sábado, 6 de marzo de 2021

§ 2.327. Huida hacia el sol (Roy Boulting, 1956)

Interesante historia de amor en un lugar de aventuras. Escritor perdido en una selva de Centroamérica ahora sus penas en tequila. Perdió a la mujer que amaba en un safari en África cuando estaba escribiendo un libro. El mito del escritor que necesita vivir experiencias para poder sacar lo mejor de sí mismo.
Una periodista acude en su busca para hacerle un reportaje. Se enamoran pero ella decide abandonar el proyecto y regresar a Norteamérica. No quiere utilizarse para sus logros profesionales. Pero en vez de ir en coche como pretende se ofrece a llevarla en una vioneta. En el trayecto caen en la selva, pues un imán de una agenda de la periodista interfiere en la brújula alterando sus mediciones. Perdidos en la espesura de la selva se quedan sin gasolina y tienen que aterrizar en la nada... Les recoge un personaje peculiar, un blanco que junto con un arqueólogo holandés, están buscando vestigios y restos de civilizaciones perdidas.
Algo pasa allí. No parece que sea un tema de excavaciones. Huir de allí es la única salida posible...
Un buen reparto: Richard Widmark, Trevor Howard, Jane Greer, y Peter van Eyck.

miércoles, 3 de marzo de 2021

§ 2.326. Nace una canción (Howard Hawks, 1948)

Qué maravilla de película, qué cosa más bonita... Hawks es un auténtico imprescindible de la historia del cine. Sin ningún género de dudas. Hizo de todo. Bélico, comedia, tragedia, oeste, terror... 
Ingeniosa, mordaz, divertida, ágil, fresca, musical...!!!
Es toda una preciosidad. Claro, te tiene que gustar un poco el Jazz, si no la película no funciona.
Virginia Mayo era muy guapa, pero bailar no sabía mucho...!!!

martes, 2 de marzo de 2021

§ 2.325. Guerreros de antaño (Lee Tamahori, 1994)

Me llama la atención las magníficas notas que tiene la cinta en Filmaffinity (7.1) y en IMDb (7.9). Y, desde luego, no sé por qué. Además pensaba que era otra cosa. Algo más ligero y menos denso. Los problemas de integración social de los mahoríes que viven en los barrios marginales de las grandes ciudades de Nueva Zelanda no es un tema que me interese lo más mínimo. Aun así en muchas película ocurre y acabas entrando en el tema. En este caso no ha sido así. Era el debut del director que había hecho algo en Televisión antes, pero no en la gran pantalla.
No acabo de apreciar cuál es la virtud cinematográfica que tiene. Me parece sosa y poco edificantes. Alcohol, palizas a mujeres, bandas callejeras, delincuencia juvenil, drogadicción, reformatorio, cárcel, abandono de familia... todas las claves de la marginalidad. Pero no aprecio cuál es el motivo para la redención. El padre es un auténtico animal de bellotas, la madre una sufrida ama de casa que sobreprotege a uno de sus hijos pero es incapaz de mantener el orden en la casa, que está siempre llena de borrachos, yonkis, etc. La hermana, que es violada por uno de los amigos del padre, no se sabe de qué pie cojea, un  hermano se mete en una banda de animales callejeros que se pintan la cara, el otro, que es un palomino frito con un claro destino en el suicidio que va a protagonizar seguramente en el último tercio de la cinta.
Realmente no me aporta nada. La terminas de ver por la curiosidad de qué ocurre con los personajes, pero nada más. Tampoco me deja un mensaje particular o singular. Es una especie de vacío existencial el que provoca. No he aprendido nada de esa película.
Sí son muy bonitas las imágenes de cuando practican la haka típica de los aborígenes.

lunes, 1 de marzo de 2021

§ 2.324. La herencia del viento (Stanley Kramer, 1960)

Película de gran formato, de hondo calado y gran intensidad. Problemas profundamente morales puestos en tela de juicio en una cinta mítica de un director magnífico, uno de los grandes, con películas estupendas y profundamente sobrias. Un genio del cine.
La teoría de la evolución de las especies puesta en tela de juicio. El Darwinismo explicado en las aulas y la crítica social y jurídica.
Un reparto estupendo: Spencer Tracy, Fredric March, Gene Kelly, Dick York, Claude Akins, Florence Eldridge, Donna Anderson, Noah Beery Jr., y Harry Morgan.

domingo, 28 de febrero de 2021

§ 2.323. El Doctor y los diablos (Freddie Francis, 1985)

Historia conocida, muy trillada por las películas de 'miedo', de esas que denomino de "aprendizaje" de Robert Wise, de Mark Robson, de Richard Fleischer, incluso de Jacques Tournier. Todas con un presupuesto bajo, poco metraje e inspiración claramente de Serie B. Hechas para rellenar cartel, entretener y no perder dinero. Se aprovechaba la infraestructura del estudio, los materiales y los actores que tenían a cuenta en el estudio.
En este caso la pretensión es algo distinta. Darle vuelo a una historia, ambientarla correctamente en su momento histórico y conseguir una película de calidad. Y algunas cosas sí consigue este director, más de televisión que de cine, desconocido para mi, del que no he visto otra cosa.
Un gran actor, varias secundarios bien desarrollados y una historia bien tramada con un guión decente y unos diálogos trabajados.
Aun así no es una gran película. Tiene mérito y en calidad supera a las de Serie B, pero en el resultado final me cuesta decir que esta es mejor que aquellas, realmente estupendas. Muy bien ambientadas las calles, el escenario, las aulas del doctor, los carros y mulas, las ropas, etc. 
Además de un debate legal plantea un debate moral. Experimentar con cadáveres estaba prohibido en Inglaterra. Sólo se podían utilizar cadáveres de ahorcados por la justicia. Ciertamente cuanto más se experimente mejores cirujanos serán, pero de expresar su desazón por no poder trabajar con más material a comprar cadáveres robados para sus experimentos hay un trecho que al protagonista no parece importarle.
Además el protagonista se ha casado con una mujer peculiar, que se dedica a pintar dibujos de desnudos, pero con espíritu científico solamente.
Las rencillas de los compañeros de profesión es otro tema a analizar. Le montan una encerrona en la Facultad, porque no se podía experimentar en el S XIX con cadáveres de ciudadanos fallecidos por causas naturales.
Dalton tiene una carrera peculiar. Esta película la hizo antes de Alta tensión (1987) y Licencia para matar (1989), ambas de John Glent de 007. Luego no siguió la serie, no sé si porque no funcionaba en taquilla o porque se aburrió del papel. No es el mejor 007. Es casi el peor. A mi es el que menos me gusta, sin duda. Antes de esta hizo algunas cosas, pero después de 007 su carrera derivó hacia la nada: mucha Televisión, alguna película poco reconocida de cineastas menores. Una carrera seguramente bien organizada desde el punto de vista crematístico, pero poco edificante si apreciamos sus contribuciones actorales al cine. Y no tiene ni mala cara ni malas maneras. Pero supongo que cada arte tiene su código y el suyo no parece que fuese el camino de cine con mayúsculas. Aun así es una figura conocida y respetada y trabaja con habitualidad en producciones interesantes. Probablemente la vida le haya pesado no seguir con la serie 007 con quien tenía contrato para hacer otras dos películas de la saga.

§ 2.322. El final de Damien (Graham Baker, 1981)

Tercer parte de "La profecía", aunque luego la serie sigue con películas de televisión y recuperaciones del producto.
Las dos primeras tienen una cierta coherencia entre sí. Vamos a ver cómo funciona ésta, que parece de peor nivel, un segundo nivel.
La trama es sencilla. Damien Thorn ya tiene de 32 años. Es el director de una empresa multinacional dedicada a la soja. Ha sido elegido como embajador de EE.UU. en Londres. Su plan es compaginar el cargo con la presidencia del Consejo de la Juventud de la ONU. Mientras, paralelamente, un sacerdote italiano que conoce al personaje y su mal pretende darle muerte con las siete dagas.
Director desconocido para mi, que trabajó mucho en televisión. El reparto: Sam Neill es el niño engendrado por el diablo, Rossano Brazzi el sacerdote encargado de darme muerte, Don Gordon, Lisa Harrow, Barnaby Holm, Mason Adams, y Robert Arden completan lo actores principales.
Un poco pesada. La primera parte tenía su desarrollo, su trama. La segunda ya decaía, pero esta tercera es abiertamente mediocre. No mala, simplemente mediocre. Sin el gancho y la pujanza de las primeras de la serie.
Para mi la Serie de La Profecía termina aquí, no creo que vea las siguientes, ni las películas de televisión y los productos nuevos de cine.

§ 2.321. Las verdes praderas (José Luis Garci, 1979)

Una historia sentimental de la generación que vivió la transición con ojos de libertad y esperanza.
No llega a ser una parodia pero tiene trazas de ello. Personajes muy caracterizados que exploran un tipo de persona completamente normal. La que poblaba de sueños sus años pensando en un futuro mejor. Es un viaje por los sueños de una generación, y cómo estos no dejan de ser eso, sueños.
Intenta girar, más o menos a mediados de la cinta, hacia una visión más melancólica de la vida, tan característica de él, pero no lo consigue con la maestría que tiene en otras películas, realmente magistrales de él.
El chalet, el tenis, el fútbol, la golfería con las mujeres, el alcohol, el partido de futbol el domingo, el viaje al Bernabeu para ver el derbi, la suegra, el cuñado, el jefe, el sexo, la mujer con esa "perfección" tan crispante para el varón medio, el trabajo aburrido y vulgar... Toda una colección de tópicos tratados para mostrar los sueños de una generación. Es una película que quizá solo pudiera funcionar en España, al estar tan apegada a los clichés de esa época.
Es un hombre hecho a sí mismo, trabajador con talento en una empresa de publicidad, casado con una chica más joven que él. Es feliz, ha conseguido lo que quería, lo que deseaba, lo que anhelaba: el reconocimiento laboral, el chalet, la mujer, los niños, el fin de semana en la sierra... Pero es capaz de reflexionar sobre su propia vida y su destino, aportando finalmente una visión amarga de la vida moderna, de su propia existencia.
El reparto es muy de Garci: Alfredo Landa tan magistral como siempre, María Casanova musa de esos años de Garci que luego desapareció sin dejar rastro (luego en A3 participó como periodista), Irene Gutiérrez Caba, Carlos Larrañaga como el empleado perfecto, Ángel Picazo, y una muy joven Cecilia Roth.

§ 3.405. Tristeza de amor (Eduardo Mallorquí, 1986)

  Recuerdo algunas noches cuando se emitía la serie y me quedaba a ver algún capítulo. La música es preciosa, la canción en realidad.  Vista...