viernes, 14 de diciembre de 2018

§ 1.495. MANN, Anthony. La colina de los diablos de acero (1957)

No me parece la mejor película de Mann, en absoluto, pero no es mala cinta. Es un estudio interesante sobre la condición humana, sobre la guerra y sus tensiones, y sobre cómo el hombre muta en situaciones de peligro extremo y estrés. 
No creo, a pesar de lo que se dice en algunas críticas profesionales y de usuarios, que sea realmente una cinta antibelicista. No es su propósito. Narra, es cierto, un momento crítico de retirada de las tropas ante un avance enemigo, pero no hay ningún mensaje, no tiene una carga ideológica, ni una moralina patriotera, nada de eso. Es cierto que cuenta una verdad poco grata, una verdad que ocurre en la guerra, pero no con un propósito deslegitimador de ella. En toda la película no hay ni una crítica a la guerra, o a las circunstancias en las que se encuentran los soldados. Simplemente tienen que salir de conde están. Punto.
No es, no obstante, una cinta para embolicar, para mostrar el lado más inflamable del ardor guerrero. No se si sería de las pasaran en las academias militares. Pero tampoco creo que sea razonable pensar que es de las del grupo de las abiertamente contrarias a la guerra.
Simplemente muestra lo que hay. Sin valoraciones éticas o axiológicas.

jueves, 13 de diciembre de 2018

§ 1.494. MACKENZIE, John. El infiltrado (1995)


Tema muy manido, aunque, al parecer, esté basado en una historia real. No llega a profundizar en la ideología subyacente, en la mente de la maldad. Otras cintas parecidas, American History X, por ejemplo, son más profundas y están mejor hechas.
Además el relato no deja de tener flojeras, debilidades. No es creíble del todo, no puede serlo, no se puede plantear que toda la historia gire en torno a la idiotez de unos cuantos locos nostálgicos que no son capaces de detectar que se les ha infiltrado un topo. No es creíble, sin más.
Y, sobre todo, que no le siguieran en su vida, que no averiguasen quién era, o no lo intentasen.
Pero más allá de que realmente sea una historia real la cinta no está del todo bien hecha. Le falta guión, desarrollo e la historia, matices, historia... Y se echa de menos música, capacidad de convertirla en protagonista de la historia, al menos en parte.
Los actores no dan la talla, más allá de los neonazis, que, en realidad, son fáciles de imitar. Los personajes alemanes no está bien caracterizados, no tienen ese glamour que se le supone a los ideólogos de un nuevo nazismo.
La verdad es que Mackenzie es limitado, no llega a lo que quizá se esperaba de él.

§ 1.493. MANN, Anthony. Extraña interpretación (1946)


Mann en sus años de experimentación. En esos años de películas de 50 ó 60 minutos, de Fleischer, de Wise, de artesanos del oficio que luego fueron maestros con obras monumentales, fundamentales, clásicas.
Me gusta la tensión emocional, e incluso física que plantea Nora en su diatriba entre amor y trabajo. Lo hace bien, no derrapa y realmente es convincente.
El trabajo del químico es algo más flojo. Y el de la señora Lindstron también es interesante.
Mann es un maestro, circunstancia que se refleja en cómo rueda. Algo tiene de Siodmak, como he leído, efectivamente. También de Lang, sin duda, aunque eso, la verdad, no tiene mérito, todos tienen algo de Lang. Los giros del destino, el final sobre todo, es puro Siodmak, con los sueños oníricos de vidas distintas, desastres y venganzas.
Es muy entretenida, y perfectamente recomendable.
7 de 10, con toda justicia.

martes, 11 de diciembre de 2018

§ 1.492. LLOYD, Frank. Aventura en Shanghai (1954)

Entretenida historia, producto de una época concreta, la guerra fría. Cinta de propaganda anticomunista, versión China. 
Un relato, a pesar de su alto contenido militante, que puede llegar a ser creíble. Una galería de personajes que juegan a mostrar su lado más ambiguo e irónico para escapar del horror de la delación. Las autoridades buscan un espía, y todo parece indicar que es Rita, una mujer rotunda (Ruth Roman) amiga de las autoridades militares que se enamora del médico (Edmond O'Brien) que ejerce de líder de grupo de detenidos en el propio hotel.
Una de las últimas películas de un director que se formó en el cine mudo y que se adaptó más que notablemente al sonoro. Clase media americana, lo cual es mucho.
Resultado aceptable. Se deja ver y te mantiene ocupado en intentar descubrir cuándo se va a desvelar que ella es la espía que todos buscan.
5 puntos

lunes, 10 de diciembre de 2018

§ 1.491. KUROSAWA, Akira. Vivir (1952)

Soberbia e intimista reflexión sobre la vida y lo que eso significa. Sobre las renuncias a las que te abocas, a veces sin quererlo, a veces conscientemente, por pragmatismo o por devoción, por cuidar a un hijo, o porque no te atreves a vivir de otra manera.
El trabajo estabulado, las rutinas, laborales y de otro tipo, hacen que te desgastes, que no consigas asir las cosas como son, que la risa sea una monotonía, y las alegrías se concreten en los ritos ancestrales que has visto hacer o que, simplemente acoges como propios sin sentirlos realmente.
La necesidad de sentir cuando la vida se agota, o, simplemente, cuando reflexionas sobre la vida y el pasado es una reflexión que todo hombre tiene que hacer, antes o después, a no ser que sea un insensato o un insensible.
Enseñar a vivir no es posible. Es imposible. Cada uno tiene que tener su propio camino. Por eso el protagonista no puede aprender de la chica del trabajo de la que se ha enamorado. Ella tampoco sabe cómo enseñarle, de qué manera explicarle que no es posible ese tipo de enseñanza. Vivir es un juego de autoaprendizaje.
Los refugios en los que ha buscado las preguntas a su respuesta cierta, las cuestiones que expliquen su veredicto mortal no las ha encontrado ni en el alcohol y las noches de fiesta, como acontece con el chico que le lleva de farra, ni en la vida familiar, traicionada por su nuera y su hijo, egoístas cuenta garbanzos.
La decisión de reventar la burocracia no llega a su conclusión. La muerte le ha ganado la partida, la batalla contra el cáncer era inútil y él no sólo lo sabía sino que, incluso deseaba que fuese infructífera.
Consigue que el parque se construya, pero muere en él de una hemorragia interna. Y los fedatario públicos de los actos políticos, cuando no están sujetos al ideario del que manda, centran la cuestión, que el político no quiere admitir. Los ciudadanos acuden a su funeral con verdadero y sentido pésame, porque saben que fue, efectivamente, su intervención lo que propició su construcción. Ergo: su vida enterrada en burocracia sí sirvió para algo, para poco quizá, pero sí tuvo utilidad, provecho, rendimiento.
¿Se enterró en vida para eso, o vivir es, sencillamente, eso?
Las reflexiones de sus compañeros de trabajo en el funeral muestras claramente que el mérito de la construcción del parque es sus, pero no pueden admitirlo realmente y el público porque ellos mismos están en la rueda, en la dinámica que él tenía antes de conocer que tenía cáncer.
Kurosawa es un maestro. Sobre todo porque es capaz de explicar con absoluta sencillez honduras del sentimiento complejas por sí mismas. Y eso no es fácil en un medio tan técnico como es el cine.

domingo, 9 de diciembre de 2018

§ 1.490. ROBINSON, John Mark. Taberna salvaje (Parador 66) (1984)


Es un Road Movie normal y corriente que empieza mejor que acaba. Llena de tópicos, freudianos incluidos, del medio oeste americano: calor, sueños rotos, chicas frustradas, macarras con exceso de testosterona y alcohol, coches, peleas, bares, rockabilly... Probablemente estaría olvidada si no fuera porque interviene Dafoe. Es una de sus primeras películas, de las más de cien que ha rodado, y no es, obviamente, una de las mejores de su carrera.
Los malos son los de allí, el bueno, no se sabe por qué, es el chaval extranjero, rico, presuntuoso y algo patán.
El buen samaritano que ayuda al niño rico sale de la nada, lleva consigo una gran carga de frustración y culpa, pero no consigue transmitirle el sentido y la hondura que ese tipo de personaje suele llevar. Se mueve muy rápido, sin calma, sin ese sentido cool que necesita.
En definitiva, o para los que le gustan mucho este tipo de películas o para quienes quieran, como es mi caso, ver un poco de todo. Eso sí, sólo una vez.
4 sobre 10.

§ 1.489. ANNAKIN, Ken; MARTON, Andrew; y WICKI, Bernhard.: El día más largo (1962)


Tres directores para una película mítica. Esta es la vez que más me ha gustado, otras la he mirado de manera más crítica, menos lúdica. Me parece una gran producción, muy meritoria, películas que ya no se hacen.

§ 3.405. Tristeza de amor (Eduardo Mallorquí, 1986)

  Recuerdo algunas noches cuando se emitía la serie y me quedaba a ver algún capítulo. La música es preciosa, la canción en realidad.  Vista...