jueves, 28 de febrero de 2019

§ 1.570. Los intimidadores (Jacques Tourneur, 1958)

Una película estupenda, estupenda de verdad. Crítica, mordaz, dura, y que pone a caldo a las empresas de opinión, de esas que hacen encuestas para los políticos.
Es un claro antecedentes, además, de Manchuria Proyect, un clásico del género: The Manchurian Candidate, de John Frankenheimer de 1962. Y con uno de mis actores favoritos, Dana Andrews.
Es rápida, directa, muy inteligente y profunda. Pone en juego todo el valor de las empresas de opinión y abiertamente critica sus métodos de funcionamiento, sobre todo cuando se ponen al servicios de intereses políticos. En aquella época algo oscuros; tiempos de amenaza comunista, guerra fría y terror rojo.

§ 1.569. Cita en Sundown (Budd Boetticher, 1957)


Excelente producto de Serie B, de un Director más que notable dentro de la industria. Budd Boetticher es un gran oficiante, un artesano, alguien que no pide mucho para hacer una buena película, para hacer ganar dinero a los estudios. Director formado en este tipo de cintas, con un actor fetiche -Randolph Scott- que encarna, en sí mismo, el Oeste como género.
Me llama la atención la capacidad de esconder cuál el secreto oculto de la trama, aquello que motiva el comportamiento del personaje. En este caso la razón del pistolero que persigue al jefe del pueblo que se va a casar es que provocó que su mujer se suicidara, con la que mantenía un romance. Pero hasta el minuto 48, de los 77 que tiene la cinta no se desvela el asunto, y no se hace totalmente, algo falta, algo no se explica del todo, hay algo más... y no se sabe qué es. No tiene sentido, y la lógica de la propia venganza pierde fuerza cuando faltan datos en la exposición del tema.
De lo que no cabe duda es de la cantidad de entretenimiento que pone en juego. Metraje contenido, gran estrella que tiene tirón en pantalla, historia emotiva, juego de tensiones sexuales entre los personajes, trama encubierta, y resultado previsible pero efectista. 
Buena película, en definitiva.

martes, 26 de febrero de 2019

§ 1.568. La balada de Cable Hogue (Sam Peckinpah, 1970)

No me parece la mejor película de Peckinpah, pero es notable. A mi me gustaron más La Cruz de Hierro, Perros de paja y, sobre todo, Grupo salvaje.
Los Westher crepusculares, o las raras, las marginales, aquellas que se ambientan en el Oeste pero no son del Oeste no me agradan demasiado. Y esta no es una excepción. 
El ambienta decrépito, la lucha emocional de la chica entre el amor de quedarse o cumplir su sueño frente al deseo irrefrenable de venganza de él.
Los actores están magníficos, Jason Robards y Stella Stevens en los principales y David Warner como el predicador Joshua, tan peculiar como inolvidable.
Tiene más de película de amor que de auténtico Westher. La soledad sentida de él como comino a la venganza y la huida de ella como forma de vida, como proyecto de vida. Dos formas de vivir, contrapunto de otro tipo de vida en el Oeste.
Peculiares en su forma de rodar son esas imágenes a cámara  rápida y eso planos sobrepuestos.
Llama la atención que no se prodigara en la violencia de otras cintas. La rodó entre Grupo Salvaje y Perros de paja, dos de las películas que más han hecho por favorecer la crítica fácil a la apología de la violencia, con razón.
Me ha encantado Jason Robards, me parece un actor magnífico. En un papel muy similar, por cierto, del eu hizo en Hasta que llegó su hora.

lunes, 25 de febrero de 2019

§ 1.567. Ultimatum a la Tierra (Robert Wise, 1951)

Me ha encantado. Me parece una gran película, con una cierta ingenuidad en su planteamiento. Debe ser todo un clásico, y la cinta que comienza un género, todo un desafío. Un blanco y negro muy bonito, muy bien definido.
La ciencia, el amor, la naturalidad de la vida. Y un mensaje pacifista, potente y serio.

domingo, 24 de febrero de 2019

§ 1.566. Primavera en otoño (Clint Eastwood, 1973)


Me ha gustado mucho. Y me ha sorprendido, el cálidos hombre duro que esta paz de sorprendernos con Los Puentes de Madison tiene este antecedente.
El papel le va perfecto a Willian Holden, gran actor, no de los mejores de siempre. Ella es para mi una desconocida Kay Lenz, chica jovial que nutre el papel de manera rotunda.
La soledad, la madurez, las nuevas oportunidades, lo que se perdió por hacer lo mismo, lo que se puede hacer de nuevo. Es una sinfonía de vida, una vuelta a los orígenes, a aquello que nos hace como somos. Recordar lo que pudo ser y darse cuenta de lo que finalmente es. Siempre hay una distancia entre una cosa y otra y probablemente la felicidad sea aquello que diferencia una cosa de la otra. Si la distancia es mucha probablemente no se haya tenido una vida feliz, si es poca casi seguro que sí. Pero la madurez no es una cosa que pueda medirse sólo por lo que se ha conseguido en la vida o las expectativas que fracasaron; es eso y también otras cosas. Y esto es lo que nos cuenta esta película, que la tengo yo como menor de Eastwood pero probablemente no sea así. No creo que tuviera buen crédito en su momento, y no creo que tuviera grandes críticas. Y probablemente tampoco de público.
Me ha parecido muy buena película.

§ 1.565. El buscavidas (Robert Rossen, 1961)

Sin ningún género de dudas una obra de arte. La codicia, la ambición, el precio que tienes que pagar por ello. La soledad. El cuarto trastero del sueño americano.
Siempre que la he visto, y ya son unas cuantas, me parece una obra de arte. Cada vez me gusta más. Es impresionante. Dura lo necesario, los actores están en estado de gracia, las escenas de billar son medidas, aunque quizá un poquito extensas, y la expresión de la mujer solitaria vale por toda la película. Piper Laurie se llamaba, y no la recuerdo en muchas cintas.
Neman está impresionante, y Jackie Gleason como el Gordo de Minessota es de otra pasta. Hasta me gustó George C. Scott,  en un papel de duro un tanto sórdido pero eficaz.

viernes, 22 de febrero de 2019

§ 1.564. La última prueba (Fred Zinnemann, 1942)


Perteneciente a las cintas de propaganda, con mayor o menor holgura, es una de las primeras citas de Zinnemann, si descontamos algún corto y Hombres de Domingo (1930), que es una obra colar entre tres directores grandes: Robert Siodmak, Edgar G. Ulmer, Curt Siodmak, con guión de Billy Wilder.
Los actores están estupendos, Van Heflin como el químico investigador,  Marsha Hunt como la resultona asistenta enamoradiza, y Lee Bowman como el malo malísimo que quiere heredar el sitial del hombre que le encumbró. Ava Gardner tiene un papelito como esposa de uno de los acusados, el tendero de una heladería, o sitio similar.

§ 3.390. Sacco y Vanzetti (Guiliano Montaldo, 1971)

  Una muy buena película, con una crítica dura al sistema político americano, su aversión a los sindicatos libres de trabajadores y a todo l...