viernes, 26 de diciembre de 2014

FOSTER, Norman. Estambul (1943)


Bueno, dicen que la empezó a rodar Orson Welles, y que Dios sabe por qué razón la dejó a medias... Hay zonas, muy bonitas, planos típicos, pero o sé, hay algo que no la hace del todo magistral, no sé qué es, no sé tanto de cine. Pero hay planos claramente inspirados en un ambiente de claustrofobia que al parecer es lo que el director quiere provocar. Pero hay algo que chirría, que no se aprecia correctamente, que no sé qué es... y eso lo hace poco genial. El protagonista lo borda, pero no se sabe qué borda. Es demasiado pusilánime para el desenlace final cuando estrella el coche contra un escaparate. Además no pega que sea tan poco bravío siendo un representante de armas en la segunda guerra mundial.
Es buena película, buena de verdad, pero sólo setenta minutos parece poco metraje. Además hay algo que no se explica bien, demasiadas cosas sin explicar en la cinta, demasiadas elipsis, planos que carecen de razonable intensidad. Algo de humos absurdo pero poca intensidad final. 
En definitiva, es buena película pero le falta un son sé qué para ser una gran película.
La última escena con lluvia y pasando de ventana a ventana en pleno vendaval es realmente genial. Pero casa mal con un personaje que no ha dado muestras de potencia y sí de cierta inconsistencia y falta de personalidad a lo largo de la película.
La imagen de potencia de Welles en el personaje que interpreta es estupenda, parece que está hecho para él. Con el bigote tan típico de la época, su peso específico, su voz, excelentemente doblada, su mirada, su empaque general. Junto con Cotten lo mejor de la película.
No conocía al director, en absoluto.

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