§ 3.244. `71 (Yann Demange, 2014)

 

Bueno. Una especie de ensayo sobre la vida militar y sus vivencia en una Irlanda del Norte ocupada militarmente por Inglaterra. Más allá de la visión que se tenga del conflicto, que yo no tengo ninguna, o de la perspectiva que se quiera implementar sobre el asunto, que tampoco la tengo, lo cierto es que la situación de auténtica guerra civil larvada que se vivió durante años en aquella Irlanda tuvo que ser tremenda. Y la cinta refleja muy bien ese ambiente y la tensión que se respiraba entre militares británicos por un lado y los miembros del IRA y la población civil por otro.

Seguramente no es una historia real, pero podría haberlo sido perfectamente. 

La confrontación bélica y armada entre las poblaciones civiles está perfectamente reflejada. Más allá de la dominación militar lo verdaderamente aberrante es la confrontación civil. Algo que no se puede superar en décadas de civilización y convivencia. Es algo más profundo que tarda auténticas generaciones en superar.

§ 3.243. La carreta fantasma (Victor Sjöström, 1921)

 

Más de cien años la contemplan. Fantasia, muerte, imaginación, todo junto en un cocktel perfectamente ensamblado que por momentos es de una modernidad y una actualidad desbordante. Se ve, además, perfectamente, con ese blanco y negro algo decaído pero perfectamente apreciable. 

La música es algo estruendosa y no especialmente variada, siempre sobre unas mismas notas que evocan melancolía y desarraigo, pero que no parecen discriminar en algunos momentos las diferentes emociones que maneja el director.

Es ingeniosa, y muy peculiar. Una cinta que se recuerda.

Un director que sólo tiene una cinta en el cine sonoro, una de 1937, todas las demás es cine silente. Y además desde muy temprano, desde comienzos de la década de 1910 ya tiene cintas a su nombre, bajo su dirección. 

§ 3.242. Corrupción en Miami (Michael Mann, 2006)

 

Es difícil hacer una películas sobre el guión de una serie. No es lo más creativo, ni seguramente lo más fácil de hacer. La creatividad de la serie se basa en el momento, en las cosas que pasan, no en el impulso dramático. En las series es más importante lo que pasa, en la película la carga actoral es más importante, es más trascendente. 

La serie era todo un acontecimiento. Llena de moda, coches rápidos, chicas y discotecas de moda. Algo más que una simple serie. Creo todo una iconografía de lo que era Miami y su mundo delictivo.

La película no es tan buena como la serie. Es otra cosa. Basada en ella y en los dos protagonistas intenta recrear el ambiente, pero queda como una cinta del montón, nada origina, que se basa en los tópicos y poco más.

No es de lo mejor de Mann, un director que por momentos tiene cosas, pero que queda circunscrito a las películas de acción del momento. Ésta en concreto no ha envejecido bien. Más allá de algunos momentos siempre espectaculares, la cinta no está del todo bien lograda.

§ 3.241. Ciudad de Dios (Fernando Meirelles, 2002)

 

Indudablemente está muy bien rodada. El ritmo, el tempo, todo avanza con naturalidad, en su tiempo, sin prisas, suave. La temática es interesante, aunque no sea de mis preferidas, pero tiene su gracia. 

Es una de las películas más prestigiosas de cualquier ranking, de Filmaffinity, de iMBD, de Letterboxd, etc. Y sin ser muy fan de ella, sí es cierto que es verdaderamente estupenda. 

Un relato, pretendidamente fiel aunque que supongo que con sus licencias dramáticas y estáticas, de un experimento social que, obviamente, como todos, salió fatal. La concentración de todas las personas sin recursos en una ciudad. Ciudad que, como era totalmente previsible, acabó dominada por el tráfico de drogas, la guerra de bandas y el crimen organizado.

La cinta está muy bien narrada, la historia tiene fuerza y la dureza de la vida delincuencial es, por momentos, salvaje.

Me ha gustado. Está muy bien hecha. 

§ 3.240. Dune (David Lynch, 1984)

 

Imaginación prodigiosa, luchas de poder en el espacio en un futuro muy lejano y magnífica escenografía. Me parece un poco larga. Lynch supongo que quería crear una epopeya, una serie, una película seminal, que permitiera crear sobre ella otros experimentos fílmicos. Pero quedó aislada en sí misma. Tiene una escenografía espléndida, el mérito de la creación de todo un mundo para esta cinta, un esfuerzo titánico, y el haber servido de plataforma para consolidar su carrera. Me ha gustado, pero no tanto para volver a verla.

§ 3.239. La invención de Hugo (Martin Scorsese, 2011)

Muy imaginativa. No me parece de Scorsese, no tiene nada que ver con lo que había hecho hasta ese momento. Tampoco lo ha repetido luego, más tarde con otras obras. Parece un cuento hecho para sus hijas, o algo similar, un entretenimiento, un pasatiempo sólo para él. Pero le quedó una película muy redonda, muy peculiar, muy distinta. 

No es lo que más me ha gustado de él, pero, la verdad, me ha sorprendido. La tenía manía, porque las cintas de niños no me agradan, ni en general, ni en particular. Son difíciles de manejar, no siempre dejan poso y el resultado es más que cuestionable. Me cuesta verle el atractivo artístico a una cinta de niños. En esta, desde el primer momento, sin embargo, se aprecia que estamos ante otra cosa. No ante una obra más. Es una cosa mayor. 

Me ha gustado mucho Ben Kingsley y muy singular Sacha Baron Cohen

. Los niños está bien, pero no me son conocidos.

 

§ 3.238. Mientras Nueva York duerme (Fritz Lang, 1956)

La vi no hace menos de 20 años por primera vez. La habré visitado no más de dos o quizás tres veces más. Todas me ha parecido impresionante. Una obra de arte inconmensurable. Es el encuadre, es la proyección de la sombra del blanco y negro diáfano, es la música insistente y machacona, es lo que se dice, y, sobre todo, lo que se deja por decir, es la profundidad de campo, el encuadre, Dana Andrews, uno de mis actores favoritos, es Ida Lupino con esa sofisticación que tienen las mujeres interesantes de verdad, es Rhonda Fleming como objeto del pecado, es George Sanders, con todo su 'malditismo' posterior aquí ya acuñado, son los secundarios Howard Duff y Thomas Mitchell, es Vincent Price... Es Lang. Un genio. Sin discusión.

No es una película muy valorada, y, sin embargo, a mi me encanta. Es una crítica voraz a la prensa, al poder de la prensa, a las ambiciones humanas, a la justificación del delito como medio para subir en la empresa, a las relaciones ficticias, a la sociedad bien pensante.

Es un ritmo y un tempo fuera de lo común, que sólo consiguen los genios, y Lang era uno de los más dotados. No sobra un fotograma, no falta metraje. Es perfecta.