domingo, 3 de diciembre de 2023

§ 3.201. El ente (Sidney J. Furie, 1982)

 

Propuesta tantas veces repetida, replicada, anexada, copiada que... ...la verdad, no me parece ni siquiera medio original.
Follar es el mal; copular, un pecado; correrse, un crimen; comerse una polla, algo malo; chupar un coño, inaudito...
No sé si puede tener otras explicaciones, pero la primaria, la intuitiva, la más propia es que el sexo, el orgasmo, la penetración es el ente, lo extraño, lo feo y lo ignoto es algo distinto. 
No me parece ni brillante, ni meritoria, ni inteligente, ni siquiera 'sabrosona'. Plana, algo obtusa, simple, poco edificante.

sábado, 2 de diciembre de 2023

§ 3.200. El jugador (Karel Reisz, 1974)

 
Seguimos con Reisz, que me parece un director muy interesante.
Un drama con el juego como telón de fondo, con un gran James Caan, Paul Sorvino, Lauren Hutton y Burt Young. También interviene James Wood y Carmine Caridi. Me he reconciliado con Caan, que siempre me ha parecido un actor limitado y algo amanerado, el que siempre se presenta jugando el mismo papel, el suyo propio. Parece ser que en esa época el actor estaba luchando con su adicción a la cocaína, por lo que probablemente pudo proyectar en el personajes sus propias emociones y vivencias, miedos, angustias y escapes de la realidad.
El guión es de James Toback, director y guionista, que proyecta en el guión sus propias experiencias autobiográficas. También fue un jugador con serios problemas y un profesor de literatura.
El drama está bien trazado, bien tirado. Entretiene pero no te deja el poso melodramático de obras mayores, de películas con mayor profundidad emocional y afectiva.
La brutalidad está mostrada con naturalidad y los personajes representan estereotipos muy reconocibles. Aunque alguno de los personajes parecen más amables de lo que realmente serían en el realidad. Hombres más duros y brutales, con total seguridad.
Buena película, bien rodada, bien interpretada y bien producida. Una muy buena película.

jueves, 30 de noviembre de 2023

§ 3.199. El canibal de Rotemburgo (Martin Weisz, 2006)

Es una singular biografía fílmica, un biopic, sobre Armin Meiwes, un caníbal que se comió a una víctima que quiso voluntariamente ser devorado.
Es el debut cinematográfico de un director de videoclip musicales. Si l oque pretendía era que nos introdujéramos en el personales, intentado pulsar sus sensaciones, revivir sus vivencias o comprender parte de su funcionamiento mental, no lo ha conseguido. La cinta tiene pulso, y la idea de contar las cosas de manera retrospectiva desde la visión de una chica que está haciendo su tesis doctoral sobre el caníbal y sus acontecimientos es interesante. La utilización de dos texturas para contar lo que la chica vive y lo que la chica cree que pasó en la vida del protagonista es verdaderamente brillante. En algún sitio leí hace muchos años que para la lectura de obras difíciles que se escriben desde el sujeto omnisciente y la voz interior hubiera sido interesante escribir en dos tintas, o en dos tipos de letras separadas, con el objetivo de facilitar su lectura. Pues algo así ha pretendido el director. Y en ese punto de vista funciona, es operativo y útil al objetivo pretendido.
Pero la cinta no consigue, en casi ningún momento, que entres en la dinámica narrativa. Sí en la estética, pero poco más. Es algo pesada, pretenciosa y espesa. La música subraya con demasiado énfasis los momentos culminantes de la historia y lo que pudiera ser un camino de exploración interesante: la mutación de la protagonista, no está del todo bien trazada. Su evolución se aprecia desde la voz en off que reverbera en su cerebro contándonos lo que piensa y lo que cree.
Estéticamente y narrativamente tiene un mérito incuestionable. Pero una película es algo más que una mera enunciación estética de una idea, o de un acontecimiento. Es algo difícil de concretar, pero básicamente, se trata de emocionar, de influir en el estado de ánimo y de que sea capaz de proyectar un poso en uno mismo: un aprendizaje, una imagen, una idea, una aspiración, etc. Y esta no lo consigue. No narra un retrato psicológico sobre un caníbal. Juega a los miedos que puede infundirnos, pero no proyecta esa potencia. Me acuerdo de la cinta de Wyler: El coleccionista, de 1965 y, la verdad, aquella desde su simpleza y su color, desde el amor que pretendía el protagonista, y sin verdaderas escenas de violencia conseguía una perturbación en el espectador mucho mayor.
La lógica enfermiza por un fetichismo sexual depravado y criminal no me atrae nada. Pero entiendo que determinadas películas toquen el tema. 
Bien me metraje, supongo que no daba para más. Y bien interpretado por la protagonistas, Keri Russell, aunque a veces, en los momentos más tenebrosos, está excesivamente pintada, y de colores negros que la afean.

miércoles, 29 de noviembre de 2023

§ 3.198. Cinco tumbas sangrientas (Al Adamson, 1970)

 
Irregular y un poco histriónica, con una música excesivamente intrusiva (a veces a ritmo de puro rock que no pega ni con cola) y algo desarreglada para el tipo de cinta que es, una del oeste con tintes precuspulares, sin serlo propiamente, ni por la idea original, muy de siempre, ni por el tratamiento, algo convencional, aunque por momentos la voz en off pretende funcionar como un código moral de ajustado comportamiento al canon de las películas del oeste rodadas fuera de su época de esplendor.
Decorados algo artificiales, escenas de lucha muy poco trabajadas y encuadres algo forzados. Todo funciona en primeros planos frontales, con escasos movimientos de cámaras. Un color algo desvaído a cargo de Vilmos Zsigmond, al que tengo por un gran director de fogografía. 
Director desconocidos para mi. Según veo trabajó mucho para la televisión. Supongo que pertenece a esa amalgama de directores que probaron fortuna en el cine aunque se alma era la televisión. No es que sea una película mala de solemnidad, pero no tiene punch, le falta gancho, organización actoral y desarrollo dramático. Me ha parecido una cinta vulgar, del montón, sin nada destacable. Lo de la música es para hacérselo mirar. ¿Para qué incorporarla de manera tan evidente y con instrumentos tan 'modernos'?
Y los escenarios naturales tampoco parecen estar muy bien elegidos. Parece rodado en la cara b de Monument Valley, además de repetirse una y otra vez, aunque, desde diferentes algunos a lo sumo.

martes, 28 de noviembre de 2023

§ 3.197. La cólera del viento (Mario Camus, 1971)

 
Un peculiar Spaghetti Western en tierras hispanas, en un contexto político y social comprometido, muy a finales del XIX o incluso a principios del XX.
Y le llamo Spaghetti Western porque esa es su estética. No porque acontezca en ese territorio idílico y soñado que es el Oeste americano que nos muestras las películas. No cualquier Oeste, sino el mostrado por las películas, mejor que el original, qué duda cabe.
Tiene un parecido temático con Por un puñado de dólares (Sergio Leone, 1964), e incluso una manera de filmar similar: planos cortos, música estridente en los momentos de tensión -banjo, armónica, xilófono-, gestión dramática de los acontecimientos, personaje principal sin pasado ni futuro, que habla poco y se comporta de forma violentísima cuando hace su trabajo, de por sí mórbido y desagradable. Los estereotipos funcionan: el malo, el pueblo contra los terratenientes, el salvador por dinero. Muy temática Western pero en una Andalucía subdesarrollada, caciquil y pobre que vive sometida al poder del que siempre ha mandado. Obreros y labriegos que sufren las ofensas de la vida, del trabajo, y de los ricos y poderosos.
Me ha parecido interesante, sin ser especialmente buena. Además es un poco larga, 100 minutos son muchos para contar cosas.

lunes, 27 de noviembre de 2023

§ 3.196. Mr. Majestyk (Richard Fleischer, 1974)

 

Un hombre hecho a sí mismo que lucha por su sueño y se enfrenta a la sociedad que no le permite desarrollar su proyecto 'a su manera'. Porque lo importante es eso: hacerlo a su manera. 
Pero eso causa problemas, claro. Y suelen ser mayores cuanto más peso específico tienen las personas implicadas. La densidad del conflicto viene determinada por el interés que se tiene en que fracase el proyecto.  La importancia de tus enemigos determina tu valía. 
A veces es difícil leer las historias que se cuentan en una película en clave política. No se sabe muy bien si nos cuenta un movimiento reaccionario frente a la corrección política o si narra la oposición de un hombre frente al sistema establecido. En el primer caso hablaríamos de un movimiento conservador, en el segundo de un hombre que camina por sí mismo sin ayuda de nadie. 
El prototipo puede funcionar en un ensayo, pero se queda corto en la estática que propone Fleischer, director más que notable apegado a su tiempo y que hizo películas estupendas.
Un argumento algo fantasioso, difícil de creer y poco verosímil. 
Se puede ver, es un producto típico de los años setenta y de esas cintas reaccionarias protagonizadas por Bronson en un clima de violencia y depravación moral que encuentra en la violencia su único camino.

domingo, 26 de noviembre de 2023

§ 3.195. Llamada perdida (Takashi Miike, 2003)

 

Terror japonés, más impactante y natural que las versiones americanas que suelen hacerse de este tipo de cintas. Ayer vi The Ring, y no me pareció especialmente brillante. Sin embargo ésta sí tiene un punto de desequilibrio importante. un desvarío controlado que hace que verdaderamente te impacte más. Tiene menos grosura, menor empaque, menor atrezo, pero más autenticidad, más ligereza, más liviana. Parece mejor película, mejor trabajada y con mejores resultados.
Hay que ver la cinta en el contexto en que se publicó, 2003. Sin la tecnología no se explica la trama. Una llamada de tu propio número a tu propio móvil, que provoca que un ente se apodere de ti y te asesine. Además el ente se trasmite por teléfono, de uno a otro. El teléfono  y su buzón de voz son los protagonistas. Se pretende, quizá, reflexionar sobre la soledad que supone no estar en el teléfono de nadie. Los contactos son el verdadero valor social. Cuantos más mejor, y cuantos menos tengas, menos vales. 
He visto otras dos cosas de este director [Ichi the Killer, 2001, y 13 asesinos, 2010], pero ninguna me pareció extraordinaria, ésta tampoco. 
Es un director extraordinariamente prolífico, más de cien películas dirigidas.

§ 3.803. Las ratas (Robert Siodmak, 1955)

  Una obra "realista" de un director tendente a lo fantástico, a exponencial áspenos oníricos de la realidad, al menos en su prime...