martes, 29 de abril de 2025

§ 3,794. La mano de un hombre muerto (Jesus Franco, 1962)

 

Este Franco sí. Claro que sí. Y el de Gritos en la noche (1962); Rififi en la ciudad (1963); El secreto del Dr. Orloff (1964); Residencia para espías (1966); Miss Muerte (1966); Cartas boca arriba (1966); y Necronomicon (1968), y Paroxismus (AKA Venus in Furs) (1969)... más o menos hasta Marqués de Sade: Justine (1969) la carrera de Franco era mu decente, prometedora y brillante.
Pero a partir de ahí empieza a rodar como loco, como un poseso y, a mi juicio, la calidad de su trabajo se resiente.
Aunque es una historia conocida, está bien rodada, tiene interés, se deja ver y forma parte de la obra apreciable de Franco, un director singular.
Un poco lo de siempre, pero la diferencia está en los detalles. El guión es decente, los actores funcionan desde la tranquilidad de saberse el guión, los escenarios están bien recogidos, los muebles, la ropa, los espacios abiertos (pocos) hacen que se deje ver. No es de las mejores de él, pero se deja ver. Y, sobre todo, se intuye un trabajo previo valoradle y una dedicación que falta en otras obras suyas. La música bien elegida, y un blanco y negro nítido hacen el resto. Un trabajo decente.

martes, 22 de abril de 2025

§ 3.793. Orgullo contra orgullo (Robert Parrish, 1955)

Un melodrama clásico, con raíces sureñas, amores difíciles, texanos brutos y señoritas sencillas y sensibles.
Drama de tintes sureños: ciudades que cambian con la llegada del petróleo, ciudadanos de miserables costumbres que se enriquecen de manera sobrevenida a velocidad de vértigo, racismo, machismo, todos los defectos del sur, de la época, de la sociedad, enfrentados a una nueva realidad. El escenario ideal para una reflexión sobre las relaciones humanas, la seducción, el poder de las personas sobre otras y la cualidad del dinero, de la riqueza, de las necesidades humanas, del amor. 
Un buen reparto: Jane Wyman; Charlton Heston; Claire Trevor; y Thelma Ritter.
Estrellas, especialmente las tres primeras, que por sí mismas podrían protagonizar una gran superproducción. Si no he visto mal los créditos, Wyman figuraba antes que Heston. 
Me ha gustado. Es interesante, tiene fondo, una lectura más allá de lo que a primera vista se apreciar, y grandes actuaciones. 
Podría haberla filmado cualquier grande que se dedicase a las novelas de Tennessee William. La novela es de Margaret Cousins, una autora muy reconocida en su época.

§ 3.792. El repartidor de hielo (John Frankenheimer, 1973)

Larga, larga, larga de verdad. Dos horas y veinte minutos. Una barbaridad. Sobre todo para los años setenta y con una temática que no da para mucho. No soy un experto, pero me parece que a esta película le tuvo que ir mal en taquilla. No sé hasta qué punto el público, la taquilla, estaba interesada en estar dentro del cine durante dos horas y media en una cinta que no es de aventuras, que no es mítica, que no es un peplum, que no es de mafiosos...
Es una obra de teatro filmada. Diálogos brillantes, qué duda cabe, actores capaces de llenar por sí mismos cualquier pantalla, cualquier película y un director de los más solvente. Pero oiga, esta constelación de estrellas no funciona como película. Y el elenco es salvaje: Lee Marvin; Fredric March; Robert Ryan y Jeff Bridges son los principales actores, entre otros varios secundario brillantes. 
Tiene que gustarte mucho el teatro para saber apreciar la obra. Al borde del sopor. 
La mirada introspectiva que pretende hacia el fracaso y la derrota es tan cruda, tan aberrante, tan marginal que necesariamente tiene que tomarse como algo poco común. Los mensajes de este tipo que calan suelen ser más sutiles. 
Está basada en una obra de teatro de Eugene O'Neill, premio Nobel de literatura en 1936. Caracterizado por un teatro realista, social, poco idealizado, crudo y salvaje.
No me ha gustado mucho. En realidad, no me ha gustado nada.

§ 3.791. Un hombre en la red (Michael Curtiz, 1959)

Interesante noir, típico y tópico, pero que funciona. Al menos desde mi punto de vista. Es cierto es que el género que más me gusta, junto con el Western, y eso favorece mi apreciación y mi juicio. Pero realmente funciona.
La historia tiene su gracia. Alan Ladd es un pintor  aficionado que protege a su mujer alcohólica (Carolyn Jones). La realidad es que Ladd tuvo serios problemas de alcoholismo en su vida real. De hecho murió joven (a los 50 años) por una sobredosis de alcohol y barbitúricos, en lo que se consideró un suicidio.
Su papel es un poco el de siempre. Hombre torturado que se sobrepone a las circunstancias del destino para tomar las riendas de su vida. Pero la frialdad que le caracteriza no encaja bien en el rol que necesita la cinta. No tiene cuerpo, ni fisicidad. No le encaja el rol. Mejor dicho, no es el actor que necesita ese rol. Un William Holden, por ejemplo, funcionaría mejor. 
Carolyn Jones de más juego en pantalla. Es dinámica, fresca, y con mucho empuje. Me gusta. 
La otra actriz es Diane Brewster, que guarda un parecido (lejano, pero razonable) con Grace Kelly, funciona bien. Muy guapa, alta, con estilo, con garbo, empacosa. Pero no tiene la fuerza necesaria para acompañar la sosería de Ladd.
No es una gran obra de Curtiz. Sus mejores cosas ya las había rodado. No está mal, pero carece de la identidad de otras obras del Director.

§ 3.790. Jill (Enrique Guevara, 1978)


Es.... espantosa...!!!


§ 3.789. Omar Khayyam (William Dieterle, 1957)

Película de aventuras a todo color. Lugares exóticos, cuentos de las mil y una noche, trajes de seda, música oriental, mujeres sofisticadas, hombres valerosos, fondo de lealtades traicionadas y guerreros poderosos.
Bien rodada, aunque un poco larga, muy de la época. Pero la imagino como un fracaso en taquilla. Tiene serios contrincantes, y algún que otro problema. El principal principal es la ausencia de una estrella femenina rutilante. Debra Paget no juega ese papel. Es una actriz verdaderamente interesante, pero no es esa mujer que llena la pantalla por sí misma. Las peripecias de Cornel Wilde, Michael Rennie, John Derek y el siempre soberbio Raymond Massey quedan un poco diluidas en la maraña de emociones, traiciones y enredos.
Tiene gracia, pero le falta algo de simplicidad en sus planteamientos y, a la vez (y sin que sea contradictorio) complejidad en la trama principal. El guión no me parece de lo más acertado. El colorido de la cinta, los jardines, los decorados y exteriores están bien ambientados, las ropas, los atrezos, etc., también. 
Lo que le falta es sustancia en la trama principal.

lunes, 21 de abril de 2025

§ 3.788. El primer gran asalto al tren (Michael Crichton, 1978)

Basado en el guión de su propia novela, se propone una historia de aventuras en versión robo a un tren blindado que llevaba oro a mediados del siglo XIX.
Un ladrón se hace pasar por un hombre de negocios para idear, planear y ejecutar un robo espectacular, y esa es la historia, la de un engaño.
Un reparto encabezado por Sean Connery, Donald Sutherland y Lesley-Anne Down (actriz que recuerdo en alguna cinta: Arco del Triunfo, alguna de Siegel, etc.) que se acompañan unos cuantos secundarios y muchísimo extras, sobre todo cuando las escenas se producen en la calle, en abierto.
Interesante, pero no brillante. Tiene su gracia y su garbo, pero le falta punch, garra, tino. Y en su filmografía se sitúa en un estadio menor. Tiene cosas mejores, tanto desde el punto de vista creativo, como desde la técnica de ejecución.

§ 3.893. Exorcismo (Juan Bosch Palau, 1975)

  Al calor de la moda impuesta por el éxito internacional (y sin precedentes) de la película de William Friedkin El exorcista (1973), la ind...