Pues sinceramente me parece un pastiche. Es un producto pensado para impresionar y alabar la versión Man de unos militares de élite. Está bien trazada, seguramente es una historia verídica, en lo que de verídico se puede comprobar, que quizá no sea tal y como se cuenta. En los términos expuestos o los 300 talibanes que les persiguen son unos imbéciles, o la suerte convertida en milagro se aparece al Navy Seal protagonista.
Los planteamientos morales que dicen ocurrir o acaecer no son tales. En estos momentos, en esas circunstancias no hay más código moral que sobrevivir, y en dicho código no sé si se ubica bien la estrategia de dejar vivir a los pastores que les descubren. Si así fuese, y no hay por que dudarlo, el relato moral y circular que expone la película es claro: quien en un momento concreto es capaz de empatizar con los demás, aunque sean enemigos, tiene la fortuna de sobrevivir en el combate... Recorrido moral de dudosa efectividad.
Las escenas de guerra son muy impactantes, sangrientas y sonoras. Lo que dude es que una persona por muy Marine que sea pueda recibir el volumen de balas que reciben estos chicos, en la pierna, en el pie, en la rodilla, en la espalda, etc. La exageración forma parte de la película, del cine, de lo visual, pero en este caso parece excesivo.
El final de la película, cuando intercalan fotos reales de los combatientes con quienes les representan en la pantalla te reconcilia con la realidad. Es cierto que se necesita este tipo de operativos, probablemente los mejores del mundo, pero quizá no queramos verlo. A mi, al menos, no me gusta verlo, como tampoco quiero ver cómo tratan la carne cuando la matan en el matadero, o cómo extirpan un apéndice en un hospital.
En definitiva, que el realismo que pretende mostrar está conseguido, pero que eso en realidad no es una película de cine, en su documental sobre la guerra y sus consecuencias.
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