.UU. para solucionar la cojera, necesita un tratamiento novedoso consistente en tratar la lesión de cadera rompiendo los huesos y volviéndolos a unir, lo que lleva tiempo y es doloroso. Ella, mientras tanto, sigue trabajando en el local. Hasta que el le manda un telegrama para que vaya a Estocolmo, que es donde se está cuidando durante un año, para que pase con él la vida. Viven en Europa, un amor maravilloso, diferentes capitales, viajes, romance, Italia, Venecia, todo lo que se puede conocer con dinero... 
    Cuando vuelve a Chicago su jefe le pide que defienda a un amigo mafioso que un investigador especial  nombrado por el fiscal del distrito pretende procesar. Aprovecha para decirle al mafioso que se va, que lo deja, que se quiere ir, que no quiere seguir representándole. El mafioso, claro está, no quiere dejar que se vaya. Le amenaza con golpearle la cadera con una barra de hierro. No parece que eso le achante, pero ante la amenaza de hacer daño a la chica le afecta profundamente, y al final cede en defender al mafioso amigo de su jefe. El drama empieza a cocinarse a fuego lento, aunque se avecina con rapidez. Tiene que ganar el juicio para que pueda irse del cepo que le tiene agarrado. Pero el jurado ha sido sobornado y el juicio se anula, el amigo del mafioso ha huido.
   Una de las escenas la copia más tarde, cuando el jefe mafioso golpea con una taco de billar en miniatura, que se lo estampa en la cabeza reiteradamente, una y otra vez, hasta que lo queda mal parado.
    Me parece una joya escondida, una película no muy conocida (al menos por mi) en la filmografía de Ray pero que me parece a la altura de las suyas buenas. Es, incluso, muy buena, tan buena como cualquiera.

§ 2.227. El último disparo (Anthony Mann, 1947)

    Planteamiento sencillo. Atraco a un Salón de belleza de mujeres que, en realidad, esconce un garito de apuestas ilegales. El atraco es perpetrado por el lugarteniente del mafioso jefe del tinglado y la regente del Salón, que está compinchada con él, pues son amantes.
Un error provoca la muerte de un policía que hiere a uno de los atracadores, que es detenido. En el interrogatorio dice que el otro compinche era un chico que nada tiene que ver con el asunto.
    La hermana de este chico conoce al policía deje encargado de la investigación, pues vivían en el mismo barrio. El atracador herido identifica al muchacho en el lecho de muerte, pero el policía no lo ve del todo claro, sospecha que algo no funciona. Con la ayuda de la hermana, primero por separado y luego conjuntamente, consiguen desenmarañar  el asunto. El policía sospecha del verdadero autor del atraco, regente del local grande del mafioso.
    Excelente película, cuyo metraje corto provoca una condensación de contenidos que saturan un poco el discurso. En esta en concreto se echa de menos que no dure más.
    El reparto es este: John Ireland, muy conocido por otros papeles, sobre todo de vaquero, Sheila Ryan, Hugh Beaumont, Jane Randolph, Ed Kelly, Charles D. Brown, Clancy Cooper, Peggy Converse, Hermine Sterler, Keefe Brasselle, Roy Gordon.
    Buena película, entretenida y sincera. Merecería un remake, sin duda, ahora tan de moda.

§ 2.226. Ciudad Marcada (Ken Sanzel, 1998)

    Es infame. Malísima. No sé cómo Chazz Palminteri se mete en este fregao, supongo que por dinero, claro. Que lo haga Stephen Baldwin se entiende, porque no es, precisamente, un actor muy notable. Los demás son propios de la serie b de la televisión: Tia Carrere, siempre la chica de "Mentiras arriesgadas", Michael Rispoli que sí ha tenido recorrido en algunas películas  decentes, Gary Dourdan conocidísimo actor de series del CSI y similares y los demás son los para mi desconocido: D.B. Woodside, Chuck Zito, David Zayas, y Dana Eskelson.
    Creo que este tipo de películas se rueden directamente para el Videoclub. No puede ser peor. Y la trama da juego, tiene su guión, la historia puede funcionar. De hecho, más o menos, es la historia de la segunda parte de el Detective Callaghan: Harry el Sucio.

domingo, 3 de enero de 2021

§ 2.225. Desafía en la ciudad muerta (John Sturges, 1958)

    Un hombre libera a un detenido de la carcel. Eran viejos amigos y hace años el ahora liberado hizo lo mismo por él. Antes, hace tiempo, hicieron juntos algún atraco y se enterró el dinero del botín.
    El que libera al detenido es el shérif de otra ciudad. Las deudas de honor se culpen, cualquiera que sea ésta y el precio que hay que pagar por ella. Los compinches le encuentran en la nueva ciudad. Pretenden que les guíe hasta el botín. Secuestran al shérif y a su novia y atado a la espalda les conduce al sitio donde está guardado -bajo tierra, enterrado- el botín.
    El sitio al que les conduce es un páramo en el desierto, un lugar desolado, inhóspito, sin vida, lleno de tierra y polvo. No hay ninguna ciudad, ningún caballo, no hay vida. Solamente un llano pedregoso bajo el sol.
    En un momento de descuido consigue hacerse con un revolver y huir con la novia, pero es cogido rápidamente. Todo vuelve a empezar, a buscar una oportunidad para escapar.
  A medida que pasan las jornadas y se producen las conversaciones se descubre el pasado común de ambos. Los indios están al acecho, y se interfieren en la búsqueda del dinero.
    Buen reparto, encabezado por Robert Taylor, y Richard Widmark,  dos actores de gran tonelaje, y Patricia Owens -desconocida para mi-, Robert Middleton, Henry Silva (el malo más parecido a Jack Palance que existe en el mundo), DeForest Kelley, Burt Douglas, y Eddie Firestone.
    Un director solvente, que consigue un western estupendo, magnífico. Como todas sus películas va a grano, directo, sin concesiones. Un lenguaje seco, sin demasiados análisis sicológicos o sociales. Aventura, diversión sin matices emocionales. Puro entretenimiento.

§ 2.224. Un buen año (Ridley Scott, 2006)

    Un broker espídico de Londres recibe en herencia un Chatou en francia, de su tío. Allí paso algunos veranos, conversando y descansando de niño. Pretende venderlo y continuar con su vida, tal cual, sin más. Pero las cosas no siempre suceden como se tiene previsto.
    Las historia es conocida, de hecho me suena haber visto varias películas sobre el mismo guión, o muy parecido. Creo recordar que se llamaba Un amor en la Provenza, o Un beso francés, o algo parecido.
    Sé que es guión pueril, poco complejo, sencillo, simple, pero es efectivo, deja que la historia respire y produce una buena película.
    El cambio de perspectiva en el protagonista es sutil, no rápido, no por un acontecimiento brusco o un suceso traumático. Es suave, sutil, con poco traumatismo. Me gusta. Es como el vino bueno, que es lo que cultivaba su tío en la propiedad.
    Me ha gustado mucho.
 Es raro que Ridley hiciera esta película. No sé. Estaría melancólico o aburrido de rodar cosas de Aliens, y demás ahorradas que rueda últimamente.
    Elegir a Russell Crowe como protagonista es todo un éxito. Puede parecer exagerado, pero actúa perfectamente, se mete en el papel  y funciona, claro que funciona. El resto de es: Marion Cotillard como la camarera del restaurante, Albert Finney que lo hace de miedo, Abbie Cornish como la hija ilegítima del tío del protagonista. El resto del equipo son Tom Hollander, Freddie Highmore, Valeria Bruni Tedeschi, Didier Bourdon, y Rafe Spall.

§ 2.223. Hampa dorada (Mervyn LeRoy 1931)


    Canon de película de gánster, la que lanza al estrellar a Edward G.  Robinson. Narra el ascenso y caída de un tipo peculiar, un matón de tres al cuarto que consigue encumbrarse en lo alto de la organización para la que trabaja.
    Como en todas estas cintas la ambición criminal del protagonista está por encima de sus posibilidades, de su realidad, de lo que demandaba su fuerza y su situación. Eran los gánster de otra época, de gatillo fácil, muy testosterona y más músculo que cerebro. Luego vendrían otro tipo de gánster, más capaces, con menos testiculina y más cerebro, menos impulsivos y más reflexivos.
    Un reparto muy al uso: Edward G. Robinson, Douglas Fairbanks Jr., Glenda Farrell, Stanley Fields, Sidney Blackmer, William Collier Jr., y Ralph Ince.

sábado, 2 de enero de 2021

§ 2.222. Arma letal 2 (Richard Donner, 1989)

 Continua la saga... bajo el mismo criterio e idénticos parámetros...!!!
    Organización alemana, marcos alemanes de oro, secuestros, lo de siempre... se explican algunas cuestiones de la vida de los protagonistas, se siembra para la próxima entrega. Buen guión, música de rock, modernidad y gracia, bromas en contextos serios. 

§ 3.405. Tristeza de amor (Eduardo Mallorquí, 1986)

  Recuerdo algunas noches cuando se emitía la serie y me quedaba a ver algún capítulo. La música es preciosa, la canción en realidad.  Vista...