jueves, 24 de octubre de 2019

§ 1.727. Por la piel de un policía (Alain Delon, 1981)

Entretenida película de policías, que se mueve bien en los tópicos y entretiene lo justo, sin trascendencias fútiles. Es la primera película de Delon como director. Dirigió otra más pocos años después con otro director. Se mueve bien en el género, la música acompaña, los planos, metraje civilizado, pocas pretensiones, entretenida...
Es claramente francesa, desarrollándose toda en París, con planos que delatan la nacionalidad de la cinta.
La desaparición de una chica ciega destapa todo. La policía no hace caso su madre, que la busca desde hace un mes. Acude a un ex-policía que ejerce de detective privado. Se lo toma en serio, sobre todo cuando la madre es asesinada. Nadie quiere averiguar qué le ha pasado a la chica, que trabajaba en un colegio especializado para personas invidentes.
La película funciona y aunque ha envejecido se deja ver. El pasa del tiempo no la machaca, la envejece pero no la destroza. Es una más de policía, en la que no sabes realmente cuál es el meollo del asunto hasta que no falta media hora para acabar.
Claramente es una cinta que funciona para el actor, a mayor gloria del fetiche, del monstruo del cine fauces, del guapo de los años setenta.
Interesante, pero de un sólo visitando.


miércoles, 23 de octubre de 2019

§ 1.726. Balas de contrabando (Don Siegel, 1958)

Sobre una novela de Ernest Hemingway "Tener y no tener" de 1937 se han hecho tres películas: "Tener y no tener", de  1944 de Howard Hawks; "Punto de ruptura" de Michael Curtiz en 1950, y esta de 1958 de Don Siegel.
Probablemente la mejor sea la primera, del mejor director de los tres y con guion de Willian Faulkner, la segunda no la he visto y esta es buena, se deja ver, tiene intensidad y dura lo justo para ver una película de aventuras moderna.
La historia es conocido y no tiene muchas vueltas, se sabe lo que va a ocurrir pero carece de la chispa brillante que Hawks le da a su cine.
Audie Murphy a la pantalla. Chico con carácter pero no muy dotado para la pantalla. Heroe de guerra reconocido como el más condecorado de la historia del ejército de los Estados Unidos.
La chica es Patricia Owens, actriz no especialmente dotada con poco más de veinte películas, no especialmente brillante ninguna de ellas.
Haciendo de contrabandista sin demasiados escrúpulos está  Eddie Albert, secundario de superlujo en decenas de cintas, algunas brillantes.
También interviene Everett Sloane actor no muy prolífico que intervino en películas de auténtico calado, aquí de borrachín. Actor que se suicidó con barbitúricos tras quedarse ciego por el glaucoma.

martes, 22 de octubre de 2019

§ 1.725. Gangster Land (Timothy Woodward Jr, 2017)


Muy mala. Realmente muy mala. Ni siquiera consigues mantener la atención de manera constante. Mezcla de tópicos manidos y repetidos, con actuaciones esteriotipadas y poco creíbles. Escenario de auténtico cartón piedra y música poco edificante.
Y la materia prometía, la historia del guardaespaldas personal de Al Capone, hombre duro, ex-boxeador amateur al que una banda de irlandeses mata a su padre por no venderles el material necesario para hacer alcohol, o por vendérselo a otro, o por cualquier otra circunstancia, da igual. Su venganza se produce el día de San Valentín. Se insinúa la creación del grupo especial de Eliot Ness y demás parafernalia conocida: el arresto por fraude fiscal de Capone.
Desde luego lo que podría hacer un gran director con la historia sería otra cosa. Es que no encadena bien los planos, todos son como nuevos, no tiene perspectiva, ni profundidad. Es como muy lineal, plana, sin relevancia.
Incluso las escenas de violencia son tremendamente comunes, nada singular. Ni siquiera las escenas de sexo tiene algo sexy. 
En mi copia el metraje dice que son 84 minutos, y en Filmaffinity dice que son 117. 
La guerra entre bandas en el Chicago de los finales de los años veinte siempre da mucho juego, pero esta vez no funciona. Es un problema general, de guion y de dirección.
He visto en Filmaffinity cuántas películas tiene el director. Son una catorce, algunas sólo para la televisión, y todas tienen notas terriblemente malas, esta también.
Actores poco conocidos, excepto Jason Patric, que tampoco es lo que se dice un actor importante. Los demás son: Sean Faris, Milo Gibson, Jamie-Lynn Sigler, Grace Fae, Al Sapienza, Minn Vo, Mark Rolston, Peter Facinelli,  Michael Paré, Sean Kanan, Drake Andrew, Louis Fasanaro,  Shane P. Allen, Jody Barton, Don Harvey, y Robert Goon. Nadie relevante en el mundo del cine.

lunes, 21 de octubre de 2019

§ 1.724. La caza (Thomas Vinterberg, 2012)

Durísima película, durísima. Nadie está a salvo de la maledicencia, de la mentira, del horror de una infamia, de una de este calibre, sobre todo.
La opresión de una sociedad cerrada, de una escuela hermética, con una mujer mayor al frente que prefiere atender a lo que dice una niña. Niña que no es suficientemente atendida por sus padres, que son amigos del supuesto pederasta.
Probablemente la imaginación de la niña se desboca por la falta de atención de sus propios padres, más dedicados a hacerse la vida imposible entre ellos. Por eso precisamente juega a inventar ese tipo de cosas.
La verdad no importa. Es lo de menos. ¿Cuál es la razón que anida en el corazón de esa mujer, profesora de primaria amargada y resentida? Dice que siempre cree a los niños, pero seguramente no es verdad. No le cae bien el profesor nuevo, que por otra parte lo tiene todo para ser el candidato perfecto: llevaba tiempo parado, divorciado con problemas graves con su mujer, no ve mucho a su hijo...
La conversación con el padre de la niña es desgarradora, tortuosa, demoledora. No sé quien puede aguantar es nivel de violencia y pena. 
Desde luego la niña miente. No hay duda, el director no deja lugar a dudas con es verdad. Todo es un embuste, envuelto en un error, sembrado en un campo de inmundicia, en donde cuándo se les comenta a los demás padres si sus hijos tienen síntomas de abusos sexuales algunos dicen que sí.
La verdad, la pura verdad es que la niña está prácticamente abandonada por sus padres, dedicados a hacerse la vida imposible entre ellos.
La atmósfera es agobiante, abrasadora. La niña no se acuerda de lo que dijo, no es capa de recordar nada de lo inventó.
Es una situación complicada y difícil de gestionar, que no tiene buen cariz. 
Incluso su nueva pareja duda de él.
No es una situación justa, pero puede darse. Y si se da debe ser horrible para el que la padece. El aislamiento es total. Los tenderos no quieren vender a su hijo, es detenido delante de él. Nadie le cree, excepto un amigo suyo, padrino de su hijo.
La conversación con el padre de la niña es muy esclarecedora. Supone una cierta catarsis en todo el embrollo, en vez de solventar el problema lo acrecienta. La niña tiene algo de malévola, de enfermiza. Obviamente pierde los nervios. Escupe a la niña, se enfrenta con el padre de su amigo. Va a casa del único amigo de su padre. El juez no cree la versión de la niña y no le mete en prisión provisional. Los vecinos matan a su perra, le tiran piedras a la casa, le acosan.
Y, sin embargo, los lazos que creía deteriorados con su hijo adolescente, de unos 14 ó 16 años parece que se consolidad, se hacen más duraderos, más profundos.
Una verdadera angustia, una agonía, una tortura, una indecencia, moral y social. Pretender acabar con una persona sin que haya hecho nada, sin que haya una acusación firme, una condena, es terrible.
La escena del supermercado es tremebunda, terrible, espantosa.
Pero sobre toda la película plantea una pregunta, ¿qué hacer en un supuesto como este?, ¿cómo reaccionar, dónde está el punto de equilibrio?, ¿se puede creer un testimonio infantil (o adulto, me da igual) sin pruebas de ninguna clase?, ¿cómo proteger a un niño que relata una historia verosímil? Muy difícil, difícil de verdad. La valentía personal para enfrentarse a una historia como esta no es sencilla, no todo el muno la tiene. El personaje que representa el actor la tiene, pero no pude más.  Está a punto de derrumbarse.
Acude a la misa del gallo, en nochebuena. No se sabe si como forma de defenderse o como manera de reivindicarse. Es un gesto de valentía absoluta. Los niños van a cantar una canción de navidad. Qué cosa más triste.
El director es para mi desconocido, Thomas Vinterberg. Danés y creador, junto con otros (Lars von Trier, Kristian Levring y Søren Kragh-Jacobsen), del movimiento Dogma 95, propuesta de simplificación de las reglas de rodar, editar y producir películas. Simpleza de medios para acercar el cine al espectador, que se encuentra saturadas de complejidad fílmica.
Ciertamente está rodada con una cierta simpleza de medios, tanto en la secuencias de planos como en los encuadres, incluso en el color.
El actor principal es Mads Mikkelsen, que le acababa de ver en otra cinta "Ártico". Me parece un gran actor, capaz de transmitir una potencia inusitada. Gran fuerza interior, buena presencia en la pantalla y una amplitud de registros que le permiten abordar con solvencia un papel dificilísimo, lleno de amargura, rencor, y depresión. Me gusta mucho, es un gran actor.
Moraleja: "Los niños no siempre dicen la verdad".

domingo, 20 de octubre de 2019

§ 1.723. Los condenados no lloran (Vincent Sherman, 1950)

Mujer fuerte, de gran carácter abandona su vida en el pueblo tras la muerte de su hijo atropellado por un camión mientras montaba en bicicleta... Pero esa no es la razón por la que abandona su vida. Su tiempo pasa, envejece y sabe lo guapa que es. Sabe mover el culo y no tiene excesivos escrúpulos en domeñar a la gente, en dominar a unos y otros, en utilizar a los hombres para la consecución de sus propios fines. Aunque es una temática que ya abordó Joan Crawford en una película excelente de Michael Curtiz: Alma en suplicio (1945). Aunque aquella es mejor que esta.
Es una actriz fuera de serie, maravillosa. Con un empaque clásico, con una forma de moverse, de caminar, de mirar...
El actor masculino es David Brian, uno más de entre los varios que había.
He leído en una crítica que la película se inspira en la biografía de Bugsy Siegel, el mafioso que organizó el juego en EE.UU. 
Me ha gustado mucho la cinta. Es el tipo de director que sabe hacer buen cine sin demasiados argumentos.

§ 1.722. Uno rojo, división de choque (Samuel Fuller, 1980)


Es la segunda o tercera vez que la veo. La verdad, no sé qué tiene, pero no es una película antibelicista...!!!
Muestra lo que es la guerra, es decir, un horror y, por eso, se imagina que es una película contra la guerra.

jueves, 17 de octubre de 2019

§ 1.721. Passengers (Rodrigo Garcia, 2008)

Flojita, no muy interesante. Comercial, del montón, sustentada sobre una actriz de moda (Anne Hathaway [que nada tiene que ver con Henrry Hathaway uno de mis directores favoritos]), y poco más. Convencional, muy trillada en su desarrollo, sin grandes pretensiones.
El actor masculino, uno de los viajeros del avión es Patrick Wilson, guapetón de rompe y rasga que hará 50 películas en 8 años y luego se refugiará en la televisión. Ella quizá todavía tenga recorrido en el cine grande.
Psicóloga encarga de atender a pacientes que han sobrevivido a un fortísimo accidente de tráfico comienza a investigar cuáles han sido las causas del accidente, para intentar así obligar a los pacientes a recordar, a rememorar cómo y de qué manera se produjo el accidente. Terapia singular que no parece llevarle a ningún parte. Necesita saber qué ha pasado en aquel avión.
Los pacientes cuentan lo que ha sucedido de manera diferente, y el que parece que no necesita atención es quién más lo necesita. La inevitable historia de amor surge, claro. Se trata de eso.
La vecina de la doctora es realmente inquietante.
Un misterioso pasajero que no estaba contabilizado como víctima del accidente aborda en la calle a la doctora, pero no se sabe si verdaderamente es un hombre o es una visión. Otro pacientes tiene las mismas visiones de otros pasajeros, pero no se sabe si están vivos o muertos.
Al principio de la cinta se comenta que ella quiera investigar la hipersensibilidad de las personas que han sufrido un stress post-traumático, porque son capaces de rectora cosas que han sucedido muy deprisa.

§ 3.881. La leyenda de los ocho samuráis (Kinji Fukasaki, 1983)

Fukasaki es el director de la segunda unidad de la películas "Tora! Tora! Tora!" de 1970 cuyo principal director fue Richard Fleis...