Interesante película que no llega a ser una grande del género. Guapísima Rita Hayworth y un espléndido Stewart Granger que conduce bien la trama pero que, en general, le falta un hervor para elevarse a las míticas de la misma temática.
Es interesante observar cómo la industria del cine recupera clásicos bíblicos para incorporarlos a su política comercial. Funcionan bien seguramente porque son baratos de realizar a nivel producción y su exportación fuera de EEUU es viable, sobre todo en Europa, sin demasiados problemas.
Lo guapísima que era Hayworth no ha sido superado todavía por nadie. Qué cara más bella, qué pelo más hermoso...
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