La vi hace no menos de veinte años. Y no recuerdo prácticamente nada de ella. Algunas escenas, la mítica en el metro con Fernando Rey y quizá alguna más.
Un canon de cinta de policías de los 70. Intensa, con pretensiones de thriller, escondiendo el juego principal de la trama y manteniendo al espectador centrado en la película. Bien rodada, con un estilo directo y sincero, con ese estilo que a veces recuerda a un documental. Es una apuesta segura.
Director luego célebre al que esta película y El exorcista solo dos años más tarde le encumbraron tanto en la taquilla como en la crítica. Más tarde hizo cosas no tan notables.
Un reparto de auténtico lujo: Gene Hackman, Roy Scheider, y Fernando Rey como argumentos principales. Los tres en estado de gracia, especialmente Hackman que cuanto más le veo más me gusta como actor, sobre todo esos primeros años de los setenta, hasta mediados de los ochenta que ya derivó en un actor más comercial y dedicado a películas más simplonas y facilonas, repetitivas y esteriotipadas. Pero en estas películas de los 70 todo era nuevo para él y literalmente se metía dentro del papel que le tocaba. En esta con su sombrerito a medio camino entre un panamá y una boina es todo un canon de detectives de la época. Rudo y violento si hace falta, incluso algo resentido con los mafiosos por algo personal acaecido hace años, pero que intenta ser buen profesional.
Fernando Rey es un señor de cine. Todo lo que hace lo dota de un empaque y una majestuosidad que no necesita intensidad ni artificiosidad. Para él es natural moverse como se mueve, hacer lo qeu hace. Ser actor es ser como él es.
Roy Scheider es un actor más limitado que sus dos compañeros, a mi juicio. Muy de la época, de los 70 y 80, siempre al abrigo del cine comercial. Un actor de carrera larga pero no especialmente brillante.
Una muy buena película, a la que el tiempo no ha dañado, incluso los aspectos más morales no han cambiado. Aunque un punto racista sí que tiene la película, sobre todo en el tratamiento de los negros drogadictos y el abuso policial que parece entronizar la cinta. El comportamiento policial narrado no tendría hoy el más mínimo pase.
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