Gran obra. Muy lograda, con unas interpretaciones muy logradas, tremendamente canónicas, académicas, clásicas... con unos gestos suaves de los personajes, potenciando sobre todo la dicción y el verbo. Por eso es más que seguro que la labor de doblaje habrá sido muy importante, intensa.
No he leído la obra de teatro, pero es muy probable que el director la haya seguido muy fielmente. No va con la obra de Mankiewicz modificaciones de obras clásicas, no es propio de él, hombre más que académico, dogmático.
Hay una singularidad sobre el que visitan por primera vez esta obra. Si no conoces la historia probablemente te sorprenderá muy intensamente, a la fuerza de las interpretaciones, del código moral que subyace, hay que sumar la generosidad de las interpretaciones. Si no lo conoces es muy probable que lo prioritario después de verla sea la fuerza propia de la historia, y quede en un segundo plano la calidad de las interpretaciones...
Sea como fuera estamos en presencia de una obra magnífica de un director imprescindible para la historia del cine y de dos monstruos de la interpretación cinematográfica: Brando y Mason.
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