viernes, 18 de abril de 2025

§ 3.775. Manos sucias (José Antonio De La Loma, 1957)

Debut cinematográfico como director de un cineasta que será recordado por las películas de cine "quinqui" que hizo en la transición.
Una película de camioneros, que me recuerda a la magnífica "Ruta infernal" (Cy Endfield, 1957) que es del mismo año. Aunque no son temática idénticas, se ambientan en el mismo escenario general: la carretera, los camioneros.
Amedeo Nazarri y Lidia Alfonsi son la pareja protagonista. Amedeo es un actor italiano, que hizo multitud de películas, se encontraba en la mitad de su carrera y responde a los cánones de italiano guapo, algo, aguerrido y sencillo pero con fondo complicado. Está en su sitio. Sin más.
Lidia es lo que se dice una mujer de bandera. Hizo pocas películas, solamente trece, y supongo que todas parecidas o iguales: mujer impresionante que enloquece a los hombres de su alrededor.
El triángulo se completa con Katia Loritz que debuta en esta película.
Un buen guión, del propio director, en el que participa Francisco Pérez-Dolz, el director de la magnifica película "A tiro limpio" (1963). Buen desarrollo y ejecución, y un retrato de una España provinciana y subdesarrollada que le gustaban las películas de cine negro.
No tiene la fuerza y el vigor de otras cintas de autores contemporáneos a él: Nieves Conde, Julio Coll, etc., pero está verdaderamente bien hecha.
Tiene un recuerdo, ligero que pertinaz, con la primera versión de El cartero siempre llama dos veces, de Visconti, con la película Obsesión de 1943.
Me ha gustado, me parece interesante, está bien hecha y aunque es previsible, tiene su verdadera maestría.

jueves, 17 de abril de 2025

§ 3.774. Misión de audaces (John Ford, 1959)

 


§ 3.773. Carne (Jphn Ford, 1932)

Una película muy bien estructurada, con una organización compleja, un guión aceptable, y una realización muy estructurada. Me ha gustado, parece una cinta muy madura. 
Dos curiosidades de las cinta. Tiene un guión en el que participó William Faulkner, y John Ford no figura en los créditos de la cinta. 
No es "esquemática", los movimientos son muy naturales, no se aprecia esa dificultad para encuadrar y dar continuidad a las imágenes tan característico del cine mudo. Aunque no es una obra Mayor de Ford, sí tiene cosas, se deja ver y tiene garbo y emoción.

miércoles, 16 de abril de 2025

§ 3.772. Una ciudad llamada Bastarda (Robert Parrish, y Irving Lerner, 1971)

He visto cosas de Parrish mejores, casi todas. Pero la película está bien trazada, tiene un guión interesante y una realización notable. Hay trabajo de director, hay actores, guionista y trama. Está bien hecha, pero no me llegó del todo.
Un buen reparto muy setentero: Robert Shaw (frío y salvaje); Telly Savalas (tan sobreactuado como siempre); Stella Stevens; Martin Landau (en un papel que claramente no es para él, acostumbrado a verle en roles de espía con ladinas intenciones, moral dudosa, y cartera presta a engrandecerse); Fernando Rey (con ese empaque y determinación tan característicos suyos) y Al Lettieri (inolvidable en su papel de El Padrino, aquí no tan firme cómo en aquella).
Aunque no es especialmente brillante, sí debe reconocerse que está bien hecha, bien narrada, bien estructurada, bien organizada. Una película para ver en pantalla grande y a todo color. Un Western maduro, temático y llego de matices. No me ha llegado del todo, mejor dicho: me hubiera gustado que me llegara más, pero está perfectamente hecha.

§ 3.771. Pagó cara su muerte (León Klimovsky, 1969)

Otro Spaguetti Western, en este caso en una versión española. Tiene un metraje algo excesivo: 97 minutos. Una barbaridad para lo que tiene que decir. Es mediocre, cae en tópicos de todo tipo, su guión no es firme y sus actuaciones dejan mucho que desear. Una mediocridad. Me encanta. Y no es una contradicción lo que digo. 
El problema es que después de un inicio prometedor, camina por las sendas de lo usual, y ahí se pierde, porque la realización no es del todo brillante. Klimovsky sabía lo que hacía, indudablemente, pero la historia no daba para más.
Me encantan las malas películas. Entre otras razones, porque no puedes estar viendo siempre películas excelentes. Es como leer, o escuchar jazz. Tiene que tener una dieta que te permita hacer digestiones fáciles, que no se atragante lo que ingieres, y que, sencillamente, te alimente.
Una más, en definitiva, tan olvidable desde el momento en que termina como otras tantas similares.

martes, 15 de abril de 2025

§ 3.770. Sed de poder (Stuart Rosenberg, 1984)

Una de los 80, con todos su s méritos y todos sus defectos. Rápida, de guión ágil, vibrante, por momentos correcta, pero algo vacía, sin fondo y con una previsibilidad irritante.
Con un reparto de los ochenta: Mickey Rourke, Eric Roberts, Daryl Hannah, Geraldine Page, Kenneth McMillan, y Burt Young entre otros.
Tiene un algo conocido que gusta, pero le falta esa otra parte desconocida que es lo que la película sea verdaderamente interesante. Música intimista y apropiada (casi toda canciones de Frank Sinatra, enredos en la trama, progresión en el desarrollo del clímax, y todo lo que se pide a una cinta de entretenimiento. Sin más.
Esperaba algo más. Es la clásica cinta de enredo, con el protagonista egocéntrico y maleducado que vive en el filo de la delincuencia y el subempleo y que, como muchos otros, pretende tener un golpe (ilegal) de suerte que solucione todos sus (muchos) problemas otra vez.

§ 3.769. Despertar en el infierno (Ted Kotcheff, 1971)

Si quieres saber qué es Australia, puedes ver esta película para hacerte una idea bastante cercana de la soledad, la distncia, y el individualismo que forma parte de la idiosincrasia de aquel país (digo, Continente).
Nunca pensé, nunca pude calcular que el director de Acorralado, una película de acción con su tino y su mensaje pero de acción al fin y al cabo, pudiera haber realizado una obra tan endemoniada y maquiavélica como ésta. Es, verdaderamente, una película perturbadora. 
Aislamiento, pesadumbre, hostilidad, marginalidad, sociedad corrompida por el ambiente y las circunstancias vitales, sociales, climáticas y culturales.
Hay algo infantil en los juegos de la gente del pueblo, en cómo se comportan, en la forma de estar y beber en el bar, en cómo se come, en que no haya mujeres en la película.
Me ha sorprendido. Y me ha gustado. Es diferente. Inteligente y tubadora. Me recuerda ligeramente a Bajo el volcán (John Huston, 1984). Una especie de locura ambiental, producida por la soledad, el aislamiento, la incomunicación, lo absurdo de las relaciones personales y afectivas y el vacío, en fin, de la vida sin un sentido cierto que organice y diseccione lo que uno hace, y lo que es, que es básicamente lo mismo.

§ 3.896. La última señora Anderson (Eugenio Martín, 1971)

  Una acercamiento al cine de suspense británico de toda la vida. Rodada en los exteriores de Londres, supongo que con personal británico, e...