domingo, 3 de enero de 2021

§ 2.225. Desafía en la ciudad muerta (John Sturges, 1958)

    Un hombre libera a un detenido de la carcel. Eran viejos amigos y hace años el ahora liberado hizo lo mismo por él. Antes, hace tiempo, hicieron juntos algún atraco y se enterró el dinero del botín.
    El que libera al detenido es el shérif de otra ciudad. Las deudas de honor se culpen, cualquiera que sea ésta y el precio que hay que pagar por ella. Los compinches le encuentran en la nueva ciudad. Pretenden que les guíe hasta el botín. Secuestran al shérif y a su novia y atado a la espalda les conduce al sitio donde está guardado -bajo tierra, enterrado- el botín.
    El sitio al que les conduce es un páramo en el desierto, un lugar desolado, inhóspito, sin vida, lleno de tierra y polvo. No hay ninguna ciudad, ningún caballo, no hay vida. Solamente un llano pedregoso bajo el sol.
    En un momento de descuido consigue hacerse con un revolver y huir con la novia, pero es cogido rápidamente. Todo vuelve a empezar, a buscar una oportunidad para escapar.
  A medida que pasan las jornadas y se producen las conversaciones se descubre el pasado común de ambos. Los indios están al acecho, y se interfieren en la búsqueda del dinero.
    Buen reparto, encabezado por Robert Taylor, y Richard Widmark,  dos actores de gran tonelaje, y Patricia Owens -desconocida para mi-, Robert Middleton, Henry Silva (el malo más parecido a Jack Palance que existe en el mundo), DeForest Kelley, Burt Douglas, y Eddie Firestone.
    Un director solvente, que consigue un western estupendo, magnífico. Como todas sus películas va a grano, directo, sin concesiones. Un lenguaje seco, sin demasiados análisis sicológicos o sociales. Aventura, diversión sin matices emocionales. Puro entretenimiento.

§ 2.224. Un buen año (Ridley Scott, 2006)

    Un broker espídico de Londres recibe en herencia un Chatou en francia, de su tío. Allí paso algunos veranos, conversando y descansando de niño. Pretende venderlo y continuar con su vida, tal cual, sin más. Pero las cosas no siempre suceden como se tiene previsto.
    Las historia es conocida, de hecho me suena haber visto varias películas sobre el mismo guión, o muy parecido. Creo recordar que se llamaba Un amor en la Provenza, o Un beso francés, o algo parecido.
    Sé que es guión pueril, poco complejo, sencillo, simple, pero es efectivo, deja que la historia respire y produce una buena película.
    El cambio de perspectiva en el protagonista es sutil, no rápido, no por un acontecimiento brusco o un suceso traumático. Es suave, sutil, con poco traumatismo. Me gusta. Es como el vino bueno, que es lo que cultivaba su tío en la propiedad.
    Me ha gustado mucho.
 Es raro que Ridley hiciera esta película. No sé. Estaría melancólico o aburrido de rodar cosas de Aliens, y demás ahorradas que rueda últimamente.
    Elegir a Russell Crowe como protagonista es todo un éxito. Puede parecer exagerado, pero actúa perfectamente, se mete en el papel  y funciona, claro que funciona. El resto de es: Marion Cotillard como la camarera del restaurante, Albert Finney que lo hace de miedo, Abbie Cornish como la hija ilegítima del tío del protagonista. El resto del equipo son Tom Hollander, Freddie Highmore, Valeria Bruni Tedeschi, Didier Bourdon, y Rafe Spall.

§ 2.223. Hampa dorada (Mervyn LeRoy 1931)


    Canon de película de gánster, la que lanza al estrellar a Edward G.  Robinson. Narra el ascenso y caída de un tipo peculiar, un matón de tres al cuarto que consigue encumbrarse en lo alto de la organización para la que trabaja.
    Como en todas estas cintas la ambición criminal del protagonista está por encima de sus posibilidades, de su realidad, de lo que demandaba su fuerza y su situación. Eran los gánster de otra época, de gatillo fácil, muy testosterona y más músculo que cerebro. Luego vendrían otro tipo de gánster, más capaces, con menos testiculina y más cerebro, menos impulsivos y más reflexivos.
    Un reparto muy al uso: Edward G. Robinson, Douglas Fairbanks Jr., Glenda Farrell, Stanley Fields, Sidney Blackmer, William Collier Jr., y Ralph Ince.

sábado, 2 de enero de 2021

§ 2.222. Arma letal 2 (Richard Donner, 1989)

 Continua la saga... bajo el mismo criterio e idénticos parámetros...!!!
    Organización alemana, marcos alemanes de oro, secuestros, lo de siempre... se explican algunas cuestiones de la vida de los protagonistas, se siembra para la próxima entrega. Buen guión, música de rock, modernidad y gracia, bromas en contextos serios. 

§ 2.221. Esclavos del pecado (Robert Gist, 1966)

    Típico producto sementero, más quizá para la televisión que para el cine de un director con solo dos películas, aunque de amplio desarrollo en la televisión: muchas películas para la tele.
       Un caso sórdido de matrimonio roto que acaba en tragedia al producirse una pelea entre marido y mujer que acaba con la muerte de la mujer al caerse de la terraza.
    Tiene tintes dramáticos que encausan directamente el adulterio y lo colocan como el causante del homicidio, al menos moralmente por no detenerla. Hay algo que no cuadra en el guión: es inverosímil que el coche que atropella el cadáver de la mujer que se acaba de tirar por la ventana sea, precisamente, el de su amante antigua, que además es precisamente la chica del mafioso que el periodista pone a caldo todos los días en la radio.
      También la culpa, moral ética, es enjuiciada. ¿Será capaz de vivir con la culpa el marido?. El policía le dice que aunque no puede ser condenado en un tribunal tiene la convicción moral de que ha sido el asesino de su mujer. ¿Será verdad?
      Él era un héroe de guerra, ella una niña rica, alcoholizada y que padecía fuertes depresiones. Existe la duda razonable de si él la tiró por la ventana, o al menos no evitó que se tirara por ella.
    Tengo como la sensación de que la película ha sido cortada, mal cortada, porque hay cosas que no se comprenden bien, no se explican del todo. Ello provoca demasiadas interpretaciones propias, que no satisfacen del todo al espectador.
    Reparto interesante: Stuart Whitman, típico en multitud de las películas de guerra, Janet Leigh eternamente asociada al papel de Picosis, Eleanor Parker en un papel de borracha y adúltera que no le pega nada, Barry Sullivan, Lloyd Nolan, Murray Hamilton, Harold Gould, y un tal George Takei que no me suena de nada.
    El guión es de Mann Rubin y de Howard Rodman, sobre novela de Norman Mahler, un grande de la escena americana.
    La música es de Johnny Mandel, y ía fotografía de Sam Levitt.

§ 2.220. Yo confieso (Alfred Hitchcock, 1953)

    La recuerdo perfectamente, tal y como era. La vi hace muchos años, probablemente más de veinte y la recordaba como una obra maestra, lo que es.
    Con Montgomery Clift, Anne Baxter, y Karl Malden qué puede salir mal. Nada. 

§ 2.219. Los Hellcats de la Armada (Nathan Juran, 1957)

    Película propagandística y prácticamente hagiográfica sobre un héroe menor de la IIGM. Al parecer se basa en hechos auténticamente reales, el Comandante de un submarino Casey Abbott consigue recuperar una mina japonesa indefectible y posteriormente se le encarga la misión de introducirse en el estrecho de Tsushima con el propósito de abrir un camino en él que permita acercarse al Mar del Japón. Los japoneses han minado rabiosamente el camino de entrada y saben cómo para por él, pero los americanos necesitan saber dónde están las minas para entrar y controlar la logística de abastecimiento japonesa.
    No estoy del acuerdo en que Ronald Reagan era un pésimo actor. No era un gran actor, por supuesto, pero era un actor de la época, a caballo entre el cine y la televisión, que daba el pego y que podía servir de complemento perfectamente. Aquí está de protagonista y tampoco le queda grande la película. Actúa también su esposa, Nancy Reagan.