domingo, 8 de junio de 2025

§ 3.878. Comando de asesinos (Julio Coll, 1966)

Inspirada evidentemente en las películas de 007, pretende darle a la trama la misma mezcla de comicidad y seriedad en ambientes veraniegos, de vacaciones, elitistas.
Protagonizada por Antonio Vilar, Letícia Román y el peculiar Peter van Eyck, inconfundible en sus poses y sus ademanes. 
Como era de prever a veces la trama sirve como excusa para mostrar una ciudad, en este caso Lisboa, paseando en coche por sus calles.
La falta de medios y de guión hacen fracasar a la cinta, que se puede ver, pero que es casi de las peores que he visto de Coll.
No da con el tono. Tiene algo, pero no funciona. Es algo pasada y aunque tiene un metraje civilizado, 83 minutos, por momentos de hace pesada.
Me llama la atención que el Profesor malvado se llama Zandor, que lo entiendo como una derivación del Profesor Zaroff, de "El malvado Zaroff" la extraordinaria película de 1932 de Irving Pichel y Ernest B. Schoedsack.
Se puede ver, con esfuerzo. Sin más.

sábado, 7 de junio de 2025

§ 3.877. Apuestas contra el mañana (Robert Wise, 1959)

Otro Wise prodigioso. Qué forma de hacer cine, qué maravilla, cómo exprimir los argumentos, qué capacidad para presentar a los personajes, qué dominio del escenario, de los planos, de la luz, de las emociones. Qué cosa más divina.
De Wises he visto prácticamente todo. Me queda dos o tres películas que no están editadas en dvd y que tampoco pueden verse on line.
Cine negro, atraco a un banco, planes perfectos que salen mal, apuestas de caballos, hombres despiadados y deshumanizados, gánsters de cartón piedra, chicas guapas cuando todavía no se ha quitado el maquillaje.
Me ha gustado mucho. De la filmografía de Wise que recuerdo es la más negra de todas las películas suyas. Tiene otras duras, pero no de corrupción policíal y atracos.

§ 3.876. El desierto de los Tártaros (Valerio Zurlini, 1976)

Leí la novela y me gustó mucho. El paso del tiempo, la madurez, las ilusiones perdidas, el declinar de la vida, la pérdida de la inocencia, de la alegría, del impulso vital.
Me pareció un excelente relato, incluso podría calificar de ensayo. No exactamente, pero podría leerse con lápiz y papel, reflexionando con ella a medida que avanzas en su lectura.
La película es un goce de los sentidos. Me ha parecido árida y desangelada, sin corazón. emotiva y triste. Una gran obra, muy bien hecha, delicada y puntillosa.
La aristocracia de la guerra, con una puntillosidad, con una distancia del mundo real, lejano de los valores humanos, cercado por tradiciones, saludos, reverencias y aspectos superfluos que no sirven más que para retroalimentar al propio sistema militar.
Además de una reflexión sobre el paso del tiempo, sobre la tranquilidad del reloj, sobre la decrepitud y la vida, puede leerse como un ensayo sobre la inutilidad del ejercito, sus propósitos y su funciones.
Un tema que también trata son las ilusiones, y hasta qué punto éstas puede haceros perder la razón, el criterio y la cálmales. Ilusiones personales y  vitales, e ilusiones reales, convertidas en alucinaciones. La alucinación como derivación de la ilusión.
La inutilidad del paso del tiempo sería el lema de la novela y la película. 
El reparto es espectacular: Vittorio Gassman, Helmut Griem, Francisco Rabal, Fernando Rey, Jean-Louis Trintignant y Max von Sidow. Casi nada. Es cierto que los dos españoles interviene poco.
Dicen que fue un proyecto que abrazó Luis Buñuel pero que nunca llegó a poner en pie.
Primera película que veo del director, que me ha parecido un gran artesano. Domina el tiempo, los escenarios, los actores, los planos, encuadres y demás.

§ 3.875. Hay un camino a la derecha (Francisco Rovira Beleta, 1953)

La delincuencia como camino y esperanza vital. Una vida normal, un trabajo normal, una esperanza normal. Que se ve alterada por la pérdida del empleo, la precariedad económica, la falta de esperanza y de futuro.
Un tema muy clásico, bien rodado, bien narrado, con una evidente carga moral acorde al ideario del régimen, naturalmente.
Tiene un punto de neorealismo italiano, por la norma de presentar los personajes, de rodar, de mostrar la realidad, por la forma de abordar la temática.
Pertenece a la trilogía del delito del director, junto con El expreso de Andalucía (1956) y Los atracadores (1962).
Muy bien Francisco Umbral, verdaderamente magnífico, además de un gran actor guapo de verdad. Un hombre verdaderamente guapo. En ese momento tenía 27 años y era una de sus primeras películas, la décima, más o menos. Otro actor que trabajó como un animal, a lo bestia, a destajo. Seguramente ganando un buen dinero, nada que ver con lo que se gana ahora en el cine, pero un buen dinero.
Julita Martínez es la protagonista. Una actriz clásica, de las de siempre, nacida en 1931, todavía viva, y que trabajó muchísimo, tanto en cine como en teatro y el televisión.
La cinta va como anillo al dedo al código moral de la época. Vida con pocas esperanzas laborales, malas influencias de amigos y familiares, crimen (supuestamente) perfecto, delito, pena, redención, perdón, esperanza. 
Funciona, es interesante, se ve perfectamente y está muy bien rodada. Buen director, con oficio y talento.

§ 3.874. El ojo en la oscuridad (Umberto Lenzi, 1975)

 
Un Giallo italiano clásico rodado en Barcelona, con una simbología clásica, un método ortodoxo y una técnica depurada. Un cineasta de siempre, que sabe hacer lo que tiene que hacer y lo hace. 
Un poco lo de siempre, pero es que el género no da para más. la originalidad no es infinita, y es un género en donde abundan la mediocridad. Es, en realidad, un género mediocre. El drama, los históricos, dan para más. Parecen dar para más.
Un thriller clásico en donde lo peculiar es saber quién es el asesino y para qué hace lo que hace. Lo de por qué lo hace, es casi lo de menos. Porque no tiene explicación.
Excusa para ver algunos edificios peculiares de Barcelona, alguna chica guapa y poco más.
De las cuatro películas que he visto de Lenzi, es la menos brillante. Es la más vulgar.

viernes, 6 de junio de 2025

§ 3.873. Top gun: Maverick (Joseph Kosinski, 2022)

 


§ 3.872. María, matrícula de Bilbao (Ladislao Vajda, 1960)

Cualquier comparación con "Capitanes intrépidos" (Victor Fleming, 1937) es una ofensa. Por más que la trama tenga alguna conexión o que ambas se desarrollen en un barco y sirva éste de enseñanza vital a un niño que evoluciona en el viaje de forma más deprisa y con más solvencia que de cualquier otra manera posible.
Los líos en los que se mete el niño son los propios de la edad, de la edad de aquellos años de aquellos niños.
Seguro que se pretendió con una forma de mostrar un camino de superación a los jóvenes, la época era propicia a ello, y en algunos momentos se muestran ciudades, barcos, una portaviones norteamericano, etc.
Bueno. Se puede ver. Pero no tiene dos visionarios. Tiene un cierto matiz antiguo, pasado de moda, fuera de estos tiempos. Es una película que ha envejecido mal, muy mal. Que no se puede ver con los cánones actuales, hay que verla en su tiempo y lugar. Como muchas otras cintas, por otra parte. 
Vajda es un artesano que sabe lo que hace.

§ 3.898. Tu nombre envenena mis sueños (Pilar Miró, 1996)

Muy bien rodada. Gran guión (que procede de una novela de Jesús Leguina), excelente ambientación y diseño de producción, actores en su punto...