Pues me ha gustado, me parece una obra inteligente, delicada y probablemente fiel a la realidad. Los entresijos del poder, especialmente las cuestiones de cotilleos, chismes y dimes y diretes seguro que pesan en la política de EE.UU. lo mismo que en cualquier otro país. El dominio de esas emociones primarias y el control sobre la influencia en los demás es la base de la historia. El aprendizaje de esas circunstancias es intuitivo, pero en su sabiduría está gran parte del éxito social.
Y de eso va la película, de la vida de Dolly Payne Madison, esposa del cuarto presidente del EE.UU. Cortesana en un país carente de corte, intrigante pero en fino, casquivana sin ser vulgar. Probablemente más correveidile y salsera de lo que la película nos muestra.
El reparto se argumenta en la trilogía siguiente: Ginger Rogers, guapa entre las guapas, David Niven, galante con apostura, con determinación y seguridad y un sorprendente Burgess Meredith, que no sólo es el entrenador de Rocky. Un hombre con una carrera mucho más larga y prolífica de lo que en un principio pudiera parecer.
Es un tipo de historia que sólo puede contar un director con clase y estilo. Seguramente podría haberla filmado King Vidor, o Frank Capra, también George Cukor, o Mankiewicz. Por supuesto Wyler, pero no Bilder, también Ford, claro. Pero no los más modernos: Wellman, Fleisher, Zineman, Coppola, ni los "alemanes": Lang, Preminger, Siodmak, etc.
El trabajo de producción es el valor añadido de la cinta. Completo, serio, seguramente muy documentado. Muy valioso.