viernes, 23 de diciembre de 2022

§ 2.882. Tiro mortal (John Frankenheimer, 1989)

Pues no paree que tenga demasiada suerte con las últimas que he visto de Frankenheimer. Sus mejores años ya pasaron. Aquí aborda un Thriller convencional. Más cerca de una película para la televisión que para el cine. Al fin y al cabo era un experto en películas para la televisión. Uno de los que más cintas de ese tipo hicieron. Incluso las estrellas de la película: Don Johnson y Penelope Ann Miller, son casi más propias de la TV que del cine en pantalla grande. 
Además la temática parece quedarle un poco 'grande': nada menos que una conspiración supremacista blanca destartalada por un policía desequilibrad, divorciado y con serios problemas con la violencia y el control de impulsos. A todas luces un propósito enorme para una cinta tan modesta, con unos actores tan normalitos y un director entregado ya a la taquilla y al rendimiento fácil y sencillo de sus obras.
No es una gran cinta, ni mucho menos.

§ 2.881. Profecía maldita (John Frankenheimer, 1979)

 

Bueno. Una cosa de los setenta. Un terror ecologista muy de la moda. Incluso los actores son los de la época: Robert Foxworth, característico de las novelas de la televisión, Talia Shire siguiendo la estela de su éxito en Rocky y Armand Assante, un actor por el que tengo predilección pero que reconozco que no es de lo mejor en el estilo cinematográfico contenido que pretende imponer como divisa propia.
Quizá fuera por la temática o el guión, pero hay algo que no funciona, que no consigue que conectes con ella. Hay algo endeble en la historia, no funciona demasiado bien el terror con lo ecologista. Además los actores son planos de verdad. Assante que era quien podía darle algo de entidad no se ve nada creíble haciendo de indio americano.
Los diálogos son simples y el embarazo de la chica no sé muy bien a qué viene, para qué sirve dramáticamente. 
Muy lejos de sus mejores películas. Pero lejos, lejos...!!!

§ 2.880. Días de trueno (Tony Scott, 1990)

 

Clásico 'ochentero' -es de 1990- del hermano menor de Ridley, el que 'no sabía hacer cine'. Un director que vivió a la sombra de su hermano, pero que tiene un buen montón de películas. No es de las que más me gustan, pero son interesantes y dejan ese regusto de las cosas sencillas, de las que van al grano, simples pero agradables. Un cine para entretener.
Tiene escenas super icónicas, como la de construcción del coche, o la del arresto en la carretera, la del accidente, la carrera en silla de ruedas... 
Si hay algo que me gusta de su cine son dos cosas. En primer lugar que desde el principio va al grano, directamente, sin concesiones, a lo bruto si se quiere. Las sutilidades no son para él. Y en segundo lugar que en todo momento está pensando en la diversión, en el espectador, en divertir, en que el que vea la película se divierta, lo pase bien, se entretenga.
La cinta se deja ver. No tiene las cosas que la convierten en mítica o en esas que se consideran de gran calidad, pero es indudable que entretiene.
El trío de actores principales está en uno de sus mejores momentos. Tom Cruise despegando a toda máquina, Nicole Kidman en sus comienzos, y ese Robert Duvall que sirve para todo, para ser vaquero y para señor de la mafia, para hombre de familia y para abogado. El mejor actor de los tres.

jueves, 22 de diciembre de 2022

§ 2.879. Invasión en Birmania (Samuel Fuller, 1962)

 

Es, al menos, la segunda vez que la veo. Me interesa. Es realista, cruda, basada en un relato real de un militar que participó en esa batalla. Muy buena película de guerra, muy bien hecha, muy dramática, con esos planos tan cortos de las caras y de los movimientos tan peculiares en Fuller.
Me ha gustado mucho. Pero rompe un poco el tópico de que Fuller fue un director muy antibelicista. Desde luego Uno Rojo... si es una película de este tipo, pero esta -y otras- para nada son antibelicista. Son más un canto a lo bélico que otra cosa. 
En todo caso es una gran película. Quizá en algunos momentos pierde el ritmo, tiene algunos cortes que hacen que la acción salte de un sito a otro de manera inconsecuente, pero más allá de eso es una gran cinta. Me ha gustado mucho Jeff Chandler en la que es su última película. Tuvo, al parecer, un problema de espalda rodando esta cita y cuando se operó al terminarla tuvo problemas en la operación que no pudo superar.

miércoles, 21 de diciembre de 2022

§ 2.878. Cuarenta pistolas (Samuel Fuller, 1957)

 
La vi hace años y me gustó mucho. Intensa, rocosa, brutal. En realidad me gustan casi todas las películas del Oeste, casi todas de Fuller y todas de Stamwyck, que es una actriz magnífica, con una presencia definitiva en la pantalla, aunque no creo que este sea su tipo de papel. Le va más ser femme fatale, papeles oscuros, con personalidades retorcidas, crueles, que utilizan sus encantos para hacer sufrir a los hombres que están a su alrededor e imponer su voluntad, generalmente condensada en una elevada capacidad de mando.
   En esta cinta Fuller pretende hacer algo difícil, transportar este esquema casi de cine negro, este modelo de mujer fatal tan típica de ella, a un escenario de Western, en algo parecido a "Sólo ante el peligro" de Zinneman. 
   Fuller es un hombre singular, contrario a la violencia física, pues no en vano fue militar de carrera e hizo una de las mejores películas antibelicista de todos los tiempo: "Uno Rojo: división de choque". Y, sin embargo, en muchas de sus cintas la violencia juega un papel capital, central.
   La película me ha gustado pero a veces he pensado que el metraje ha sido cortado, no sé por qué razón. 76 minutos se hacen pocos para una película A de un director top. No se explican determinadas cosas en la cinta, se dan como sabidas, sobre todo la razón por la que se acude al pueblo, y que son, en realidad, dos hermanos y un hijo, o tres hermanos, que todavía no lo sé. Además, no se llega a saber si Barbara es viuda o soltera, lo cual es importante para el desarrollo de la historia.
En definitiva, es buena cinta pero podía haber sido mejor cinta, más contundente, más definitiva, una mejor obra. Barry Sullivan no es para mi un absoluto desconocido. Conozco menos a Dean Jagger. Pero parece que a la cinta le falta un gran protagonista  masculino. Con eso y un metraje algo mayor la película podría haber sido una excelente obra. Tal y como está es simplemente una más, buena, pero una más del género.

§ 2.877. El kimono rojo (Samuel Fuller, 1959)

 
Los inicios de las películas de Fuller son espectaculares. No sabes qué ocurre ni por qué pero sí sabes que va a ser una historia interesante. La forma de rodar tiene algo de Nouvelle Vague, cámara al hombre y seguimiento en la calle, sin planos preparados ni escenarios artificiales.
El tratamiento de los planos tan cercanos a los rostros es algo muy característico de Fuller, al menos me lo parece a mi.
La historia, sin embargo, no tiene mucho juego, y no está del todo bien desarrollada Pero funciona. Al menos por un rato. El racismo no es una cuestión fácil de manejar en el cine. No siempre se consigue el tono lírico necesario para expresar lo que se quiere decir. En este caso la cuestión se complica porque no es un racismo típico. Además el momento en el que se produce la historia es recién acabada la guerra de Korea en 1950, sólo cinco años desde el fin de la II GM, y no hay ninguna referencia previa a esta cuestión.
Son muy interesantes, muy propios y característicos los planos iniciales y finales de las calles de Los Ángeles, llenas de coches, cines y locales de espectáculos. Seguramente con eso nos quiere decir que todo sigue igual, que nada cambia, que nada importa.
El libro de Fuller que estoy leyendo me anima a terminar de ver por segunda vez las obras más importantes suyas. Al final las terminaré viendo todas, que tampoco son tantas.

martes, 20 de diciembre de 2022

§ 2.876. La dinastía del petróleo (Ralph Thomas, 1957)

 

Bueno. No sé. No me parece nada del otro jueves, pero tiene su gracia. Entretiene y hace que pases el rato. Ni siquiera Dirk Bogarde puede sacar a la cinta de la cierta mediocridad en la que se instala.
Es una especie de Western contemporáneo en Canadá, en una singular reproducción de la lucha entre ganaderos y granjeros pero aquí entre los dueños de un terreno (llamado El reino) y los constructores de una presa que inundaría todo el terreno y sería imposible entonces intentar encontrar petróleo. El protagonista, además de las dificultades ordinarias que conlleva la encomienda tiene que lidiar con una enfermedad.
El conflicto está bien presentado, pero se simplifica demasiado y a veces se convierte en una sucesión de tópicos y estereotipos. Bonitos paisajes, nevados y con mucho árboles completan el cuadro. La ambición o el propósito del protagonista queda oscurecido, no se dice qué le trae de Inglaterra y por qué quiere buscar el petróleo, si por un afán personal, por necesidad de enriquecerse, por superarse a sí mismo, por su enfermedad... Lo cierto es que algo le conmueve y le impulsa, y la película trata, precisamente, de la búsqueda de esa pretensión, de ese afán.
La copia que tengo no se ve especialmente bien. Tiene iridiscencias y el color está muy subido de tono. Además el sonido no es del todo homogéneo.
He visto tres cosas con esta de Ralph Thomas. Ninguna de las tres me pareció singularmente interesante. Pero se dejan ver.

§ 3.405. Tristeza de amor (Eduardo Mallorquí, 1986)

  Recuerdo algunas noches cuando se emitía la serie y me quedaba a ver algún capítulo. La música es preciosa, la canción en realidad.  Vista...