martes, 20 de diciembre de 2022

§ 2.876. La dinastía del petróleo (Ralph Thomas, 1957)

 

Bueno. No sé. No me parece nada del otro jueves, pero tiene su gracia. Entretiene y hace que pases el rato. Ni siquiera Dirk Bogarde puede sacar a la cinta de la cierta mediocridad en la que se instala.
Es una especie de Western contemporáneo en Canadá, en una singular reproducción de la lucha entre ganaderos y granjeros pero aquí entre los dueños de un terreno (llamado El reino) y los constructores de una presa que inundaría todo el terreno y sería imposible entonces intentar encontrar petróleo. El protagonista, además de las dificultades ordinarias que conlleva la encomienda tiene que lidiar con una enfermedad.
El conflicto está bien presentado, pero se simplifica demasiado y a veces se convierte en una sucesión de tópicos y estereotipos. Bonitos paisajes, nevados y con mucho árboles completan el cuadro. La ambición o el propósito del protagonista queda oscurecido, no se dice qué le trae de Inglaterra y por qué quiere buscar el petróleo, si por un afán personal, por necesidad de enriquecerse, por superarse a sí mismo, por su enfermedad... Lo cierto es que algo le conmueve y le impulsa, y la película trata, precisamente, de la búsqueda de esa pretensión, de ese afán.
La copia que tengo no se ve especialmente bien. Tiene iridiscencias y el color está muy subido de tono. Además el sonido no es del todo homogéneo.
He visto tres cosas con esta de Ralph Thomas. Ninguna de las tres me pareció singularmente interesante. Pero se dejan ver.

domingo, 18 de diciembre de 2022

§ 2.875. La senda equivocada (Richard Quine, 1954)

 

Una de cine negro de Quine, que ese mismo año hizo otra que vi el otro día y me pareció prodigiosa "La casa 322", que, en líneas generales me ha parecido mejor que esta película.
La temática cumple todos los cánones de película clásica de cine negro. Chica malísima, pérfida y sin ningún tipo de escrúpulo finge que se enamora de un pobre mecánico aficionado a las carreras de coches para intentar que conduzca en un atraco que pretende dar la banda a la que pertenece.
Mickey Rooney y Dianne Foster son los protagonistas. A él le he visto muchas cintas, a ella, a pesar de que pensaba que no la había visto mucho lo cierto es que sí he visto unas cuantas de las veintidós que rodó. Chica guapa, muy de la época, fina y con cintura de avispa. De movimientos suaves y alma de corcho.
No tiene la fuerza de la cinta de Quine referenciada, pero se deja ver. Es algo empalagosa en su primera mitad, sobre todo porque el romance es sumamente artificial. Se nota en exceso el poquísimo interés que tiene la chica por él y lo bobalicón que es él. De una cierta pena.
Mejor Rooney que Foster. Más en el papel.
La música es intrusiva de verdad, no deja de sonar en ningún momento. A veces interrumpe demasiado la historia. El guión es el del propio Quine y de un tal Blake Edwards, director luego de películas magníficas.
El resultado es previsible, y aun así entretiene y es bonita de ver. Me gustan este tipo de cintas, son las que más me gustan. Nunca pensé que Quine pudiese rodar este tipo de cintas tan singulares. Quizá fuese una exigencia del estudio, una imposición, aunque ya había rodado antes. Probablemente se dejó llevar por la moda, por lo que se llevaba en aquellos años. Luego no volvió a rodar cine negro, pero sí es cierto que en algunas películas, ya lo aprecié así en Un extraño en mi vida, los recursos dramáticos parecen caminar por esa senda.

sábado, 17 de diciembre de 2022

§ 2.874. Bajos fondos (Samuel Fuller, 1961)

 

La vi en 2013 por primera y única vez. Pero Fuller siempre tiene un algo especial, un toque que hace de sus películas obras a tener en consideración. Ruido al margen, y dejando un lado su antibelicismo -mala malísima es Uno Rojo, división de choque-, las de temática distinta son muy interesantes. Tanto las de Oeste como las de cine negro. 
En este caso la trama es muy sencilla: chico que presencia cómo asesinan a su padre y espera años para cumplir su venganza. Bien narrada, verosímiles papeles, y esos primeros planos tan típicos de Fuller (o al menos así me lo parece) en donde ves sudar la cara del protagonista son los rasgos esenciales de su forma de filmar.
El blanco y negro es muy apreciable, tonalidades y sombras muy bien definidas. Buen guión, diálogos inteligentes y metraje comedido. Muy recomendable.
No sé si he visto una película mejor de Cliff Robertson. "La clave está en Rebeca (David Hemmings, 1985), "La batalla de Midway" (Jack Smight, 1976),  "Los desnudos y los muertos" (Raoul Walsh, 1958), o "Hojas de otoño" (Robert Aldrich, 1856) quizá sean sus mejores películas.
Dolores Dorn es la chica joven, y Beatriz Kay la señora mayor. Correctas ambas.


2.873. Frente de Madrid (Edgar Neville, 1939)


Cine propaganda. No me imaginaba a Neville como un señor de izquierdas, pero tampoco le veía como un Falangista del régimen. Lo veía como un señor con dinero, acomodaticio, pendiente de sus cosas y bebiendo el agua a quien mandaba en cada momento. Y creo que esa tiene que ser la visión con la que se debe ver esta cinta. Efectivamente es verosímil, los crímenes de ambos lados se cometieron y probablemente de manera más cruda que lo que cuenta la cinta.
Pero es indiscutible que toma partido por un bando, el azul. Podría, junto con "El ángel vestido de rojo" (Nunnally Johnson, 1960), agruparse en el lado de las cintas de la guerra española que se posicionan claramente como de Derechas, a favor de los levantiscos y de los que dan el golpe de Estado frente al Gobierno legítimo de la República.
La imagen en la que un soldado azul pregunta en la trinchera a voces si hay alguien de Navalmoral en el otro bando y un chico le responde que sí, que él es de allí para, a continuación, preguntar por su familia y que el otro le responda informándole de cómo estaba su madre y hermana es, exactamente, lo que pasó en ese episodio bélico salvaje y brutal.
Es interesante. No tiene la capacidad de otras cintas pero creo que es de las que hay que ver para conocer bien el cine patrio.
Conchita Montes debió ser una mujer guapísima, de esas que se dicen de "rompe y rasga".
Me suena raro que la cinta fuera italiana, y no sé a qué vienen los créditos iniciales en Alemán, seguro que tiene una historia más que interesante detrás.

§ 2.872. Origen (Christopher Nolan, 2010)

 

La complejidad de las películas de Nolan es buscada, qué duda cabe. A veces se entienden bien, otras no tanto. Tenet (2020) me pareció difícil de seguir,  y al final queda como un ejercicio intelectual divertido y sugestivo. Pero desde el punto de vista fílmico no me acaban de convencer. Son interesantes, se dejan ver, pero no es el cine que más me gusta.
He visto Interestelar (2014) varias veces y no me ha gustado especialmente  ninguna de ellas. Tenet tampoco me ha gustado especialmente.
Ésta se deja ver, pero me ha parecido largísima, dos horas y veintidós segundos es, realmente, una pasada. Hay que llenarla de muchas palabras e imágenes, dotar a todo el conjunto de sentido y servir a una idea básica y nítida.
Sé que no la he entendido muy bien. Me ha parecido pesada y larga, algo tediosa e incomprensible en la mayoría de su metraje.

jueves, 15 de diciembre de 2022

§ 2.871. Crónica de un ser vivo (Akira Kurosawa, 1955)

Es considerada un Kurosawa menor. Quizá no podía ser de otra manera tras Los Siete Samuraís del año anterior, un éxito de crítica y público que disparó su prestigio y le hizo entrar en el Olimpo de los directores más importantes. Sin ningún género de dudas uno de mis cinco directores favoritos. 
La propuesta es interesante, abiertamente antibelicista, pero no en una película de guerra, como suele ser habitual en los escenarios más beligerantes. Es antibelicista civil, con una trama que no trata de la eliminación de la guerra, ni tonterías parecidas.
Además es evidente la lucha generacional que plantea, que, supongo, en Japón será más cruda que en Occidente Europeo bienpensante. Las tradiciones pesan más allí y el respeto a la familia se tiene más a gala.
Es interesante cómo evoluciona el tribunal arbitral sobre la pretensión del padre de familia de viajar y establecerse en Brasil. Al principio parecía que era una especie de locura y que todo se iba a decidir rápidamente. A medida que se estudia el caso, se reciben testimonios de los hijos y de él mismo se va formando una idea colectiva de que el miedo a la bomba atómica no es ilusorio o fingido, sino real. Todos en Japón experimentaron ese miedo, en mayor o menor medida. Y  eso es, precisamente, lo que quiere denunciar.
Me ha gustado mucho. No tiene la relevancia de otras cintas suyas, pero es muy interesante y, la verdad, tan buena como cualquier de las suyas. Toshirō Mifune y el gran Takashi Shimura componen el elenco principal. Casi nada. Dos de los actores que se asocian tradicionalmente a Kurosawa.

§ 2.870. En el umbral de la vida (Ingmar Bergman, 1958)

 

No tiene película tranquila este hombre. Qué cosa..., qué desgarro, que trauma, que brutalidad, qué necesidad de hacer ostentación de los sentimientos de manera tan cruda, tan bárbara. Y además sin especial finura, sin sensiblería, con toda la fealdad que el posible y legítimo en una película para ser vista en el cine, por el gran público. Esto no es un documental, es una película de cine.
La capacidad para mostrar la sensibilidad femenina es notable. Lo que dicen y cómo se comportan tiene mucho que ver con como se comportaría en la realidad. La forma en la que aprecian lo que les sucede, cómo lo muestra, lo que piensan y hasta cómo se mueven. 
Organizada prácticamente como una obra de teatro, un escenario corto y diálogos intensos de los personajes, desde el primer momento entra a saco con la temática y la problemática.
Narra tres maneras diferentes de abordar la maternidad. La culpa de la mujer que ha sufrido un aborto espontáneo y que cree que su marido no la quiere y que su matrimonio es un fracaso; el miedo por tener el niño de una relación no demasiado satisfactoria, el miedo a ser madre, en definitiva; y la desesperanza por saber que el niño que va a nacer tendrá problemas graves.
El reparto principal son cuatro mujeres. Dos muy conocida por mi, de las clásicas en las obras del director: Ingrid Thulin y Bibi Andersson, y otras dos menos conocidas por mi: Eva Dahlbeck y Barbro Hiort af Ornäs.
Es una película para pensar, como casi todas las de Bergman, que no deja indiferente, que hiere y araña, que sorprende y provoca, que lastra el alma y la hace pesada, que la recuerdas con fidelidad porque la viviste en tu cabeza muchas veces después de haberla visto por primera vez.
Me ha encantado.

§ 3.916. Beltenebros (Pilar Miró, 1991)

La vi hace muchísimos años, en Cabueñes, en Asturias, en un campamento juvenil que organizaba el Injuve (el Instituto Nacional de la Juventu...