domingo, 19 de noviembre de 2023

§ 3.188. Bilbao (Bigas Luna, 1978)

Obsesiva y repulsiva al mismo tiempo. Experimental y de aprendizaje. Intensa y depravada. Heroinómana y toxicómana. Rara y peculiar. Se puede ver y, al mismo tiempo, te repugna. No es mi cine, pero me interesa. 
Contradicción, en una palabra.
No es sexo, es poder, es control, es algo más allá de la pulsión sexual. No me parece que sea una gran obra. 
Es interesante, es experimental, tiene sus momentos y puede verse, pero no es una gran obra. Se aprecia ese costumbrismo de Luna, los pescados en la lonja, la visiones cercanas de la cámara, la pulsión animal del sexo, pero poco más.
Bilbao puta, no ciudad.
Muy en la línea de la de Willian Wyler, El Coleccionista (1965), pero sin clase ninguna, o por mejor decir, sin clase porque no pretendía tenerla. Aquella era elegante, bonita, opresiva y muy morbosa, ésta es sucia, algo artificial e impostada y sórdida. Aquella era el retrato de una obsesión por una chica que te hacía perder el sentido, ésta es el retrato de una obsesión por una obsesión, daría igual con qué y por qué. El rapto como forma de expresión de una personalidad enferma y obsesiva. Este es la cinta ésta. Pero, la verdad, no sé ni qué me quiere decir, ni por qué, ni para qué, ni cómo... No me ha gustado nada. Pero quería terminar de verla, a veces hay películas que no te gustan pero que recuerdas. Ésta es una de ellas.


 

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