Lev Stepanovich era un contador de historias ciego que la abuela de León Tolstoy tenía a sueldo en la casa familiar. Era legendaria su capacidad para contar cuentos... manipularlos, hacerlos una y otra vez de manera diferente... Eso pretende este Blog, contar cuentos... de manera creible.
sábado, 22 de junio de 2019
viernes, 21 de junio de 2019
§ 1.662. Misterio en el barco perdido (Michael Anderson, 1959)
Entretenidísima película, muy bien hecha, con gran recorrido. Una de aventuras de toda la vida, con dos grandes, uno más que otro: Gary Cooper, y Charlton Heston, dos monstruos de la pantalla. También actúa Michael Redgrave, aunque con poco metraje, apenas un par de escenas en el juicio contra el capitan, como abogado de la compañía.
Un guión muy bien llevado, muy desarrollado, con grandes matices, con requiebros y sorpresas, licencias cinematogáfricas y actores muy en sus papeles.
Un fraude al seguro de la carga de un barco desencadena un motín, una rebelión contra el segundo de abordo, un antiguo capitán que en el pasado había perdido un barco y le habían retirado la licencia para ser capitán. Una combinación de poder, homicidio, dinero y seguros navales.
Muy interesante, me ha gustado mucho. Un tecnicolor muy brillante y un desarrollo fílmico de paso a paso, muy bien desarrollado.
Las escenas submarinas están muy bien desarrolladas, con gran técnica.
miércoles, 19 de junio de 2019
§ 1.661. Sin piedad (John Badham, 1999)
El carácter es el caracter. En cualquier situación se manifiesta con energía. Cuanto más carácter, más energía. La injusticia es una percepción que tienen determinadas personas en algunas situaciones de forma nítida. Y si tienen carácter son capaces de comprometerse con todas las consecuencias, para cualquier momento, en toda situación.
Un Westher de venganza, de empecinamiento en la determinación, en la capacidad de uno mismo para sobreponerse a cualquier desgracia.
La muerte de su mujer, las palizas a sus trabajadores, el maltrato a sus caballos, auténticos sementales sometidos por un abusador propietario a trabajar como bestias de carga.
Este tipo de Westher que pretenden continuar la tradición más auténtica del género siguen siendo importantes. Quedan muchas del Oeste por rodar. La trama es interesante, los personajes están bien caracterizados, la música es muy buena y los paisajes son una belleza sin igual. Nevados, riscos, agua, sol y caballos, uno de los elementos imprescindibles en todas las del Oeste. Pensar que todavía hay paisajes como estos, tan preciosos, tan vírgenes, tan poco frecuentados por el hombre estremece y emociona.
Se hace raro ver a John Cusack de vaquero. No le pega demasiado bien. No es mal actor, ni mucho menos, pero no es un vaquero ideal.
Lo que queda inexplicado es la razón por la que el terrateniente se comporta tan cruelmente, con los caballos y con las personas. Y tampoco la maldad del tratante de caballos es razonable. No es una cinta muy verosímil, aunque, al parecer, está basada en un relato real. En el comienzo del Estado de Wyoming, en una lucha entre los que pretendían que se constituyese como un Estado y aquellos que querían que las cosas siguieran siendo como hasta siempre habían sido.
La capacidad de aglutinar hombre para su causa es una virtud auténticamente política, faceta no muy bien explotada, que tenía mucho más recorrido.
martes, 18 de junio de 2019
§ 1.660. Un sombrero lleno de lluvia (Fred Zinnemann, 1957)
Descarnado retrato de la adicción a la heroína llena de algunos tópicos pero que funciona. Además tiene que tenerse presente que la cinta es de 1957, donde el problema de la drogadicción ni estaba tan presente ni era tan acuciante. No se sabía tantas cosas sobre el tema y no era un problema de salud pública.
Un blanco y negro muy bonito, muy bien tratado. Un metraje civilizado, un guión bien desarrollado y unos actores adecuados.
Don Murray en el papel del drogadicto. Héroe de guerra que estuvo un año en aun hospital militar en donde adquirió el hábito de los estupefacientes. Estuvo nominado al Oscar por esta cinta. Lo hace bien, un poco rígido, muy poco creíble. Mantiene un cierto glamour que, en realidad, no tiene un yonki. Era un hombre guapo, bien plantado, y con personalidad. Hizo una cincuenta películas, esta era una de las primeras, aunque no triunfó plenamente. Quizá esta sea su mejor contribución al cine. Con el agua al cuello de Rosemberg, y una de de Wester con acción barata y presupuestos ínfimos.
Eva Marie Saint está tan joven y brillante como siempre. Después de la de Kazán y antes de la de Hit, obviamente en cotas menores que en estas dos, de 1954 y 1959 respectivamente. Su aparición en La Ley del Silencio es espectacular, maravillosa, realmente impresionante. Con la muerte... toca techo en esa forma suya de ser etérea y sutil, frágil pero con un corazón de granito. Una mujer profundamente impresionante.
En esta película sigue la senda de La Ley... pero con menor intensidad, con menos empaque. Tiene más interpretación, en la otra su cometido era otro, más acompañante, aquí juega otro rol.
Lloyd Nolan como padre de los hermanos funciona como lo que pretende ser: un secundario absolutamente imprescindible, sin que ello sea incurrir en contradicción alguna, antes al contrario.
Anthony Franciosa en el papel del hermano matón que sabe muchas cosas pero calla otras. Que ayuda a su manera -equivocada- a su hermano y que siente por su cuñada una atracción que no llega a concretar, a pesar de vivir todos en el mismo piso. Se sabe desde el principio que se ha gastado 2500 dólares que le había prometido a su padre pero no tienes seguridad de a qué se dedica o en qué los ha empleado.
Henry Silva en el papel de mafioso, con caracteres muy característicos al estilo de Jack Palance, pero con menos carga actoral.
La música es de Bernard Herrmann, y la película estuvo producida por Buddy Adler, un auténtico príncipe de Hollywood.
Buena película, que narra los aspectos más familiares de la adicción a las drogas. No hay glamour, no hay fabuloso en ello, nada aprovechable. Todo es sordidez, amargura, frustración, dolor, silencio y muerte. El deterioro del personaje es evidente, sus escasas relaciones matrimoniales la consecuencia de la adicción. El desprestigio de sí mismo lo lógico. Nada funciona.
El director es, sencillamente magnífico. Uno de los más grandes.
Su filmografía completa, es la siguiente, más allá de alguna cosa menor que no controlo:
- La última prueba (1942)
- Ojos en la noche (1942)
- La séptima cruz (1944)
- Acto de violencia (1948)
- Los ángeles perdidos (1948)
- Hombres (1950)
- Teresa (1951)
- The member of the Wedding (1952)
- Solo ante el peligro (1952)
- De aquí a la eternidad (1953)
- Oklahoma (1955)
- Un sombrero lleno de lluvia (1957)
- Historia de una monja (1959)
- Tres vidas errantes (1960)
- Y llegó el día de la venganza (1964)
- Un hombre para la eternidad (1966)
- Chacal (1973)
- Julia (1977)
- Cinco días un verano (1982)
Solo 19 cintas, algunas auténticas obras maestras del cine, le abrieron un hueco en el Olimpo de los mejores.
lunes, 17 de junio de 2019
§ 1.659. Berlín 1976 (Peter Duffell, 1975)
Sinceramente, cuando vi la carátula, que Telly Savalas figuraba antes que James Mason, y el título de la cinta y la hipnosis, pensé que era malísima. Tan mala lo pensé que no podía defraudarme nada, nada podía ser peor que lo que había pensado. Pero no, no es tan mala. No es buena, pero no es horrorosa. He visto cosas peores, mucho peores, sin duda alguna.
No se comprende bien qué pinta James Mason en esta película, su lado más alimenticio, supongo. Pero me supone un poco de desasosiego... el más grande también tuvo su lado menos brillante y más comercial.
El resto de actores son lo que se supone que debe ser un telefilm con pretensiones de cinta venida a más.
Desde luego la trama es totalmente inverosímil, y las pretensiones de gran cinta sirven para pasar el rato. Ser capaces de sacar aun prisionero encarcelado en una prisión militar en Berlín por las cuatro potencias militares por haber sido un jerarca nazi... en fin... hay que echarle imaginación al guión, pero mira... Funciona, y funciona bien. Se deja ver. Va rápida y es entretenida y corta, dos virtudes y sin pretensiones, lo que se agradece. Sorprende a veces, es capaz de creer que es posible, y bueno, esto es el cine. Ficción, posibilismo, imaginación, mentiras y medias verdades.
El engaño al preso y la suplantación de toda la parafernalia nazi está muy bien hecho. Me ha sorprendido. Pero las complicaciones subsiguientes, con viajes a la Alemania del Este y llamadas desde una cabina de teléfonos en un país comunista con las calles iluminadas por farolas... pues... no...!!!
Las imágenes del Berlín de los años 70 son muy reveladoras, probablemente auténticas y sinceramente muy bonitas.
Sinceramente me ha sorprendido para bien. Pensaba que era mucho peor. No ayuda el título, que no aclara nada, ni la presentación de la carátula, demasiado pobretona, y muy hippy, poco convencional.
No tiene mal tratamiento y la verdad me ha sorprendido la nota de Filmaffinity. Tiene muy pocos votos, solamente 21 y eso probablemente distorsiona el resultado final.
domingo, 16 de junio de 2019
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§ 3.780. Operación Mantis (Paul Naschy, 1984)
Qué delirio...!!! No entiendo que Naschy se dedique a estas cosas. Lo suyo son los vampiros, los muertos vivientes, los cadáveres, las mujer...

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Erotismo nazi, intensidad sexual desacostumbrada, transgresión sexual, porno light, deseo reprimido y luego exaltado, naderías en un entor...
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Su título original -Voodoo Passion- es bastante más elocuente que la traducción, que oscurece el sentido de la cinta. En este caso la titu...
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Una más de brass. No tiene esa facilidad para contar historias que se le aprecia en otros momentos, en otras películas. Ese ambiente nazi y ...