lunes, 21 de enero de 2019

§ 1.536. El vuelo (Robert Zemeckis, 2012)

Siempre que veo películas de adicciones o alcoholismo me pasa lo mismo: que me impactaron tanto "Dias de Vino y Rosas" y "Dias sin huella", sobre todo esta última, que ninguna otra me parece buena... y esta lo es. No es que sea magnífica, pero está bien. Es difícil crear el estereotipo del alcohólico moderno con estos cánones y con otros como "La noche de la iguana", por ejemplo. No se consigue del todo, sobre todo porque son tan importantes las consecuencias del accidente que no puedes pensar en otra cosa, realmente no crees que el alcohol tuviera algo que ver en el resultado final, y sin embargo cada vez que le ves beber recuerdas que quizá, aunque él no lo creyese, sí tuviera algo que ver. Desde ese punto de vista la trama está bien organizada. Pero tampoco da más. El protagonista no profundiza en su problema como los ejemplos comentados.
La reunión de alcohólicos anónimos da en el clavo: es la mentira lo que sustenta al alcohólico, y hasta que no se asuma por uno mismo, sin que nadie intervenga no se se podrá superar su propio problema.
Es, además, una buena vuelta de Zemeckis, que parecía un hombre fuera de la industria, incapaz de retornar el vuelo a las alturas que lo había hecho antes después de varias cintas menores de dibujos animados y demás.
Denzel Washington está magnífico, como siempre. No le había visto de borracho, pero lo borda. Es creíble el bulo popular de que estaba bebido cuando hacía las escenas más cruentas. Probablemente sea una exageración. La chica es una desconocida para mi Kelly Reilly. El abogado lo interpreta Don Cheadle un actor impresionante, que ha hecho ya grandes cosas y que seguramente hará otras más. Tiene mirada, método y ritmo. Gran actor. También participan Bruce Greenwood como representante sindical, y John Goodman como camello vividor.
Me parece un poco larga. 138 minutos son muchos, no más de 100 ó 110 minutos hubiera sido suficiente.

domingo, 20 de enero de 2019

§ 1.535. El año de las armas (John Frankenheimer, 1991)

Pues me ha gustado mucho. Frankenheimer siempre me ha gustado, sin ser un Dios del cine hace bien lo que hace y tienes unas cuantas películas excelentes.
Buen guión, actores adecuados: Andrew McCarthy como periodista, Sharon Stone como la fotógrafa valerosa y Valeria Golino como la guapa rica enamorada de un americano, ademas de John Pankow como el catedrático inspirador de todo el movimiento intelectual que está en solfa, y un gran pulso.
Intensísima, rápida y veloz.
Es cierto que los thriller políticos me gustan mucho, y eso condiciones mi alta nota, pero creo que está muy bien narrada, con mucha energía, determinación y valentía, sobre todo para un americano que aunque es cierto que puede estar informado de qué fueron las brigadas rojas le queda my lejos la temática.
También me ha gustado mucho los escenarios naturales de Roma, una de las ciudades más bonitas del mundo.

§ 1.534. El ángel ebrio (Akira Kurosawa, 1948)


La enfermedad del cuerpo y de la mente, la individual y la social. En las películas de Kurosawa debía tener mucha importancia la enfermedad, son varias las que la abordan contextualmente, para narrar el trasfondo de lo que quiere decir. La tuberculosis es la que aquí se trata. 
El doctor es un hombre acabado, destruido por el alcohol, que aun así es capaz de recordar por que era doctor, y cuál es su lugar en el mundo. Ni siquiera él sabe qué ha sucedido con su vida, pero carece de ilusiones, de proyecto, de familia. No tiene nada.
El mafioso es un hombre con miedo, de sí mismo tal vez, y, sobre todo de la muerte que tantas veces le ronda por fuera, desde fuera, pero que esta vez le ataca desde dentro. Un enemigo invisible contra el que no sabe cómo luchar.
La relación entre ambos progresa desde el mafioso hacia el médico. Cada vez es menos mafioso y él cada vez más médico. Cuando el médico mira la radiografía sabe que está condenado a muerte y desde ese momento comienza a comportarse como un auténtico médico. El mafioso necesita de la esperanza del médico, y éste del proyecto de curación de aquel, que es lo que le mantiene vivo.
En una escena llueve, claro, como en todas las suyas.
La música de la mandolina (más guitarra que mandolina) es como un guión para que se vayan sucediendo los planos, las historias, aunque adquiere un protagonismo central en un momento dado, a la mitad de la película, cuando aparece el marido de la enfermera del doctor, que ha estado en prisión y que, al parecer, no la trataba bien.
El desenlace parece inevitable. El que ha regresado es un hampón más alto en la escala mafiosa que él.
El contenido moral de la cinta es evidente, ni alcohol ni mujeres es la recomendación del médico, que no sigue porque se deja llevar por el nuevo hampón.
Los actores son Takashi Shimura y Toshirô Mifune, médico y mafioso respectivamente, en la primera colaboración del último con el director, tan fructífera con los años.

§ 1.533. Lazos de guerra (Kang Je-Gyu, 2004)

Demasiado larga. Es una película bien hecha, con escenas de combate muy realistas, de las mejores que se pueden ver, pero naufraga un poco en el desarrollo de la trama, que no está tratada de manera especialmente brillante. El titulo original "Dos hermanos" explica mejor de qué va la cinta que el que se le puso en castellano.
Tiene algo de propaganda anticomunista y un poco de pacifismo irredento. 
Director para mi desconocido que con esta cinta se hizo un hueco, al parecer, en el panorama actual.
No creo que sea tan buena como dicen, me parece un tema muy manido, demasiado sobado, tratado de manera poco novedosa. Las escenas bélicas sí están muy bien tratadas, muy realistas; muestran con toda su crudeza el bestialismo humano en la guerra. Muchos tiros, mucha sangre, mucho dolor.
Sí es cierto que es capaz de mostrar lo que la guerra puede hacer a las personas. A unas las convierte en bestias iracundas, a otros en pacifistas irredentos.

sábado, 19 de enero de 2019

§ 1.532. La última noche de Boris Grushenko (Woody Allen, 1975)


Me gustaría que me gustasen estas películas de Allen, pero no, no me agradan. No digo que sean malas, que no lo serán, digo que me cansan una barbaridad. Son un cúmulo de delirios, conversaciones hilarantes seudofilosóficas, plano tras plano muestra lo mismo, con los mismos intereses y con los mismos medios. Me parecen todas iguales. No sé cómo pueden tener tanto crédito. Además no creo que tengan nada que ver con las cosas que ha hecho más adelante, los años verdaderamente brillantes de Allen: Annie Hall (1977); Manhattan (1979); Maridos y mujeres (1992);  Misterioso asesinado en Manhattan (1993) y la estupendísima Balas sobre Broadway (1994).
No reconozco al Allen de excelentes cintas en sus primeras películas, esta y Toma el dinero y corre (1969), y Bananas (1971). Parecen diferente director. No le veo la continuidad.
Con respecto a esta me gustan los escenarios, la ropa, los atrezzos, que realmente están perfectamente escenografiados, pero la trama, el guión y el desarrollo me dejan indiferente, me cansa y hasta me aburre. No es el tipo de cine que me gusta.

jueves, 17 de enero de 2019

§ 1.531. Cut Bank (Matt Shakman, 2014)


Crimen rural en el medio oeste americano en un ritmo y una estética muy hermanos Coen, pero no tan auténtica, no tan lograda.
Bien narrada, bien hilada, encubriendo la trama central mientras se descubre otras historias secundarias, que resultan ser las centrales. No consigue hacer de la cinta una verdadera obra buena. No sé qué y cómo funcionan las películas, no sé de qué manera se asegura el éxito. No es sólo la historia, no son sólo los protagonistas, no es sólo la música, es todo un poco, una mezcla que sólo unos cuantos directores son capaces de conseguir. Y este no es el caso de esta cinta y de este director.
Pretende algo muy difícil, brillar en donde otros han hecho grandes películas. Y no le sale.
A veces no puedes escapar de ti mismo, del lugar donde estas, por mucho que lo desees o por mucho que te empujen a ello. Eso es la ruralidad, más que una condición o circunstancia eso es la ruralidad americana, y eso es lo que muestra la película: la imposibilidad de salir del lugar de donde es.
El director, desconocido para mi, ha hecho varias telefilms, películas para la televisión con un formato distinto pero básicamente organizadas de la misma manera. No ha vuelto a la pantalla grande.

miércoles, 16 de enero de 2019

§ 1.530. Sólo una bandera (William Dieterle y John Farrow, 1951)


Interesante película de un judío exiliado de Alemania ante el avance el nazismo y un director australiano. Seguramente uno la empezó y otro la terminó en un mismo estudio bajo la misma producción. Es lo más probable, en aquella época en que se rodaban varias películas al mismo tiempo, imposible de ver en la actualidad.
Wester un tanto atípico. Sureños disfrazados de Yankis que militarizan a indios para convertirlos en una especie de fuerza de choque en los territorios del medio oeste americano justo al final de la guerra de secesión.
El protagonista es el inexpresivo Alan Ladd, al que da réplica femenina Lizabeth Scott enamorada de Arthur Kennedy. Los dos hombres son sureños, ella americana. 
Una mina de oro hace que los intereses de todos se proyecten sobre la necesidad de dejar vivo a un hombre que se ha roto una pierna...
Algo enrevesada, no explica bien cual es el propósito de la misión militar, único punto un poco oscuro en toda la trama.
Se deja ver, buena música y la tensión propia de no sabe cómo acaba.
Tanto Dieterle como Farrow pertenece a esos directores de "Clase media-alta" que forjaron las industria, que rodaron decenas de cintas y todas ellas razonablemente buenas.
Una película muy de su época, bien rodada y que se deja ver.

§ 3.405. Tristeza de amor (Eduardo Mallorquí, 1986)

  Recuerdo algunas noches cuando se emitía la serie y me quedaba a ver algún capítulo. La música es preciosa, la canción en realidad.  Vista...