viernes, 31 de enero de 2025

§ 3.672 Hasta donde los pies me lleven (Hardy Martins, 2001)

 
El director sólo dirigió esta película y otra en 1998 titulada "La gruta del ámbar" que en Filmaffinity no tiene ni un solo voto. Ésta tiene bastantes, más de 3000, y aunque eso no significa gran cosa sí es cierto que concreta si la película es muy vista.
De una manera u otra confirmo lo que vengo defendiendo desde hace muchos años, que a las películas le sobra metraje, que son demasiado largas, innecesariamente largas. Es una cinta que se va a las dos horas y media, cuando se podía contar la misma historia en noventa minutos. Quizá en 120. Pero encomendarse a más de 150 es una auténtica temeridad, sólo al alcance de los directores más valientes, más dotados y más capaces. Y no se trata de juzgar la entrega y la competencia de Hardy, que la tiene, sino de entablar un diálogo razonable con el espectador. Se rompe la magia totalmente. La historia parece más de telenovela que de pantalla grande y hubiera podido durar igualmente 180 o 220 minutos. Da igual. 
Al parecerla película tiene como base el libro de Josef Martin Bauer "Tan lejos como los pies me lleven" (1955) que narra las peripecias reales de un soldado alemán, Clemens Forell, que escapó realmente de un Gulag soviético. Supongo que todas las naciones, incluso las derrotadas, quizá especialmente éstas, necesitan héroes a los que encomendarse en tiempos de zozobra moral. Y en el año que se publicó la novela era de necesaria atención en ese sentido.
El actor principal es Benhard Bettermann. El nombre verdadero del héroe alemán es Cornelius Rost. El protagonista tras regresar a su país redactó su historia, pero al estar algo deslavazada el editor de la novela le puso en contacto con un escritor profesional (Bauer) que le dio forma y consiguió que el relato tuviera una estructura lógica y organizada.
Tiene puntos emotivos y una gran fotografía, especialmente en campo abierto, un gran color.
Se deja ver, y no funciona mal, pero mi apreciación iniciales correcta. Me parece muy larga.

§ 3.671. Crepúsculo en Tokio (Yasujiro Ozu, 1957)

Te hacen daño las cosas que cuenta Ozu. Te arañan, te hiere, te horada, te zahiere, te molesta, te culpa, te importuna, te hace sentir profundo y trascendente. Bajo la aparente sencillez de unos
planos que no se mueven, que no hacen espectáculos circenses ni travelling, ni nada parecido, se esconde un profundo dominio del plano, de la imagen, de la centralidad de lo visual en el lenguaje cinematográfico.
Me encanta la cara de Setsuko Hara, una musa de Ozu. Y también me gusta mucho Chishu Ryu, otro habitual. Si no recuerdo mal son los dos protagonistas de Primavera tardía, una de las mejores de Ozu que he visto, por no decir que es la que más me ha gustado suya. Más que ésta quizá. Cuentos de Tokio, siendo buena, no me acabó de llegar.
Intimista, melodramática, pero alejada de la lágrima y la emoción epidérmica. Parece un film maduro. Es difícil cogerle la dinámica. Parece un corte trasversal de la vida de las gentes. Podría haber grabado este episodio en la vida de esta familia u otro anterior. No es el qué, es el cómo. Y ese "cómo" lo domina a la perfección. Un cineasta de los más interesante. 


jueves, 30 de enero de 2025

§ 3.670. Tata mía (José Luis Borau, 1986)

Me ha gustado mucho todo lo que he visto de Borau. El tratamiento del campo y de los "señoritos" es peculiar, desde una perspectiva servicial, de débito. Una visión antigua, de una sociedad ya pasada, caduca, antigua, pero seguramente muy vivida por el director. 
Las relaciones con el pasado no siempre son idílicas. Antes al contrario, suelen ser complicadas. 
El guión está perfectamente organizado. Todo funciona a la perfección. Bien puede ser la mejor película de Borau. Desde luego a la altura de Furtivos, que a mi parecer es la canónica suya.
Me ha gustado mucho Imperio Argentina. Y también Carmen Maura que hace un papel estelar, estelar de verdad. Por supuesto Alfredo Landa y Xabier Elorriaga, que hace mucho que no le veía en alguna película. También Miguel Rellán, claro, aunque no es un actor que nunca me haya hecho mucha gracia. También interviene Marisa Paredes y Enma Suárez. Un reparto estelar.




martes, 28 de enero de 2025

§ 3.669. Los amigos del novio (Edward Burns, 2006)

Una de esas comedias gamberras con "pretensiones" de obra (algo) mayor. Pero no lo consigue. Es un mero producto de entretenimiento. Con mucho guión, del propio director, muchas estrellas menudas del Hollywood de principios de siglo y un color muy vivo que facilita el visionado. Pero no supera el umbral de lo mediocre. Un montón de líos entre amigos que hace años que no se tratan después de haber vivido una infancia conjunta llega de sueños e ilusiones.
Cansa un poco. No responde del todo a las expectativas que se habían forjado sobre ella.

§ 3.668. El evangelio según San Mateo (Pier Paolo Pasolini, 1964)

Siempre he escuchado, e incluso leído, que esta películas es una de las bíblicas más importantes. En una personalidad -director, actor, crítico, ensayista, dramaturgo, polemista, etc.- tan poliédrica y controvertida se han difícil de creer. Además de ateo y comunista, era profundamente combativo con las tradiciones, con el stratus quo, con la política como institución, y me atrevo a decir que incluso con la iglesia oficial.
Y, sin embargo, se desmarca con esta auténtica maravilla. Respetuosa, tradicional, sensible, delicada, fiel -al parecer, no he leído el evangelio y no puedo opinar con criterio propio, aunque me fío de las opiniones de los entendidos que así lo afirman- el texto bíblico y, desde luego, tremendamente vitalista, optimista, moralista y verdaderamente cristiana. 
Los episodios y circunstancias de la vida de Jesús están contados con sencillez, sin artificios, sin recurrir a técnicas complicadas, planos o encuadres artificiosos. Su regocijo en las caras, en los rostros, en la humanidad de los seres nos acerca a una historia personal, individual, de la persona de Jesús, no de su mensaje. No es exactamente así. El mensaje llega desde la humanidad de sus personajes y participantes del discurso.
La música es de Luis Bacalov, con pasajes de la Pasión Según San Mateo de Bach, naturalmente, siempre en los momentos estelares, los que marcan el comienzo de episodios trascendentes.  Aporta, además, algunos cantos de espirituales negros, música de iglesia claramente, que dotan a la parte musical de una intemporalidad misteriosa. No se hace raro oír un órgano de Bach y luego una (de mujer negra) voz salmodiando un canto. 
Mención aparte merece Enrique Irazoqui, el Jesús de la película. Esta era su primera película, y sin duda la más célebre. Sólo hizo cuarto más y un par de documentales. Supongo que no tenía interés por el cine. Él es Jesús. Punto. Es la imagen canónica de quien fue Jesús. Más pequeño, menudo y feo que la imagen idealizada que se representa de él en el arte tradicional.
Tremendamente respetuosa, no se le aprecia una sombre de crítica, una imagen que deteriore el mensaje de Jesús. Es un fiel retrato de la tradición bíblica. Al pie de la letra. Los milagros son incluso prestados como algo natural, normal, lo que la gracia de un ser divino hacía porque lo hacía. Sin más. Sin mérito.
Seguramente Pasolini quería creer y no pudo. O no tuvo la fe, o su razón no le llevó a la dicha de la fe, o sencillamente renegaba de ella por motivos diferentes a los espirituales. Probablemente su pulsión sexual le alejaba del discurso. Pero la cinta puede verse como un ensayo del propio director para querer creer.
Se suele decir que presenta el pasaje bíblico desde un punto de vista Marxista. No me lo ha parecido. Sencillamente, es que el mensaje de Jesús tiene muchas concomitancias con el mensaje que tradicionalmente se ha extraído de la teoría marxista. Pero únicamente cuando se lee a Marx desde el buenísimo bienintencionados. El Marxismo es, antes que otra cosa, un mensaje económico. Y aquí no hay nada de eso.
Cuando Jesús platica en la película no escatima aspectos característicos de la religión católica. Al fin y al cabo, Jesús era un revolucionario. Alguien que se levantó con otra el poder establecido. Todo un líder de la revolución, religiosa y piadosa en su caso, pero revolución al fin y al cabo.

lunes, 27 de enero de 2025

§ 3.667. Colapso (Irving Reis, 1946)

Un buen 'noir' poco conocido, con un Pat O`Brien tan bueno como siempre, al que acompaña Claire Trevor y otro gran actor: Herbert Marshall 
Arte, falsificaciones, intriga, dinero, engaño. Una buena trama que procede de un guión (a cargo de cuatro escritores que no me suenan de nada, Fredric Brown, John Paxton, Ben Bengal, y Ray Spencer) sobre una novela de  Fredric Brown titulada "Madman's Holiday".
Tiene ritmo, un blanco y negro que se ve muy bien, un buen sonido y unos substituíos que se leen muy bien en un color amarillo que destaca y no cansa el seguimiento de la historia, aspecto éste último cada vez más importante para mi, por mis problemas de vista.
Algo enrevesada la trama, que parte de alguna hipótesis no bien tratada, pero funciona como obra de entretenimiento.
Dura lo justo, pero la tengo por obra que no triunfó. No sé por qué, pero estoy convencido que aunque es un nori decente no tuvo éxito comercial. 
Reis tiene cosas interesantes, he visto suyo: La noche plena (1940), El Halcón inicia el vuelo (1942) y Todos eran mis hijos (1948).

domingo, 26 de enero de 2025

§ 3.666. La mansión de los muertos vivientes (Jesús Franco, 1982)

Cinta de zombies, tetas, lesbianismo soft y miedos encapsulados en el subconsciente personal. De esos que te atormentan toda la vida, de joven y de mayor, siempre.
Tengo la teoría de que Franco fue un gran cinéfilo. De esos que veían dos o res películas por día. Cinéfago, si queremos llamarlo así. Seguramente las dos cosas.
Viendo esta película no puedo dejar de acordarme de El resplandor (Stanley Kubrick, 1980), una de las del director británico que más me gustan. La idea no es que esté copiada, ni mucho menos, pero tiene grandes similitudes. Un hotel, la soledad como motor de la historia, personajes frágiles. Hay multitud de diferencias, por supuesto: aquello era un hotel de montaña, éste de playa, los protagonistas allí eran el encargado y su familia, aquí unos huéspedes, la fragilidad mental del cuidador del hotel era la amenaza, y siempre para su familia, siendo aquí externa y únicamente para las mujeres protagonistas. Pero tiene algo de inspiración en aquella.
Franco derrapa totalmente con la historia. Siempre cuenta lo mismo y siempre lo cuenta igual. Es de esos directores que no tiene gracia, pero sus películas se ven. No me gusta, pero las veo. Tiene un punto personal totalmente desinhibido, descocado, alocado, salvaje. Filma lo que le da la puñetera gana y consigue meter a espectadores en la sala de cine. No tiene ningún tipo de pretensión artística -como otros muchos, Ford mediante- y es plenamente consciente de que está realizando un producto de entretenimiento. Por eso se ven sus películas.
La cinta parece rodada en Canarias, porque aparece el árbol tan característico de las islas en varias tomas y la arena de la playa es de ese color negro volcánica tan característico. Además la estructura hotelera no parece de las clásica de la Costa del Sol.
Me gusta ver las películas de Franco, que no es exactamente lo mismo de que me gusten las películas de él. No están entre mis favoritas y, sin embargo, veo sus cintas. Tiene don. Tiene algo.
Lo singular es que los zombies aparecen cuando sopla el viento. Cualquier excusa nos sirve para montar una historia.
Los zombies son, es descarado, los de Ossorio, los de Armando de Ossorio. Esos zombies templarios que aparecen en determinadas circunstancias. Aquella construcción era más solvente, más sostenida, aquí parecen una anécdota. Además en las películas de Ossorio, que son tres o cuatro nada más (de esta trama) los ropajes estaban raídos y sucios, porque los protagonistas venían del medievo, y aquí están relativamente limpios. Pero la historia es parecida.

§ 3.675. Cartas boca arriba (Jesus Franco, 1966)

Cinta de la época francesa del tío Jess en donde ya comenzaba a desparramar. Argumento loco, loquísimo, producto de una imaginación desborda...