miércoles, 18 de diciembre de 2024

§ 3.619. Crímenes del futuro (David Cronenberg, 2022)

Un poco rara, peculiar en el director, distinta desde la ortodoxia que me gusta y más disfruto. Una ciencia ficción diferente, miedosa, rocambolesca como toda la ciencia ficción, pero además algo esotérica, con tonos gore y sádicos, aspectos morbosos, no sexuales, pero morbosos y sorprendente. Siempre sorprendente.
Parece que después de sus años iniciales con cintas verdaderamente interesantes, entre las que destacan Videodrome y La mosca, entre otros, se dedicó a películas más convencionales: Una historia de violencia o Promesas del Este, para volver ahora a ese género, que debe ser el que más le gusta, en donde se encuentra más cómodo.
De todas formas no me ha gustado mucho esta cinta. No la he entendido. Visualmente es atrayente, te hace pensar, pero es un pensar vacío, sin demasiado sentido, pensar sobre algo que no puede producirse, que no tiene visos de verosimilitud, que camina contra toda lógica, que únicamente es especulación absurda y sin sentido se agota pronto. No tiene demasiado recorrido.
Me gusta el contrapunto que supone el escenario sucio y cochambroso. Siempre que imaginamos el futuro y los habitantes de él creemos que todo es aluminio, frio y esterilidad. Y el director nos dice que no, que el futuro es como el presente, sucio y malévolo. 
La idea de un artista performativo es de lo más sugerente. Un artista que crea arte duplicando sus órganos internos para extirparlos en directo como si fuera un espectáculo es ridícula y alocada, pero seguro que ha tenido algún tipo de precedente en las vanguardias artísticas más transgresoras.
Una película diferente. Y lo diferente no suele gustarme mucho. Esta en concreto, no demasiado.

§ 3.618. La cosa [enigma de otro mundo] (John Carpenter, 1982)

 

Impresionante...!!!

lunes, 16 de diciembre de 2024

§ 3.617. Tres colores: blanco (Krzysztof Kieslowski, 1994)

Una comedia romántica que tuvo muchos adeptos en su momento. Tiene su gracia, funciona y se deja ver. No es el típico producto americano cuya trama se organiza desde pequeños equívocos que se magnifican con el paso del tiempo, erróneas interpretaciones y sugerentes tramas, producto de guiones verdaderamente ingeniosos y que al final el volumen y la complicidad del espectador consiguen rellenar los huecos y atribuir a la casualidad, a las casualidades el resultado de la trama.
Esta es una comedia organizada desde las situaciones ordinarias, comunes. Normales y corrientes tipos que tienen vidas complicadas pero desprovistas de ingenio, de interés. Vidas que, en principio , nada tienen que aportarnos, pero de las que sacamos un cierto mensaje, porque el director estructura la historia para que así sea. Las americanas son más de guión. Las europeas, entre ellas ésta, son de director. 
Me ha gustado mucho. Tiene ingenio, carisma, y mucha capacidad de sorpresa. Tengo que ver las otras dos partes.

§ 3.616. La noche de los muertos vivientes (George A. Romero, 1968)

Hace más de veinte años que la vila primera vez. Creo que esta es la tercera, quizá la cuarta áque la veo. Todo un mito del cine. Un clásico, y una película de culto. Barata, bien hecha, seria, trascendente, con más cosas que decir que lo que dice. Todo un mito. Me encanta. Me parece una obra de arte. 
El blanco y negro ya te sitúa en un escenario singular, mitificado. Sabes, a los cinco minutos, que vas a ver algo verdaderamente grande, interesante. Parece  Inglaterra, con su campiña, sus árboles verdes, sus hojas en el invierno cubriendo el suelo.
Sin explicaciones empiezan a ocurrir cosas, lúgubres, macabras, incomprensibles. El miedo a lo incomprendido es lo que lo transforma en terror. No se trata tanto de mal, que también, sino del desconocimiento.
Hay algo de malvado en todos nosotros, solo que lo desconocemos. Por eso las personas buenas son las que se conocen a sí mismas. Ser bueno es, precisamente, conocerse a uno mismo. 
No recordaba que la música fuera tan preeminente. Es de un tal Scott Vladimir Licina, para mi un absoluto desconocido. Es eficaz y resultona. Algo estridente quizá. 
Me gustan los cambios de perspectiva que adoptaría cámara a ras de suelo y en el plano siguiente un picado, lo que facilita la sensación de confusión.
También impone dicho estado la ausencia de diálogos. Son escasos, intrascendentes y nunca enfocados a averiguar qué ocurre. Simplemente ocurre. Sin más. Pareciera que los protagonistas saben de qué va la cosa. La evitan y la combaten, pero la conocían. Es como si se tratase de algo manejable que, simplemente, se ha ido de las manos.
Los aspectos técnicos me parecen novedosos. Que los actores no sean especialmente conocidos todo un acierto, que sea en blanco y negro aporta textura, clasicismo y perspectiva.
Es una gran película, que no sólo creo un género sino que, además, fue baratísima y generó muchísimos dividendos. Todo un clásico, todo un canon.

domingo, 15 de diciembre de 2024

§ 3.615. Te doy mis ojos (Iciar Bollain, 2003)

Durísimo retrato de una realidad desgraciadamente muchas veces acaecida. Adquirió la película una cierta fama, totalmente merecida porque la cinta, más allá de la oportunidad, de la dureza de la realidad que muestra y de todo lo que le acompaña es una película extraordinaria. Bien rodada, con un guión verdaderamente eficaz, y unas interpretaciones verdaderamente extraordinarias.
Lo de Luis Tosar es un escándalo. Qué actor, qué viveza, qué intensidad, qué pedazo de actuación se cuadra. Es un actor de una pieza, a la altura de los muy buenos españoles, y capaz de dar el salto cuando se lo propusiera a otros cines, especialmente el americano. La chica es Laia Marull, que también hace una magnífica interpretación, sentida, serena, recogida y sobrecogedora por momentos.  Muy sentida.
Candela Peña también muy bien, jugando de complemento y jugando muy bien. Se acompañan de Rosa María Sardá, Sergi Calleja y la siempre muy atractiva Kiti Mánver.
Más allá, insisto, de su oportunidad o de el juego que pueda haber dado, es una extraordinaria película.
Muestra a la perfección los fracasos vitales, las frustraciones, la realidad de una violencia que empieza siendo sorda y acaba siendo clamorosamente campanuda.
Es durísima. Durísima de verdad. No sé si voy a poder dormir esta noche, la verdad. No es una película para ver de noche. Salvajemente dura. Marca todos los aspectos de la violencia machista a la perfección. El acoso inicial, el arrepentimiento a medias, los celos patológicos, el resquemor con la vida que "pagas" con tu mujer...
Interesante es el tratamiento del psicólogo, cómo intenta llevar a cabo la terapia. 
Siempre he creído eu la violencia machista tiene más de poder y de dominio que de sexo o afectos desordenados. El maltratado no quiere maltratar por maltratar, quiere maltratar para mandar, para sentirse superior, para dominar, para domeñar, para infundir poder, para hacerlos visible, para provocar miedo y terror a la persona maltratada. La humillación es el camino hacia el dominio. Por eso no soportan a las personas que se rebelen, que no se muestras sumisas. 

§ 3.614. Tenemos 18 años (Jesus Franco, 1959)

Primera película de Franco. Y es una auténtica "españolada" de la época. Lo que demandaba el marcado, supongo. 
No se pueden apreciar las características de su cine con esta obra. Es una comedia de situación 'española', basada en el absurdo, en la inocencia de la gente, en los 'listos' que engañan a los que carecen de mundo. Pero desde la perspectiva absurda, siempre desde el engaño, desde el sufrimiento  del otro, en este caso dos mujeres que quieren viajar y han sido engañadas por su primo.
Subrealismo, un punto de cine fantástico, comedia... no sabes muy bien qué estas viendo. Quizá esa sea su gracia, pero eso es precisamente lo que a mi me ha descolocado. Una singular 'road movie' a la española que tiene el mérito de adaptar las peculiaridades del genero a la idiosincrasia de las películas que en ese momento se hacían en España.
Aunque he leído críticas buenas de la cinta, no estupendas ni maravillosas, pero sí interesantes y buenas, no me ha gustado especialmente. Creo que la gente que la valora lo hace más por cariño, por afecto y por consideración que por valía de la cinta. No es que sea mala de solemnidad, simplemente es que es mala. Sobrevivir en la industria del cine después de esta obra tiene su verdadero mérito. Se la ve artesanal, delicada, hecha con intensidad y dedicación. Pero no me ha impactado demasiado.

§ 3.613. La zona muerta (David Cronenberg, 1983)

 

Una película basada en un relato de Stephen King necesariamente tiene que ser entretenida, por mala que sea la adaptación. Si el director es solvente, como es el caso, el éxito está más o menos asegurado. Y tengo a esta cinta como un gran éxito de público y crítica. La tengo yo. Es una creencia, no es una certidumbre, porque no he leído nada al respecto. Simplemente me acuerdo de los años en que estaba en boga -se proyectaba en el cine, se alquilaba en videoclub, se hablaba de ella- y la recuerdo como una película célebre.
Esta bien narrada, la música juega un papel importante, trascendente, casi protagonista. 
Un relato sobre presupuestos inverosímiles, como todas las fantásticas y de misterio, que se ejecuta con naturalidad en el discurso cinematográfico. 
La sucesión de acontecimientos es rápida, acontecen cosas sin solución de continuidad. La transformación del protagonista es interesante. Parece más bueno al principio para ir acartonándose y encambronándose con el paso del metraje. Asume el protagonismo de las tragedias de los demás como si fueran propias.
Siempre he creído que Christopher Walken no es un buen actor. Tiene su gracia y ha funcionado en muchas películas. Quizá sea una excelente persona, por supuesto, pero siempre que le veo no consigo apreciar que dé la talla definitivamente.
Tom Skerritt (de policía, cómo no), Martin Sheen, y Herbert Lom en sus papeles. Ortodoxos, bien plantados, sinceros, correctos, en sus roles, sin comerse el personajes ni ser comidos por ellos, en un equilibrio razonable, especialmente Lom como médico. 
La chica es Brooke Adams, una cara que se llevaba en os ochenta y noventa. Y también participa Anthony Zerbe, que siempre hace policía.
El juego de los poderes adivinatorios siempre es sugestivo. Y funciona, tanto en el papel como en el cinematógrafo. Pero debes saber cómo hacerlo. Y aunque no está del todo mal la película, no termina de estar bien resuelta la trama. Hay atajos de guión, cosas que no sean explicado, y, sobre todo, no se sabe muy bien por qué tiene las visiones retrospectivas. Si es la fuerza o la energía de las cosas, una especie de  intuición cartesiana, una singular visión religiosa. No se sabe qué es, y aunque tiene su aquel saberlo y el juego está en saberlo, lo cierto es que no está del todo bien resuelto.

§ 3.894. El secreto inconfesable de un chico bien (Jorge Grau, 1976)

Pues no. No le salió bien a Grau. Un director de lo más interesante, con títulos verdaderamente potentes. Eran los años de la transición, de...