sábado, 24 de febrero de 2024

§ 3.312. Cartas de amor a una monja portuguesa (1977)

 

Factoría Franco. más de 200 películas rodadas. Es impresionante.  Erotismo gachí, desnudismo 'grunch', destape underground, y tramas morbosas al servicio del pecado, del deseo... Bien filmadas, buen color, buena fotografía, y todo un mito a su alrededor. Vistas ahora, sobre todo las de corte erótico, parecen inofensivas, inocentes e incluso pamplineras, tontorronas y nada sugestivas. 
Esta es un título mítico, pero es deplorable. No tiene nada. Nada de nada. Toda sugestión sobre ella se proyecta hacia las escenas de lesbianismo. Monjas lesbianas, podría titularse. El placer sexual es el demonio, que hay que exorcizar a través de la consumación del placer. 
Tan previsible como prescindible.

§ 3.311. La noche de las gaviotas (Amando De Ossorio, 1975)

Debe ser muy difícil hacer cine. Montar una película, pedir el dinero, guionizar una historia, contratar a los actores, localizar exteriores, etc. Hacerlo bine con dinero debe ser más fácil. Hacerlo sin dinero, o con medios ajustados, debe ser muy difícil.  Dificilísimo. 
Entiendo, porque he leído un poco -la verdad, muy poco- como Ossorio montaba sus películas. Un héroe. Un apasionado con mucho empuje, muy poca ayuda y escasa fortuna. 
Su idea de la "Noche del terror ciego" es brillante. Es la construcción de un ideario propio de muertos vivientes basado en leyendas templarias. Son cuatro películas, que se pueden ver sin orden porque no están seriadas, ni son los mismos personajes, ni tienen continuidad: "La noche del terro ciego" (1972), "El ataque de los muertos sin ojos" (1973), "El buque maldito" (1974) y "La noche de las gaviotas" (1975).
En todas ellas se narra la aparición, la reaparición mejor dicho, de unos templarios, con sus caballos, con sus espadas y sus trajes raídos, en el tiempo actual. Al comienzo de la película se cuenta un hecho sangriento del pasado protagonizado por unos templarios. Luego, en el tiempo actual, en los mismos escenarios, ocurren acontecimientos y circunstancias que se relacionan con los del pasado. Bien por el lugar, bien por la fecha, etc.
Esta tiene su gracia, y quizá sea la mejor de la saga. Siempre hay una chica muy guapa, un hombre valeroso y un desenlace sangriento.
A veces es morbosa, otras miedosa. Pretende tener una entidad propia, pero el producto final queda algo acartonado. Le falta entidad y profundidad, empaque y energía. Le falta calidad. Tiene ingenio, mérito, pero no es una gran película. Es entretenida, 'sabrosona' y 'resultona', especialmente para el público español. Pero no sé si puede tener desarrollo en otros países. Me gustaría saber cuál es la opinión de un cinéfilo extranjero muy aficionado a estas cintas de los muertos vivientes.

 

viernes, 23 de febrero de 2024

§ 3.310. El secreto de vivir (Frank Capra, 1936)

 

Una crítica al dinero, a la acumulación de riqueza, incluso al consumismo. Tiene esa modernidad sorprendente. Tanto por la temática, básicamente una crítica al modelo de sociedad americana bienpensante, y un canto a la pureza del amor, que no sabe discriminar quién hace bien y quién mal al que padece la enfermedad, como por la estética, blanca y limpia. Un NY salido de la gran depresión, en realidad todavía en ella, se muestra ambiciosa y fría, conspiradora y competitiva, y la ruralidad del personaje choca con toda esa parafernalia. 
Pero también es una crítica velada al periodismo buitre, a la prensa sensacionalista y a las mujeres 'periodistas' trepas. Y también a los asesores, abogados, financieros e intermediarios que pululan alrededor del dinero.
Pero lo más moderno es la inteligencia, intuición y astucia natural del 'pueblerino'. Pocas personas son capaces de caminar por la senda de la naturalidad en todos los campos. Y, desde luego, este personaje sí es capaz. En cada actuación muestra el lado más inteligente de la decisión que debe tomar. Siempre desde la naturalidad y la bonhomía. Cada skech muestra una situación a la que deben enfrentarse las personas normales todos los días. Situaciones cómicas, tensas, estresantes, que ponen a prueba qué es lo que debe hacer una persona cabal, una persona normal. Puede leerse como una lección de urbanidad.
Es una buena película, con mensaje y bien trazada. Pero le falta algo de naturalidad. Es un poco artificiosa, por momentos amanerada.
La pareja Gary Cooper y Jean Arthur funciona a la perfección. Él un monstruo de la interpretación, y ella es una actriz de la época, algo sencilla pero franca y sincera. Guapa sin ser una de esas actrices sexyboom que luego vinieron, años más tarde. 

miércoles, 21 de febrero de 2024

§ 3.309. Helena de Troya (Robert Wise, 1956)

 

Wise es una auténtica garantía. Es un director sólido, más que competente y conocedor del oficio como nadie. No hay ninguna suya que aburra, que sea poco entretenida o que pase desapercibida. Es un gran director. Pero no sé si es la mejor opción para dirigir un peplum. No soy un experto en mitología griega, pero estoy convencido que sigue fielmente los cánones del poema de Homero. 
Desde luego, como escenario para una película de aventuras épicas es ideal. Tiene ese algo que atrae, pero le falta el empaque que le imprime una gran estrella del cine, una cara mediática y rotundamente taquillera. 
El reparto es interesante, pero no tiene el tonelaje de otras películas épicas de su época.
Es colorida, quizá demasiado larga y se deja ver, pero no tiene el empaque, la profundidad y la seriedad de otras otras similares de la época. 
Una banda sonora mejor de lo que parece, que podría formar parte de esas músicas de oficina que se repiten circularmente y que sirven para relajar y para favorecer la concentración. Es de Max Steiner.
A veces la intensidad del guión original y un seguimiento tan fiel al retrato original provoca diálogos algo empalagosos y escenas un tanto  artificiales.
Me ha agradado, pero no es de las mejores películas del director. Tampoco es de los mejores peplum. Los hay mejores, casi todos. Pero es curioso, muchos buenos directores cultivaron el género y con decisión. 

lunes, 19 de febrero de 2024

§ 3.308. Emboscada en extremo oriente (Ken Annakin, 1975)

 

La copia que tengo se ve regular. Como si el color hubiera perdido potencia. Seguramente no es una copia de calidad. Se puede ver, y si la historia fuera realmente interesante, no te fijarías en estas cosas. Pero no es de las mejores cintas que he visto. Desde luego la peor de Annakin que he visto. Aunque sólo he visto tres: El día más largo (1962) (Codirigido con Andrew Marton y Bernhard Wicki), La batalla de las Ardenas (1965), y La selva blanca (1972).
Le tengo por un director de películas de guerra. Además sus mejores años ya habían pasado. Tras esta sólo hizo tres o cuatro cosas más, casi todas para la televisión. 
El reparto es impresionante. No es fácil juntar a David Niven y a Toshirō Mifune, dos verdaderos grandes del cine ya entrados en años y que había filmados sus mejores películas. Les acompaña Hardy Krüger, un actor del momento. 
El fondo de la historia tiene su aquel. Las mentiras, las relaciones con el niño pequeño, los líos diplomáticos. El cansancio de vivir de unos, el hastío de otros, la hipocresía de todos, el mundo de las relaciones entre países.
No parece que esté muy bien rodada, tiene algo de premura en sus planteamientos, de rapidez improvisada, de incipiente desatención, de encuadres que no funcionan, de planos quizá fuera de lugar. No sé. No me parece que técnicamente esté optimizado el guión.
La música, muy de la época, es de Roy Budd, autor de otras melodías de películas muy reconocidas en la época: Patos salvajes, Lobos Marinos, El molino negro, Contrato en Marsella, América Violenta, El oro de nadie y, sobre todo, Asesino implacable, la mejor de todas las citadas. 
Es interesante, pero no deja mucho fondo, ni tiene recorrido.

domingo, 18 de febrero de 2024

§ 3.307. Caniche (Bigas Luna, 1979)

 

No es morbo exactamente, tampoco falsedad, ni siquiera desfachatez o desaliño. Es podredumbre. Breviario de podredumbre, si citáramos a Ciorán. Me parece desagradable por momentos, incomprensible en otros, retorcida y malévola, sofocante y malsana. 
Hacer del caniche la lente desde la que se mira a los familiares puede ser una idea ingeniosa, no lo dudo, pero no me parece fructífera. 
Broncas, líos, gritos, sexo, complejos, vidas de mierda, sueños de grandeza, algo de zoofilia, lunas llenas, y, sobre todo, vidas vacias.
Interesante a la vez que deprimente. Tan poco sugestiva como atrayente. 
El empeño en mostrar los aspectos más crudos y sucios de la realidad: la sangre, la carne, las tuberías roñosas, la suciedad de las paredes, la mugre de la casa, la ropa sucia. La basura en las calles, la delectación con la muestra cómo comen los perros, etc.
Caspa estilística como vehículo de transmisión de una idea que no consigue calar. Se intuye una crítica a la sociedad bien pensante catalana, esa que vivía mejor en el Franquismo y en ese 'no sabe usted con quien está hablando' que en las libertades. Abiertos de piernas, pero no de mentes. Ricos de segunda generación ya arruinados por sus propia manera de vivir y su incapacidad para desarrollar un trabajo propio. Eso sí lo muestra. Pero esa hipocresía catalana no la veo. No creo que fuese su propósito, o no creo que fuese su objetivo primigenio. 
Se deja ver, sobre todo por el interés que tienes en ver cómo evoluciona, pero no es una película que vaya a repetir. No desde luego en breve.

§ 3.306. Mujeres al borde de un ataque de nervios (Pedro Almodóvar, 1988).

 

Hace por lo menos veinte años que no la veo. Probablemente más. La recuerdo perfectamente. Y vista ahora, después de haber visto toda la filmografía de Almodóvar, algunas de sus películas varias veces, tengo que reconocer que su estilo visual, la intensidad dramática y el estilo general es el mismo, exactamente el mismo.
La recordaba más larga. Me ha gustado mucho. Es excelente. Una de sus mejores películas. 
Los colores chillones, los planos divididos, la centralidad de la feminidad como eje sobre el que pivota toda la historia... elementos comunes a todo su cine. 
El enloquecimiento que forma parte de su esencia, el gazpacho, el taxi. Está llena de planos icónicos, sonidos de siempre, actuaciones míticas.
Es una gran película.

§ 3.405. Tristeza de amor (Eduardo Mallorquí, 1986)

  Recuerdo algunas noches cuando se emitía la serie y me quedaba a ver algún capítulo. La música es preciosa, la canción en realidad.  Vista...